Cuando España todavía no se ha recuperado del shock económico provocado por la pandemia, el país afronta un nuevo golpe -de magnitud aún no determinada por los economistas- por la guerra de Ucrania y los daños colaterales del aislamiento económico a Vladímir Putin. La situación ha encendido las alarmas en el Banco de España, como quedó plasmado en un duro discurso que el gobernador, Pablo Hernández de Cos, pronunció este martes bajo el título 'El contexto económico tras el inicio de la invasión de Ucrania y la respuesta de política económica'.
En un tono más crudo de lo habitual, Hernández de Cos advirtió a los españoles de que se van a "empobrecer" en los próximos meses y dejó constancia de su preocupación por una espiral inflacionista que ya se estaría poniendo en marcha en la economía española, puesto que el último dato del INE reveló una inflación subyacente (la que excluye el precio de la energía y de los alimentos más volátiles) del 3%. Esta subida de los precios es una amenaza real para el nivel de vida de los ciudadanos y no ayuda que llegue en este momento en el que las finanzas públicas son vulnerables.
Hernández de Cos forma parte del Consejo de Gobierno del BCE, que decidió el pasado jueves endurecer su política monetaria con una aceleración de la retirada de los estímulos. Este es el primer paso hacia la subida de tipos de interés a finales de este año o principios de 2023 y el camino que está marcando la Reserva Federal (Fed) en Estados Unidos, puesto que se espera que este miércoles eleve el precio del dinero por primera vez en tres años.
La decisión de Fráncfort se tomó después de que su equipo de economistas elevara la previsión de inflación para la zona euro al 5,8%. Hay que tener en cuenta que ese dato es una media y que España está por encima de ella, entre los países más castigados por la escalada de los precios desde hace meses.
Además, el desglose de la inflación muestra desde hace meses que nuestro país está más afectado que otros por los altos precios de materias primas, como el gas. Esto convierte a España en un país vulnerable a los efectos que va a tener la guerra de Ucrania en los mercados de las materias primas, pese a que nuestro país no es un gran exportador de gas ruso.
A la espera de que el Banco de España actualice sus proyecciones de inflación, el dato oficial de su evolución en febrero (6,7%) y las proyecciones de Funcas (que anticipan un 8,4%) no invitan al optimismo. La preocupación de la institución quedó plasmada este martes en el discurso de De Cos.
Pacto de rentas
Esta vez, el gobernador se alineó con el Gobierno español para reclamar un 'pacto de rentas'. Un acuerdo que en este momento negocian en la mesa bipartita de la negociación colectiva sindicatos y patronal, pero que Moncloa y el Ministerio de Economía están siguiendo de cerca porque la situación es altamente preocupante.
No hay que olvidar que la inflación es conocida como "el impuesto a los pobres" y afecta de manera mucho más pronunciada a los ciudadanos con menos recursos.
Consciente de ello, De Cos puso sobre la mesa que será necesario ayudar a esos hogares más vulnerables, así como a algunas empresas muy afectadas por la subida de precios. Esto en un momento en el que la deuda pública española cerró en 2021 en el 118,9% con el déficit público por debajo del 8,4%, según avanzó este martes la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.
Algo que condicionará la respuesta a este nuevo shock económico. De hecho, el gobernador reclamó al Ejecutivo que ponga en marcha ayudas, pero "focalizadas" y "granular". Es decir, muy dirigidas a los más afectados por la "perturbación" que supone para la economía la guerra de Ucrania.
Déficit estructural
Según insistió, la política presupuestaria no debe aumentar el déficit estructural. Es más, el Banco de España ha insistido en la necesidad de presentar un plan de consolidación fiscal en España para ganar credibilidad en un momento en el que los mercados financieros están sujetos a una fuerte volatilidad.
Entre los mensajes más duros que lanzó el gobernador, destacó la petición que lanzó a los trabajadores y las empresas de que se preparen para "asumir pérdidas" en su poder adquisitivo para adaptar su realidad económica a "la merma de rentas de la economía nacional frente al resto del mundo" por los recientes aumentos de costes.
"Todos los agentes implicados han de asumir una pérdida. Ni los trabajadores podrán mantener su poder adquisitivo a corto plazo, ni las empresas serán capaces de mantener sus márgenes", afirmó.
Una advertencia que se explica por la alarma que existe en el Banco de España ante el riesgo de que se materialice la temida "espiral inflacionista" que se produce cuando las subidas de precios llegan a los salarios y, a su vez, impulsan más escaladas de los costes.
De llegar a ese escenario -en un contexto generalizado en Europa- el Banco Central Europeo (BCE) tendrá que acelerar el endurecimiento de su política monetaria, lo que se traducirá en una subida del coste del servicio de la deuda pública.
Aunque la deuda española tiene una vida media superior a los siete años (lo que retrasará el impacto de cualquier posible subida de tipos), el alto volumen de endeudamiento aconseja tomar medidas. Por ello, desde el Banco de España se recordó de nuevo al Gobierno que es importante que presente pronto un plan de consolidación fiscal.
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