El empresario Trinitario Casanova, a través del grupo Baraka, ha llegado a un acuerdo con el grupo chino Dalian Wanda para hacerse con el emblemático Edificio España de Madrid. Ha ofrecido 265 millones de euros para hacerse con el inmueble, en una operación que está prevista que se cierre después del verano. Casanova se está convirtiendo en uno de los empresarios inmobiliarios con más actividad en Madrid.
La venta por parte del grupo chino se ha debido a las discrepancias mantenidas con el Ayuntamiento de Madrid respecto a la rehabilitación del edificio. El plan de Wanda era construir un hotel de lujo, un centro comercial y viviendas. Sin embargo, no ha llegado a un acuerdo con el equipo de Manuela Carmena, que le obligaba a mantener la fachada frontal y las laterales, tal como establece la ley de protección de edificios históricos. Ahora, Casanova se hace con él.
Su empresa, Baraka, está en fase de crecimiento. Recientemente, se hizo con más de 10 millones de metros cuadrados en Valdebebas (Madrid) por un importe cercano a los 75 millones de euros. También adquirió un inmueble en Gran Vía 44, que vendió al poco tiempo con importantes plusvalías, y compró las instalaciones de Alstom en Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona) por 60 millones de euros.
Sin embargo, su carrera no ha sido siempre reluciente. Casanova también tiene un lado oscuro. Recientemente ha sido condenado a un año de prisión por un delito contra el mercado por difundir una noticia falsa sobre una posible OPA de un grupo de inversores mexicanos al Banco Popular. El Juzgado de lo Penal número 29 confirmó el pasado 2 de junio la tesis de la Fiscalía Anticorrupción, al considerar acreditado que el empresario vinculado al mercado inmobiliario no sólo lanzó una noticia falsa sino que hizo creer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que unos inversores iban a comprar un porcentaje de la entidad.
El único fin de Casanova era poder subir sus acciones en el Popular, que habían estado bajando, y poder vender el Grupo Hispania, al que pertenecían las acciones, por mayor valor. El empresario había comprado 527 millones de euros en las acciones y gran parte se compraron por un préstamo del Fortis Bank. "La situación de Casanova era crítica, requerimientos continuos del banco prestamista que le pedían hacer perder sus acciones y, momento clave en la negociación de la venta de su empresa, donde precisamente el precio de las mismas adquiría también una importancia relevante", recogía la sentencia.
Pendiente del recurso
Estos hechos ocurrieron en 2008 y el empresario debe esperar a que a Audiencia Provincial de Madrid revise el recurso que ha interpuesto contra la sentencia condenatoria. Durante el juicio, Casanova culpó de lo ocurrido al ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, que se dedicaba, a través de un despacho de abogados, a crear sociedades.
Sin embargo, Casanova no fue creíble para el tribunal. En la sentencia queda corroborado que este empresario hizo creer, a través de la difusión de noticias falsas, que había un grupo de empresarios mexicanos que iba a comprar un paquete de acciones del banco Popular, entre otras todas las que él tenía, para lanzar una OPA a la entidad. Su objetivo era subir el precio de sus acciones en el mercado. Sin embargo, él intentó convencer al tribunal de que fue Picardo quien le propuso comprarle sus acciones para ese grupo de inversores, algo que ha quedado demostrado que no era cierto.
La magistrada da credibilidad a la versión de Picardo, quien aseguró que Casanova le engañó al decirle que existían unos empresarios mexicanos que iban a llevar a cabo esa operación del Popular. Casanova sería su enlace y le pagaría por ellos unos 500.000 dólares. Después de constituir la sociedad, Blueprime, y ante la imposibilidad de conocer a los inversores, comenzó a sospechar que la operación era mentira.
El tribunal no le creyó
"El detallado testimonio del testigo se considera coherente, lógico y persistente en el tiempo. Cierto es que existen dos versiones contradictorias al respecto de todo lo relatado, la del propio acusado y la de Picardo, no obstante prevalece, a juicio de este tribunal la aportada por el testigo, sustentada por otra parte con un extenso soporte documental".
Picardo entregó durante la instrucción todos los correos electrónicos cruzados con Casanova, donde quedaba patente cómo éste dijo ir en nombre del grupo inversor mexicano, versión desmentida por el acusado, quien manifestó que fue Picardo quien le ofreció la compra de sus acciones.
Ante la evidencia de los correos electrónicos, durante el juicio, Casanova optó por decir que todos esos correos son falsos y él no los había mandado. Sin embargo, el tribunal no da verosimilitud a su versión. "Ningún elemento probatorio hace dudar sobre su veracidad (de los correos) y realidad". El propio abogado de Casanova manifestó que la cuenta utilizada por el acusado era "la misma desde la que se cruzaron los correos con Picardo".
A pesar de la manipulación que llevó a cabo Casanova y que ha sido confirmada por un tribunal, a expensas de que se confirme la Audiencia Provincial de Madrid, este empresario ha sido capaz de crear otro grupo empresarial y meter la cabeza en el mundo inmobiliario para dar varios pelotazos.
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