El nivel de gasto en protección social en España ascendió en 2017 al 23,4% del producto interior bruto, ligeramente por debajo del 23,8% registrado el año anterior. Esta cifra está cuatro puntos por debajo de la media de la Unión Europea (27,9%) y muy lejos de los países líderes en gasto social, según los datos publicados este viernes por la oficina estadística comunitaria, Eurostat.
De hecho, la media de la UE oculta las enormes disparidades que existen entre los Estados miembros. En 2017, el gasto en protección social superó el 30% del PIB en tres países: Francia (34%), Dinamarca (32%) y Finlandia (31%). Les siguen Alemania (cerca del 30%) y Austria, Holanda, Italia, Bélgica y Suecia (todos alrededor del 29%).
En el extremo contrario de la clasificación, el gasto social se mantuvo por debajo del 20% del PIB en 11 Estados miembros: Rumanía (14%), Letonia, Irlanda y Lituania (15%), Estonia y Malta (16%), Bulgaria (17%), Eslovaquia y Hungría (18%) y Chipre y República Checa (19%).
Pero lo que más llama la atención del informe de Eurostat son las diferencias en el reparto del gasto social en cada Estado miembro. España se encuentra entre los que más dinero destinan a pensiones (51,6% del total frente al 45,8% de media en la UE). Las prestaciones por jubilación constituyen en cualquier caso la principal partida de gasto social en todos los países.
Además, nuestro país es el segundo Estados miembro que más gasto social dedica a las prestaciones por desempleo (el 7,7% del total), sólo por detrás de Irlanda (9%). De hecho, España se mantiene como el segundo país de la UE con mayor tasa de paro, el 14,2%, el doble que la media comunitaria. Los que menos gastan en ayudas a los parados son Rumanía y Reino Unido (alrededor del 1%).
En contraste, nuestro país es junto con Holanda el que menos ayudas dedica a familias e hijos. Apenas el 5,4% del total de gasto social, frente al 8,7% de media en la UE. Luxemburgo (15,3%), Polonia (13,4%) y Estonia (13,1%) son los Estados miembros que más invierten en prestaciones familiares.
La sanidad es la segunda partida de gasto social más importante en todos los países de la UE. Pero también aquí hay importantes diferencias. El peso de estas prestaciones oscila desde el 23% en Chipre y el 26% en Grecia hasta el 45% en Irlanda, el 44% en Croacia y Alemania, el 43% en Holanda y el 42% en Estonia. En España la cifra es del 33,8%.
Finalmente, la cuota más baja de gasto social en todos los Estados miembros es la que se dedica a la vivienda y la exclusión social (4%). Los que más gastan en esta partida son Chipre (9%) y Dinamarca, Holanda y Reino Unido (7%); los que menos, Polonia, Portugal y Estonia (menos del 1%). En España la cuota es del 1,4%.