Jeanette (1971) cantaba: “yo soy rebelde porque el mundo me hizo así …”. Los autónomos españoles parafraseándola cantan en el 2022: “yo soy autónomo porque el mercado me hizo así …”.
A pesar de ello el ministro de Seguridad Social está empeñado, con la anuencia de las llamadas “asociaciones de autónomos”, en apretarlos y dar una vuelta de tornillo más a las cotizaciones sociales de los autónomos.
Para empezar el autónomo, por naturaleza no es asociativo. Me gustaría conocer la afiliación de las llamadas “asociaciones de trabajadores autónomos” en relación a los más de 3,2 millones de trabajadores que cotizan por esa modalidad de trabajo. Me temo que el porcentaje de afiliación no superará las dos cifras ¡Ni mucho menos!
Dicho esto, a trabajador autónomo se llega: por vocación o por obligación. La mayor parte llega a esta modalidad de trabajo por obligación, aunque muchos la acaban saboreando como una vocación.
El 47% de los desempleados registrados en el SEPE tienen más de 45 años. Para mucho de ellos la solución es el paro de larga duración subvencionado, la economía informal (sumergida) o el trabajo autónomo.
A trabajador autónomo se llega: por vocación o por obligación
No es raro que los autónomos de entre 40 y 54 años sean el 45,7%. Muchos han llegado a esta situación por obligación. Empujados por el fenómeno del “edadismos laboral” que los expulsa del mercado como trabajadores por cuenta ajena cuando se aproximan a los 50 años.
Luego los que sobreviven más de tres años (porque tienen capacidad comercial para vender sus servicios o productos) tienen varias posibilidades: a) seguir seleccionando clientes en función de su rentabilidad y tiempo consumido; b) contratar un ayudante (entonces empiezan a ser empresarios, aunque sigan cotizando como autónomos); c) montar una S.L. o S.A. para ejercer su actividad.
Finalmente, por término medio, acaban jubilándose más tarde que el trabajador por cuenta ajena y cobrando pensiones menores en la mayoría de los casos (40% menos según las estadísticas) porque pagar una cotización de jubilación alta suele ser oneroso con sus ingresos.
Es verdad que hay autónomos que este Gobierno consideraría “ricos”. Son los menos y también asumen el riesgo de la actividad por cuenta propia.
3,2 millones de españoles que ayudan a la economía cargando en sus espaldas su riesgo. 3,2 millones de españoles que, muchas veces, han llegado a esa posición porque no les quedó otra. 3,2 millones de españoles a los que Escrivá y sus mariachis quieren gravar con cuotas que se aumentan en todos los tramos menos en los tres primeros que el ministro propone.
Es decir, los que ingresan menos de 1.000 euros/mes (nivel de subsistencia) verán reducida su cuota de la SS. A los demás, que asumen personalmente el riesgo de trabajar por cuenta propia, se les quiere penalizar subiéndosela.
Parece que ATA, que pertenece a la CEOE, es la asociación más reticente. Las otras, alguna vinculada a la UGT, entrarían en el acuerdo que ofrece el ministerio.
Se sabía que la ministra de Trabajo venía de militar en el PCE. No es de extrañar su obsesión con los “ricos”. Lo que sorprende es que, cara a una recesión, un profesional de la economía como el Sr. Escrivá se avenga al juego sanchista de decir que aprieta a los ricos para dar a los pobres ¡Quiere ser el Robin Hood de la Seguridad Social con los autónomos!
Decía San Ignacio que “en tiempos de tribulación, no hacer mudanzas”. Querido ministro, antiguo presidente de la AIREF (Agencia Independiente de Responsabilidad Fiscal): ¡no se deje arrastrar por la demagogia!
Los autónomos son parte de ese 95% del tejido empresarial español de pymes que mueve este país.
¡No se engañe Sr. ministro! Muchos son autónomos porque el mercado laboral los ha hecho así. Las alternativas a su labor de asumir el riesgo personalmente son: entrar en el paro de larga duración, que el ministro quiere cubrir mejor, o aumentar su propensión a jubilarse.
Las dos últimas alternativas, el paro o la jubilación, son un problema para las cuentas de las que es responsable usted y su compañera la vicepresidenta-ministra de Trabajo.
¡Medítelo, no se deje engañar por los oropeles de decir que ha llegado a un acuerdo!
*** J. R. Pin es profesor del IESE.