Hay que creer, y Almudena Trigo cree y lucha cada batalla hasta el final. Hay que haber sido científica, emprendedora y ‘angel’, y Almudena Trigo ya ha pasado por esas fases de forma sobresaliente. Hay que vivirlo con amor, mucho, y pasión, y ella lo tiene todo en este sentido, por eso hoy vive sus mejores momentos, en plena ebullición del science equity que lidera y que hizo nacer en nuestro país, y que en los próximos años pondrá a las empresas de base científica en el liderazgo del ecosistema nacional innovador. ¿Cómo? Gracias a su herramienta BeAble Capital, que invierte en proyectos no solo para obtener “una buena rentabilidad”: el objetivo principal es alcanzar “un impacto positivo en la sociedad”.
Descubrimos, porque de eso se trata, en la columna de hoy, a Almudena Trigo, desconocida entre los patrones del sector, y que a día de hoy es la inversora que idea, crea, fabrica, construye y lanza a los científicos de nuestro país. “Invierte en genios de laboratorio” dicen algunas fuentes de su entorno profesional, a través del primer fondo de 35 millones de euros del que todavía “queda mucho por invertir”, y de un segundo que se situará en torno a los 70 millones “para finales de este 2021”.
“Decidí dejar la ciencia para hacer algo con la ciencia, es el origen de una industria”, jura Almudena Trigo, que con su vehemencia e ideas claras, ha logrado el apoyo para su fondo de organismos e instituciones de la talla del European Investment Fund como ‘anchor investor’, CDTi o Fond-ICO.
Pero su apoyo más importante en esta aventura, sin lugar a dudas, está en su casa, ya que comparte liderazgo en Beable Capital con su marido, David López, cofundador de la entidad, “un crack, una persona muy importante en mi vida”. Ambos se compenetran, “cada uno tenemos un rol diferente, él aporta la parte más financiera y yo la parte más técnica y de negocio”, puntualiza. “Llegar hasta aquí no ha sido fácil, hemos tenido que recorrer momentos muy duros, pero juntos hemos construido todo esto”, se emociona y sonroja.
Junto a ellos, es explícita Almudena Trigo en nombrar a su equipo de trabajo, formado por ingenieros, doctores y abogados: Roberto, Alberto, David, Cruz, María, Javier, Gonzalo y Elena, “son mi core, mi núcleo, he tenido la suerte de que la gente que me ha rodeado, siempre ha sumado”, define de manera expresiva, quizá sea, como me dice, porque “la primera en sumar es ella”.
Ahora, “es el momento de que el capital privado entre en el sector”, asevera nuestra protagonista de hoy para D+I, que ya ha logrado fundar en torno a una treintena de compañías científicas enfocadas a la órbita de los ODS de Naciones Unidas en sectores como la biotecnología, la nanotecnología, el aeroespacial o la sostenibilidad, aumentando la creación de este tipo de entidades en España en más de un 10%.
BeAble Capital se acerca más a un venture builder que a un venture capital, por los que sus primeras inversiones se centran en startups early stage, preed-seed o seed, “a partir de 150.000 euros” que luego riega, nutre y vitamina hasta lograr su rentabilidad. “Nos gusta acompañar a nuestras empresas desde los inicios hasta que alcanzan su rentabilidad”. Y vaya si las acompañan, llegando a invertir “hasta tres millones” en ellas.
Aunque las buenas noticias en forma de exit en este estilo de invertir tardan en llegar, “esperamos dar nuestras primeras alegrías entre el próximo año y el 2023”, ya que el riesgo que supone el invertir en este tipo de empresas hacen que muchas se queden por el camino, en su caso, hasta un total de doce. “Son inversiones muy complejas y hay que tener una estrategia de inversión adecuada. Se tiene que entender muy bien este tipo de compañías para llevarlas lo antes posible al mercado, necesitan períodos de desarrollo más elevados”, puntualiza de forma valiente, como es ella, muy poco asustada ante el gran reto al que se enfrenta, a lo que añade que es “muy importante” identificar de manera rápida cuando no se puede llegar al mercado con un determinado proyecto.
