No ha habido descalabro. Ni se ha abierto el parqué de los mercados financieros. Al contrario. Este jueves se cumple un mes desde la victoria electoral de Donald Trump y no se han cumplido los augurios que apuntaban una huida de los inversores. Tampoco ha habido recortes de inversión masivos, aunque el presidente electo ya ha dado golpes de efecto, tanto para atraerlos como paralizar alguna otra que considera excesiva.
¿Cómo se han comportado los mercados en estos 30 días? El primer indicador: el dólar. La moneda estadounidense vivió entre las elecciones y el pasado 24 de noviembre un momento dulce. En comparación con el euro, se revalorizó más de un 4%. Sin embargo, desde ese día, la moneda única europea, ya ha recuperado casi un 2%. Ahí no hay un único factor para determinar por qué está evolucionando así la moneda norteamericana pero, lo cierto, es que no ha habido ningún terremoto en el mercado de divisas como sí se produjo con el brexit. Tras el referéndum a favor de la salida del Reino Unido de la UE, la libra llegó a desplomarse un 18% frente al dólar.
Tampoco han sufrido los dos principales índices estadounidenses. Hoy ‘valen’ más que antes de la cita electoral. En el caso del Dow Jones, el índice donde cotizan las principales empresas industriales estadounidenses, el rebote en este mes ha superado el 5%, según datos a media sesión de este miércoles. En el caso del tecnológico Nasdaq el repunte ha sido menor, de algo más del 2%. ¿Por qué? El motivo está en el temor que invadió a muchos inversores ante la posibilidad de que Trump diera un volantazo en la hoja de ruta de la Administración estadounidense hacia las grandes tecnológicas. Por ejemplo, si les va a obligar, como prometió, a repatriar los dividendos que tienen repartidos por medio mundo.
Las tecnológicas no tienen miedo
Era uno de los colectivos empresariales que más miedo tenían a su nombramiento como presidente. Sus discursos políticos no invitaban al optimismo en sus filas. No sólo por los mensajes contra la externalización de los procesos de producción (como Apple en China u otros), sino por el escaso interés que este sector había despertado en su campaña. Muchos entendían que tenía más que ver con desconocimiento y eso no gustaba especialmente a Silicon Valley. Muchos de sus líderes, entre ellos consejeros delegados importantes de compañías como Apple o Facebook, no habían apoyado al candidato republicano.
Sin embargo, los inversores de estas compañías han calmado sus ánimos. Tras el susto inicial, durante los primeros días, las acciones de las cinco grandes (Apple, Google, Amazon, Facebook o Microsoft) han recuperado el tono y están en verde respecto a un mes antes. Sin embargo, apenas ha variado. Muchos están a la expectativa.
En este contexto, Trump ha lanzado un mensaje de cierta tranquilidad. Así, ha anunciado la celebración de una reunión con los principales consejeros delegados de las grandes tecnológicas, entre los que se encontrarán Zuckerberg (Facebook), Cook (Apple) y Pichai (Google), según explicaba este martes el diario The New York Times.
¿Y la repatriación de dividendos?
Uno de los aspectos que más atención ha suscitado en este tiempo ha sido el de los impuestos. Más concretamente el de la repatriación de dividendos. Se estima que las empresas con sede en Estados Unidos tienen acumulados 2,5 billones de dólares en dinero en efectivo, procedente de sus beneficios, más allá de sus fronteras. Principalmente en paraísos fiscales y en países como Irlanda o Luxemburgo.
Apple y otras compañías tecnológicas son algunas de las que más dinero tienen fuera. Y lo tienen por una razón muy concreta: el coste fiscal que supondría repatriarlo. Las dudas sobre cómo gravará este movimiento se intensificaron. En un acto en septiembre, aseguró que el tipo impositivo sería del 10%. Sería un recorte de hasta un tercio del tipo actual.
Tras ser elegido, no ha confirmado este extremo. Pero sí ha querido calmar también los ánimos entre estos grandes. Durante una conversación telefónica con el CEO de Apple, Tim Cook, tras su nombramiento, lo dejó claro: “Haremos un gran recorte de impuestos, tenemos que deshacernos de regulaciones, las regulaciones están haciendo esto imposible”. Pero, antes dejó caer su intención: “Sería un logro real cuando consiga que Apple construya una gran planta de fabricación en Estados Unidos, o varias, donde en vez de en China o Vietnam”.
Foxconn en EE.UU…. ¿iPhones ‘americanos’?
Ante esta presión, ya se han producido los primeros pasos. El grupo taiwanés Foxconn, fabricante de los iPhones y otros productos de Apple en China, anunció este miércoles que está en conversaciones con el objetivo de expandirse en Estados Unidos. No dio más detalles.
Sin embargo, analistas del sector creen que Foxconn podría trasladar a Estados Unidos alguna fase de su producción, pero no es probable que traslade buena parte del proceso de producción del teléfono móvil de los de la manzana.
Una millonaria inversión japonesa a golpe de Twitter
Si ha habido dos cambios en este primer mes de Trump como presidente electo es la capacidad de influencia del magnate en las decisiones empresariales y, también la forma en la que se comunican. Esta misma semana llegaba uno de los anuncios más relevantes en materia de inversión extranjera. El grupo de telecomunicaciones japonés SoftBank tiene intención de crear 50.000 puestos de trabajo en Estados Unidos a través de su fondo de inversión en startup y nuevas compañías.
Lo sorprendente es el modo en que se anunció la inversión de la que se desconocen casi todos los detalles. El propio Donald Trump la anunció a través de su cuenta en la red social Twitter pocos minutos antes de realizar una improvisada rueda de prensa en la recepción de su Torre en la Quinta Avenida neoyorquina con el consejero delegado de SoftBank, Masayoshi Son.
De hecho, Según Trump, esa inversión no se hubiese concretado si él no hubiese ganado en la contienda electoral.
Pese al bombo y platillo de Trump no se trata de una inversión completamente nueva. SoftBank creó hace meses un fondo de inversión en empresas tecnológicas valorado en 100.000 millones. Un vehículo de inversión que tampoco es sólo suyo, porque, de esa cifra, alrededor de 45.000 millones proceden de fondos soberanos (estatales) de Arabia Saudí, Bloomberg. De hecho, de acuerdo a la agencia de noticias estadounidense, parte de esa cifra iba a ir destinada necesariamente a Estados Unidos porque SoftBank es dueña del cuarto operador móvil de EEUU, Sprint, que ha sonado como candidato en el proceso de fusiones y adquisiciones del sector. Incluso, se ha hablado de una posible integración con la división norteamericana de T-Mobile.
Adiós al nuevo Airforce One por caro
También ha llegado a golpe de mensaje en Twiiter la decisión de Trump de paralizar la inversión en el nuevo Air Force One, el avión presidencial que debe ensamblar el fabricante de aviones estadounidense Boeing. “¡Orden cancelada!”, aseguró el político en la red social al entender que los costes de la aeronave, 4.000 millones de dólares, están fuera de control.
Para Boeing es una inversión clave porque, de hecho, ya está trabajando en su desarrollo. Y está presupuestada. En concreto, el Pentágono ya cifra en 3.200 millones de dólares el coste destinado a al desarrollo, construcción y compra de dos Air Force One hasta el año fiscal 2021. “Si no bajan el precio, no vamos a hacer el pedido. Nos quedamos con lo que tenemos”, aseguró Trump en una entrevista a la NBC. Y el fabricante de aviones parece dispuesto. “Estamos comprometidos para trabajar con la nueva administración”, aseguró Boeing a través de un comunicado.