Vendimia.

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Economía

Alarma en la viña del Pedro Ximénez: el quinto año de cosecha corta abre el debate sobre el futuro del vino dulce

La vendimia arranca de nuevo negras perspectivas por el clima. Cada año se pierde el 5% de la viña, que suele ser sustituida por el olivar.

16 agosto, 2024 02:03

La vendimia de Pedro Ximénez acaba de arrancar, pero la previsión ya es mala. Será de nuevo un año corto, el quinto consecutivo, lo que ha desatado las dudas en el campo sobre el futuro de esta variedad, que produce el vino dulce más famoso y que merma cada año: tras cada cosecha se arranca en torno al 5% de la viña.

La voz de alarma la han dado los agricultores y la confirma el Consejo Regulador de la D.O.P. Montilla-Moriles, la zona de Córdoba en la que, con unas 4.000 hectáreas de Pedro Ximénez, se produce casi la totalidad de esta variedad. También está presente en Málaga, con unas 800 hectáreas, y en el Marco de Jerez, aunque aquí de forma más bien anecdótica, dado que su variedad estrella es la Palomino. 

El 17 de julio comenzaron a cortar uvas de Pedro Ximénez para los vinos tranquilos. Ya ha concluido la recolección de las variedades blancas, como son la Chardonnay, Sauvignon Blanc, Moscatel y Verdejo, que producirán los primeros mostos con los que se harán los vinos jóvenes. También ha concluido ya la variedad tinta.

Y en ese proceso la sensación, que al principio "no era del todo negativa", se ha ido oscureciendo, comenta a EL ESPAÑOL-Invertia el director gerente del Consejo Regulador, Enrique Garrido Giménez.

"Al principio eran perspectivas mejores que la temporada pasada", comenta, que fueron desastrosas para la variedad, pero con el paso de los días "sí parece que se confirma que la producción puede ser corta". 

En la versión más pesimista, esta vendimia acabará como el año pasado: se esperan en torno a los 27 o 27,5 millones de kilos de uva, apenas superior al año anterior, cuando se alcanzaron los 26 millones de kilos, según estimaciones de la Sectorial de Viña de Asaja Córdoba.

Es una situación complicada para toda la variedad, aunque especialmente para el vino dulce, el más asociado por el gran público al Pedro Ximénez, que necesita el triple de uva para su elaboración

Mujeres trabajan con la uva de la variedad Pedro Ximénez.

Mujeres trabajan con la uva de la variedad Pedro Ximénez. D.O.P. Montilla-Moriles.

"Nos sorprende lo que ha pasado, pero no demasiado", valora a este periódico el presidente de la Sectorial, Juan Manuel Centella. Acumulan cuatro años consecutivos de sequía y temperaturas extremas, una situación que ha complicado la tarea de sacar rendimiento a la viña. 

Si en un año normal lo razonable sería producir 11.000 kilos de uva por hectárea, el año pasado cerró con 6.000 kilos. A los agricultores les cuesta hacer las cuentas: sostienen que los costes de producción ascienden a unos 3.500 euros por hectárea y, si producen menos, no siempre tienen garantizado que la uva que consigan se revalorice lo suficiente como para que les compense el trabajo.

Traslado al precio

"No vemos a las bodegas muy sensibles con este tema", comenta Centella, que cree que este año "algo subirán, lógicamente", pero no tanto como para que sus cuentas se equilibren. 

Es una sensación que comparten en la D.O.P. Comenta Garrido que el año pasado los precios subieron un 15%, quizá "no tanto como desearían los agricultores", aunque advierte de la imposibilidad en muchos casos de trasladar todo ese aumento al producto embotellado final, pese a que los mercados estén aceptando bien la subida de precios.

Trabajos con la uva de Pedro Ximénez.

Trabajos con la uva de Pedro Ximénez. D.O.P. Montilla-Moriles.

Hay que tener en cuenta cómo de elástica puede ser la relación consumidor-precio para ver a qué variedades se da más juego. Los blancos atraviesan un gran momento en el mercado, pero también el vino dulce de Pedro Ximénez, que es actualmente el 40% de las ventas que tiene la variedad. El problema es que requiere el triple de uva. 

Parte del debate abierto es este: a qué tipo de vino apostar con la escasa uva que hay. "Notamos en esta campaña que hay apetencia por seguir elaborando Pedro Ximénez dulce", sostiene Garrido, aunque se están acercando ya a un "umbral de productividad".

"En un futuro es un tema que tendrá que hablar. Sobre todo para saber si esta tendencia es coyuntural", zanja.

La clave estará en resistir. Actualmente, el valor del producto comercializado de la variedad de Montilla-Moriles ronda los 40 millones. Pero es esas cifras quedan muy lejos del campo, donde los agricultores, al no ven cubiertos sus gastos y sospechar que no contarán con un relevo generacional que trabaje las cepas, están en muchos casos arrancando la viña para sustituirla por olivar.

Vino Pedro Ximénez.

Vino Pedro Ximénez. D.O.P. Pedro Ximénez

"Teníamos 11.000 hectáreas en el año 2000. Desde entonces hemos perdido un 60% y lamentablemente no está saltando la alarma", concluye Centella. En la zona quedan 3.000 viticultores, pero, subraya, "no significa que haya 3.000 personas que vivan de esto". La tierra no les genera tanto como para ser su único sustento.