Por eso, esta enérgica madrileña de 41 años quiere poner el science equity, concepto que jamás olvidaré, en boca de la opinión pública, para que a nadie se le olvide que para que “haya Doctores tienen que existir empresas, y tiene que ser una apuesta tanto de la administración pública como de la empresa e inversión privada”, más aún sabiendo que hoy nuestro país “es una potencia” en su impacto de producción científica.
Tras varios años en el laboratorio de su vehículo de inversión que nació en 2017, su mail empieza a colapsar de Decks y ya empieza a ver que sus hipótesis son las correctas, que su olfato empírico está más afilado que nunca, y que sus experimentos tienen marca, que pivotan, traccionan, facturan, se dejan ver, se internacionalizan, y son empresas con mayúsculas. A los hechos nos remitimos, cuando hablamos de nombres como ADParticles, 4Cell, Captoplastic, Alén Space, que le recuerda su pasado aeroespacial, Next-Tip, spin-off del CSIC o Glasskin, donde hace tan solo unas semanas anunciaba una inversión de cerca de 200.000 euros. Las tres primeras son las que más alumbran la expresiva cara de esta ingeniera de Telecomunicación, Doctora en Biología Molecular y Máster en Desarrollo Ejecutivo, ahí es nada.
La cosmética ADParticles, que transforma las cremas solares a través de un filtro solar respetuoso con el medioambiente y que permite altas protecciones, ha sido participada por BeAble Capital en varias rondas. “Un caballo ganador”, define Almudena Trigo. “Hemos atraído talento en esta empresa” que “fuimos a buscar” porque era una tecnología “que se podía aplicar, ya que ofrecía lo que el mercado necesitaba”, y que su directora general, Irene Zaldivar, va a convertir “en un proyecto ganador”.
A un humilde servidor le llama mucho la atención A4Cell, nanochips en forma de células vivas que monitorizan los cambios metabólicos del resto de células de un tejido que sufre algún tipo de patologías. “Todas” puntualiza, una tecnología que revolucionará con sus análisis el desarrollado de nuevos fármacos de enfermedades poco curables. Nuestros pensamientos se dirigen de manera casi divina al veneno que desde hace un año destruye la felicidad inconsciente que un día tuvimos. “No puedo decir nada, pero algo se está estudiando”, recalca casi off the record.
Captoplastic es la tercera compañía en discordia que desata la ira feliz de nuestra optimista inversora. Su foco está en retirar de manera industrial los microplásticos que hoy inundan e infectan nuestras aguas. “Esta tecnología tiene un potencial brutal”, y seguro que con el tesón de este exquisito cóctel, propio de Streetxo, para la que “todo es posible”, según su gente más cercana, logrará posicionarse en medio de los grandes océanos que, a día de hoy, se tiñen de gris.
¿A qué tú también recordarás siempre lo que significa el science equity? Ese arte que se tiene que convertir en una religión en nuestro país para llevar la inversión al parqué científico, “como sucede en algunos lugares como Holanda”, y que ya empieza a ser frecuente entre la élite de la inversión privada en España, como en la representativa ASCRI, Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión, de la que Almudena Trigo es miembro de la Junta Directiva, compartiendo mesa y mantel con personalidades de la talla de don Aquilino Peña.
El currículum de Almudena Trigo se escribe con letras de oro que se laurean hoy en Beable Capital, pero que no olvidan que, en lo privado, es también “la mujer honesta”, que lo mismo le da por vendimiar que poner a su familia al completo a tocar el piano para evitar patologías y cuidar el cerebro. “Es su actitud ante la vida” me aclaran, ante una vida que se llena de luz a través de sus hijos Rodrigo, Lucía y Jimena, entre partido y partido de pádel.