A veces cuesta imaginar las consecuencias que provoca una pequeña acción. Creemos que una sola persona no puede cambiar el mundo. Y en parte es verdad. ¿Pero qué sucede cuando millones de personas llevan a cabo esa misma acción?

"Nadie comete el error más grande que aquel que no hace nada porque solo podría hacer un poco", aseguró el filósofo y escritor Edmund Burke, y es que, aunque nos cueste creerlo, todos podemos echar una mano al medio ambiente, empezando por nuestro propio hogar.

Por ejemplo, depende de los electrodomésticos que se compren para la casa, el consumo se puede reducir de manera considerable. Según los expertos del sector, estos aparatos suponen la mitad del gasto eléctrico en el hogar. Así, un frigorífico que se pase todo el día encendido, gastaría hasta un 50% menos si tuviera la denominación Triple A (A***).

Esta letra se refiere al etiquetado que hacen los fabricantes de electrodomésticos, por mandato europeo, para calificar sus productos. De este modo, tener una lavadoras o un microondas con Triple A puede generar ahorros en el consumo de energía de casi el 30% en su conjunto. Con lo que eso supone tanto para el medio ambiente como para el propio bolsillo de los consumidores.

EL HOGAR, UN FOCO DE AHORRO

Si estar al tanto de una simple etiqueta puede llevar al ahorro de energía, hay acciones que son todavía más simples y que suponen un ahorro incalculable. Sobre todo si nos involucramos todos. Se trata de cambiar la iluminación de casa.

El tipo de bombillas que tengamos en casa puede hacer que la factura varíe considerablemente. Getty

Tradicionalmente los hogares tienen bombillas incandescentes, halógenas o fluorescentes; si todo eso se cambia por iluminación LED, los datos vuelven a ser contundentes. Sobre la base de una misma hora de uso, de media, una bombilla LED consume 10 veces menos que las que emplean las fórmulas tradicionales. Y en cuanto al ahorro, los especialistas calculan que estaría sobre el 80%. Además, hay que sumar que este tipo de bombillas tienen una mayor duración y, si bien son algo más caras en algunos casos, parece evidente que el retorno lo supera.

Pero no solo se puede contribuir desde el hogar con la energía. El reciclaje, otra pequeña acción que apenas requiere esfuerzo, puede suponer un impacto directo sobre el medio ambiente. Las magnitudes son abrumadoras. Por ejemplo, al año se tiran unos 3 millones de kilos de papel, lo que supone proporcionalmente la tala de cientos de miles de árboles. Para ello, como sucede con el vidrio o el plástico, tan solo es necesario tener un par de bolsas de basura adicional, y ser ordenado. Algo que, en realidad, apenas cuesta nada.

SOBRE RUEDAS TAMBIÉN SE AYUDA

Fuera del hogar también se pueden llevar a cabo ciertas acciones que ayudan a cuidar la salud del medio ambiente, y, por qué no, también el bolsillo de los consumidores. Uno de esos espacios es el coche.

El coche eléctrico, una inversión rentable y que cuida el medio ambiente. Getty

Aquí hay gestos de todo tipo. El primero de ellos pasa por el mantenimiento del propio vehículo. Por ejemplo, llevar las ruedas en el punto adecuado de presión evitará malgastar combustible debido a una mala conducción. Lo mismo sucede en la propia forma de conducir: evitando los acelerones, los expertos del sector aseguran que se puede llegar a ahorrar un 15% en combustible. Un ahorro directo de energía.

Todo eso por no mencionar los coches eléctricos. Productos que, poco a poco, son una opción más destacada entre los consumidores, sobre todo porque cada vez hay precios más adaptados a todo tipo de bolsillo.

EL AHORRO A VECES TIENE UN COSTE

Como se puede ver, hay muchas pequeñas acciones que nos llevan a mejorar nuestra relación con el medio ambiente. Bien sea con el ahorro energético o la sensibilidad hacia la propia naturaleza. Pero todo eso tiene un coste. Y a veces no es sencillo, aunque se quiera.

Por ello, en Bankia están dispuestos a facilitar préstamos en condiciones especiales a las personas que se animen a llevar a cabo este tipo de pequeñas acciones. Así, el medio ambiente se presentaría como una forma de inversión en la que todos salen ganando.

Sobre el denominado Crédito Sostenible de Bankia para financiar este tipo de productos, hay que destacar que no tiene comisión de apertura, se basa en un tipo de interés mejorado y puede ascender hasta los 60.000 euros.

Entre la gama de productos para los que se podrá utilizar este préstamo se encuentran, por ejemplo, los nuevos electrodomésticos que sean de bajo consumo; es decir, aquellos con etiqueta energética Triple A. En cuanto al mundo del motor, se podrá utilizar para adquirir un vehículo híbrido, eléctrico o bien propulsados con combustibles alternativos bajos en emisiones. Asimismo, valdrá para realizar cualquier reforma en casa que permita mejorar su eficiencia energética, como la instalación de paneles de energía solar o bien la instalación de calderas de condensación. Todo ello con la posibilidad de pagarlo en 96 meses.