De ayuda a bestia negra: por qué ha llevado la PAC al límite a los agricultores españoles
La última versión de la PAC, que acaba de cumplir un año, ha supuesto un antes y un después para el campo europeo.
3 febrero, 2024 01:49"O cambia de rumbo la PAC, o habrá destrucción de agricultores". La advertencia es de Miguel Padilla, secretario general de COAG, pero suscriben sus palabras Asaja y UPA, las otras dos organizaciones agrarias que se echarán a la calle la semana que viene en varios puntos de España. Traen una lista de reclamaciones para poder, dicen, sobrevivir, pero ninguna es más urgente que una simplificación de la Política Agraria Común (PAC).
Las quejas sobre esta política comunitaria son el hilo conductor de las protestas de los agricultores en Europa. Francia, Italia, Grecia, Portugal, Alemania... todos de acuerdo en que la última versión de la PAC, que acaba de cumplir un año de aplicación, ha traído consecuencias nefastas para ellos.
Se quejan de la excesiva burocracia que comporta. De los trámites que se han multiplicado. De que realmente no se ha pensado en los productores. "Prima más al medioambiente que a los agricultores y ganaderos", asegura el vicepresidente de Asaja, José Manuel Cebollada.
Por qué saca de quicio
La PAC actual, que entró en vigor el 1 de enero de 2023 y se aplicará hasta 2027, afecta a más de 650.000 agricultores y ganaderos en España. Nuestro país es el tercer beneficiado, tras Francia y Alemania, con una asignación superior a los 47.000 millones de euros para todo el periodo.
La cantidad habría sido una buena noticia hace años. Los ingresos de la PAC, creada en 1962 para abastecer a la sociedad de alimentos a unos precios asequibles y que garantizasen un nivel de vida equitativo a la población agrícola, son fundamentales para mantener las rentas de los agricultores: Las subvenciones suponen el 20 % de los ingresos agrarios. Pero ésta no es como las anteriores.
Porque aunque conserva los elementos esenciales de la versión previa, pasa de ser una política basada en la descripción de los requisitos que deben cumplir los beneficiarios finales de las ayudas, a ser una política orientada a la consecución de resultados concretos. Especialmente de carácter medioambiental.
Dicho en otras palabras: en aras de cumplir con los objetivos del Pacto Verde, que busca una economía descarbonizada, se han introducido nuevas normas para quien desee recibir fondos de la PAC. Normas que han supuesto una revolución para el campo.
"No ha habido transición"
El Pacto Verde establece, entre otros, el objetivo de reducir a la mitad el uso de plaguicidas, moderar los fertilizantes en al menos un 20%, aumentar la superficie agrícola dedicada a la agricultura ecológica hasta el 25% y restringir en un 50% los antimicrobianos utilizados en los animales de granja.
Pero eso es sólo una parte de los cambios sentidos en el campo. "Ahora, para optimizar la PAC y cobrar más o menos lo mismo, tenemos que cumplir con normas de condicionalidad muy brutales y con unos ecorregímenes, que es básicamente hacer unas determinadas prácticas para cobrar lo mismo que antes", explica a EL ESPAÑOL-Invertia José Manuel Roche, secretario de Relaciones Internacionales de UPA.
Deben asumir una gran carga de nueva normativa europea. "Me dicen cómo y qué tengo que hacer, nos obligan a rotar cultivos, prohíben echar productos en determinadas zonas... es muy difícil que de un año para otro nos podamos adaptar a eso sin efecto negativo", explica.
Por eso piden que se adelgace la carga normativa; esa es la burocracia de la que se que quejan. Si no cumplen los requisitos lleva a retrasos en el pago e incluso sanciones.
Falta de diálogo
"Hay cabreo porque no nos oponemos a cambiar de modelo y ser más sostenibles, pero nos tienen que dejar adaptarnos y buscar herramientas que sustituyan a las que estamos utilizando. Nos están metiendo a cucharón esta normativa que nos ahoga y no nos deja trabajar", agrega.
Molesta especialmente a los agricultores que todos estos cambios se implementen más deprisa de lo que pueden asumir. Sienten que no les escuchan ni les han tenido en cuenta en las instituciones europeas.
"(En la UE) no han hecho un análisis del sector. Este sector está envejecido, trabaja en zonas en las que o no hay cobertura o banda ancha y nos piden que toda nuestra actividad pase a estar digitalizada", explica.
Se refiere al estreno del cuaderno digital para el campo, previsto para finales de este año. En él, deben anotar todos los pasos que dan en su producción, algo que antes se hacía en papel.
La lógica de trasladar esa información a un cuaderno digital es lograr una mejor planificación al tener datos de todas las explotaciones en tiempo real, pero en un sector como el primario, donde la edad media es elevada, exigir certificados digitales y herramientas como ésta es un dolor de cabeza para muchos agricultores.
Ese lamento por la falta de diálogo no es exclusivo de los agricultores. Lo comparte el ministro de Agricultura, Luis Planas, que ha regañado a la UE. "Si estamos aquí hoy es porque la Comisión y la UE no han sido capaces de hacer ese diálogo con el mundo rural que aquí en España hacemos desde 2018. Si lo hubieran hecho, probablemente no estaríamos así a nivel europeo", ha expuesto.
También Planas señala que la sucesiva acumulación de muchas normas, no solo de la PAC, sino otras a nivel europeo, "ha podido producir y ha producido un nivel de carga administrativa insoportable para muchos agricultores".
El martes que viene arrancan las protestas. Será en Málaga; el jueves será el turno de Ávila, Salamanca y Ciudad Real, y el viernes, las movilizaciones se trasladarán a Zamora y Bilbao.