“Las diferencias en el déficit entre las regiones españolas ponen de relieve el diferente compromiso en la consolidación fiscal, más allá de las diferencias en los ingresos relativos”, dijo la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s. Las comunidades autónomas cerraron 2015 con un déficit del 1,66% del PIB, por encima del 0,7% comprometido con Bruselas.
Por tanto, creemos que las diferencias en los resultados presupuestarios podrían ser atribuible en gran medida al compromiso de cada región y la capacidad de sus equipos de gestión para controlar los gastos”
Las mayores desviaciones se localizaron en Cataluña (-2,70%), Extremadura (-2,64%), Murcia (-2,52%), Comunidad Valenciana (-2,51%) y Aragón (-2,13%), mientras que otras cumplieron, como Canarias (-0,54%), Galicia (-0,57%) y País Vasco (-0,69%).
"El diferente éxito en los esfuerzos de reducción del déficit en 2015 no puede ser fácilmente explicados por variables objetivas vinculadas a la diferencia en los ingresos, con excepción de los casos más extremos de baja financiación", explica Alejandro Rodríguez Anglada, analista de la firma.
“Por tanto, creemos que las diferencias en los resultados presupuestarios podrían ser atribuible en gran medida al compromiso de cada región y la capacidad de sus equipos de gestión para controlar los gastos”, añade.
Un 2,5% de crecimiento del PIB
El presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), José Luis Escrivá, calcula que en los próximos cuatro años la economía española podrá crecer a un ritmo del 2,5% anual si se mantiene el entorno exterior y aunque no se tomen nuevas medidas de política fiscal y económica, pero avisa de que en el medio plazo no se podrá mantener un incremento promedio del 2% sin reformas adicionales.
Durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso, Escrivá ha señalado que estas previsiones suponen una cierta "desaceleración" con respecto al crecimiento actual, en tasas cercanas al 3% durante el primer semestre de este ejercicio, y ha advertido además de que este "escenario favorable" está sometido a "riesgos" de distinta naturaleza por lo que hay que "proceder con prudencia".
Así, de cumplirse sus previsiones de crecimiento y mantenerse los actuales tipos de interés, el déficit global podría cerrar 2016 en el entorno del 4% --muy lejos del 2,8% pactado con Bruselas--, incluso aunque no se aprueben nuevas reformas, si bien a lo largo del resto de la legislatura estos "vientos de cola" irán perdiendo fuerza, limitando a un punto y medio la reducción adicional del déficit.
"A partir de 2019, la economía debería haber cerrado completamente la brecha cíclica negativa con un nivel de demanda agregada normalizado, y no deberían esperarse más vientos de cola sobre las cuentas públicas", ha añadido, indicando que para entonces el déficit nominal estará cerca del 2,5% del PIB.