Rajoy acusó recibo ayer de las críticas que Aznar vertió el viernes sobre su política económica. Lo hizo por la vía de una comparación. “En la primera legislatura en la que gobernó el PP (con Aznar de presidente) yo era ministro y entonces teníamos que reducir el déficit público y lo redujimos menos que en esta legislatura. Sí, se lo digo yo", declaró Rajoy en una entrevista en el diario El Correo.
En la primera legislatura de Aznar -su mandato comenzó el 4 de mayo de 1996- el déficit pasó del 5,4% del PIB en 1996 (entonces 27.136 millones de euros) a un 1,3% del PIB en 1999 (7.861 millones), lo que supone una reducción de 4,1 puntos porcentuales, según datos de Eurostat. En la etapa de Rajoy, el déficit ha pasado de un espectacular 10,32% en 2012 (108.903 millones) a cerca del 5,08% de 2015, lo que supondría una reducción de 5,24 puntos porcentuales, 1,14 puntos más que lo conseguido por Aznar con la ayuda del profesor José Barea.
Sin embargo, el Gobierno de Rajoy suele descontar del déficit -porque así se lo permiten las reglas del Procedimiento de Déficit Excesivo (PDE) en el que se halla incursa España desde el año 2009- las ayudas al sistema financiero y otros gastos denominado one-off (en los que se incurre una sola vez). De esta manera, el déficit del año 2012 habría sido del 6,69%, ya que las ayudas a la banca supusieron entonces 3,65 puntos porcentuales, y el de 2015 quedaría en el 4,8% aproximadamente como el propio Gobierno ha anunciado. Esto da una reducción en la etapa de Rajoy de apenas 1,89 puntos porcentuales, lo que no llega a ser ni la mitad que la reducción lograda por Aznar en su primera legislatura.
Es decir, si se descuenta el rescate del sistema financiero, baremo al que el propio gobierno recurre habitualmente, el ajuste de Rajoy está muy por debajo del de la primera legislatura de Aznar.
El actual presidente podía haberse comparado con la segunda legislatura de Aznar, donde el déficit pasó del 1% del año 2000 al 0% de 2004, apenas una reducción de un punto. Pero se trata de déficits tan pequeños que cualquier comparación con la situación actual resulta irrelevante.
Una diferencia importante entre el ajuste de Rajoy y el de Aznar, es que el segundo no se apoyó en la subida de impuestos como ha hecho el actual presidente. Como señaló Fuentes Quintana en su análisis de la situación española, la consolidación presupuestaria descansó fundamentalmente sobre la contención del gasto público y no sobre aumentos de la imposición.
Rajoy ha caído en la trampa de su propio discurso. A fuerza de repetirlo, piensa que sometió a España a una dieta excesiva, cuando no hizo más que frenar un gasto público desbocado. La prueba de que no ha conseguido cambiar radicalmente la situación es que la deuda ha crecido de manera descontrolada bajo su mandato pasando de 782.000 millones en enero de 2012 a más de 1,095 billones en enero de 2016.
Todo lo contrario ocurrió en la época de Aznar, cuyo gobierno redujo la deuda pública, aunque bien es cierto que las privatizaciones de grandes empresas públicas le ayudaron a ello. Un caso llamativo es el de José Luis Rodríguez Zapatero, que siguió el proceso de desendeudamiento de España. En 2007, antes de que comenzara la crisis, la deuda pública española equivalía al 35,5% del PIB, una cifra que era un poco más de la mitad de lo exigido por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC).
Pero, para más inri del actual presidente en funciones, el crecimiento de la deuda pública que superó el primer trimestre de 2016 por segunda vez el 100% del PIB español le ha puesto en evidencia ante su propia Ley de Estabilidad Presupuestaria. Ésta obliga al Gobierno a reducir en dos puntos porcentuales del PIB el endeudamiento si el crecimiento de la economía sobrepasa el 2%. En 2015, la economía creció un 3,2% y el endeudamiento público apenas bajó del 99,3% al 99,2% del PIB según el Banco de España.