Los disparatados precios de la luz en España han acercado el complejo mundo de la energía a la ciudadanía. Quizá sea ésta la consecuencia más positiva de lo que estamos viviendo.
Lo cierto es que comprendemos muy poco de cómo funciona un sistema eléctrico. Apenas desciframos nuestra factura de la luz y nuestra capacidad de decisión es reducida. Y, sin embargo, la energía juega un papel absolutamente esencial en nuestras vidas.
Recuerdo que durante el confinamiento –ése que ahora se antoja tan lejano– me conecté a un webinar titulado '¿Por qué es importante que te interese la energía?'. La charla la impartía Sara Pizzinato, de Greenpeace, que procuró contagiar a mujeres de otros ámbitos profesionales de su entusiasmo por el mundo energético. Creo que lo consiguió.
Pizzinato habló de la confluencia entre energía y digitalización, de la oportunidad de que los ciudadanos nos impliquemos más en el impacto que tienen nuestros hábitos, de cómo gracias a los avances tecnológicos podrían transformarse las ciudades en que vivimos… Recordó que, a lo largo de la Historia, cada cambio radical de fuente energética ha venido de cambios muy importantes en el ámbito social.
Trabajar para la industria tecnológica me aporta una buena perspectiva de cómo la transformación digital genera disrupciones también en el mundo empresarial. La tecnología aporta eficiencias -energéticas, entre otras- a todas las industrias productivas. Eficiencia significa competitividad, que significa más negocio, que significa más empleo. No olvidemos nunca que una economía fuerte es fundamental para el bienestar social.
Veamos un ejemplo. Una de las tecnologías más poderosas para la industria es la inteligencia artificial. A partir de fuentes como las redes de radio, los dispositivos conectados, los datos meteorológicos, las bases de datos de activos, las facturas de energía y las alarmas, existen sistemas de procesado avanzado de datos capaces de identificar patrones y tendencias, y proporcionar puntos de referencia.
Estos datos se introducen en un panel de control que ayuda a aislar anomalías y valores atípicos que podrían indicar equipos defectuosos, pérdidas o robos. El sistema de IA hace recomendaciones para corregir, actualizar o modernizar, y ofrece capacidades avanzadas de simulación, para ver cuánta energía se ahorraría al implementar los cambios sugeridos. Al final, se consigue una reducción del consumo de energía del orden del 20%.
El propio sector energético hace frente a una transformación sin precedentes. En un informe reciente, Ericsson habla de cómo ayudándonos de tecnologías como 5G podríamos “frenar la curva de la energía”. Es la oportunidad de que, a pesar de que cada vez existan más dispositivos conectados y hagamos un uso más intensivo de ellos, el consumo global de energía no siga aumentando.
Según Ericsson, el 5G ofrece la oportunidad para repensar cómo construir, operar y administrar redes eléctricas de una manera más inteligente y estratégica. Se trata de modernizar las redes eléctricas actuales, así como de empoderar a las personas para contribuir a cambiar conductas.
La sensorización, las plataformas digitales de gestión y comunicación, las transacciones digitales e, incluso, la realidad virtual/aumentada contribuirán también a la construcción de redes eléctricas más “inteligentes”.
Pero volvamos a por qué todo esto es importante para el ciudadano medio. En primer lugar, la “inteligencia” que permite la digitalización podría repercutirse en las tarifas reguladas, ya que aportaría a las empresas eléctricas una mayor rentabilidad de los activos, una optimización de las inversiones y un incremento de la capacidad efectiva de la red.
La transformación digital del sector de la energía tendría también consecuencias positivas sobre la calidad del servicio, la concienciación energética de los ciudadanos, la participación de los consumidores o la reducción de riesgos laborales. El alcance de la disrupción es inimaginable.
Por todo esto, a la pregunta ¿Por qué es importante que te interese la energía?, he aquí mi respuesta: porque está fraguándose una revolución social sin precedentes, y quiero formar parte de ella.
*** Elena Arrieta Palacio es directora de Comunicación de la asociación DigitalES.