Fundada en 1941, Abengoa se ha convertido en un agujero negro en el panorama empresarial en España. La compañía sevillan registró unas pérdidas de 3.689 millones de euros en el primer semestre del año, frente a los 72 millones de euros de ganancias en el mismo periodo del ejercicio anterior, debido al impacto contable por el colapso de su negocio y el deterioro del valor de sus activos.

Todavía inmersa en el proceso de reestructuración de sus deudas y su accionariado, Abengoa vive pendiente de un hilo a la espera de la inyección de capital acordada por sus acreedores. De los 3.689 millones perdidos, la mayor parte (3.079 millones) se corresponde con la pérdida de valor de sus negocios en Brasil y EEUU.

En el áerea de bioenergía -el grupo es líder en producción de etanol-, el deterioro asciende a 1.256 millones de euros. Sus filiales en este área se encuentran proceso de suspensión de pagos tanto en EEUU como en Holanda. Otro impacto de 946 millones proviene de la venta de sus líneas de transmisión brasileñas y otros 877 millones  a determinados activos financieros.

Se trata de los resultados de un grupo que está integrado por 677 sociedades: la propia sociedad dominante, 567 sociedades dependientes, 81 sociedades asociadas y 28 negocios conjuntos. Un entramado que ha estado a punto de suponer la mayor quiebra empresarial de la historia de España.

Sin embargo, el pasado 11 de agosto, un grupo de bancos y fondos de inversión acordó el rescate de la compañía que supondrá una inyección de dinero nuevo de unos 655 millones de euros, aunque sumando las refinanciaciones, avales y nuevas líneas de crédito, el importe total se eleva a 1.169,6 millones de euros (incluyendo los importes refinanciados de los préstamos recibidos por el grupo en septiembre y diciembre de 2015 y en marzo de 2016).