Descarga de bonito en el Puerto de Burela.

Descarga de bonito en el Puerto de Burela. Europa Press.

Economía

La paradoja del bonito: reduce su pesca pese a contar con la mayor cuota de su historia

Los pescadores descargan hasta agosto 4.000 toneladas menos que un año antes. Por primera vez en 7 años, la campaña puede extenderse a octubre.

25 agosto, 2024 02:12

Nunca se ha podido pescar tanto bonito, y sin embargo se está descargando menos que el año pasado en las lonjas de nuestro país. La paradoja está convirtiendo a esta temporada de pesca de la especie en una de las más atípicas que se recuerdan, y de camino también en una de las más largas: hay tantos peces todavía que podrá pescarse bonito hasta octubre, algo que no ha sucedido en los últimos siete años.

Son cálculos actualizados después de que esta semana los pescadores vascos hayan dado la voz la alarma sobre lo que sucede en las aguas del norte. Hasta este mes de agosto se han descargado 9.840 toneladas de bonito en los puertos de Guipuzkoa (principalmente Getaria, Pasaia y Hondarribia), casi 4.000 menos que el año pasado.

En total, los pescadores han agotado por ahora sólo el 41% de la cuota total de bonito, que este año es histórica con cerca de 25.000 toneladas. Es un 30% más que el año precedente, un margen que se logra porque la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, por sus inglés) responsable de la gestión y conservación de los túnidos y especies afines en el océano Atlántico, consideró que el stock estaba recuperado.

Pescadores y armadores se frotaron las manos con la noticia, pero a cierre de agosto, cuando en años normales se vislumbra ya el fin de campaña, queda aún un 60% de cuota sin aprovechar.

¿Qué está pasando? No es un problema de falta de embarcaciones, ni de pescadores. Ni siquiera del precio de combustible, sostiene a EL ESPAÑOL-Invertia el presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores de España, Basilio Otero.

Imagen de recurso de un pescador.

Imagen de recurso de un pescador. Europa Press

Son, señala, simplemente circunstancias del propio bonito, que migra desde el golfo de México hasta el Cantábrico y no siempre lo hace de la misma forma. "Los buenos tiempos hacen que se muevan poco", explica Otero, que asume que agosto no ha sido un buen mes para quienes han salido a faenar.

Se suma también el calor del agua. "El bonito viaja a unos 21 grados", apunta. Si la temperatura cambia, afecta a su viaje y a su concentración. Finalmente, otro elemento a tener en cuenta: el tipo de cebo.

Existen dos formas de atraer al bonito, con cebo vivo o artificial. El vivo es el que consigue se agote la cuota antes porque anima a los peces y genera una captura "rápida y explosiva", en palabras de Otero, pero es también minoritaria en nuestra flota: el 85% usa cebo artificial, alentado por su menor coste.

Porque al final, salir al mar con cebo vivo exige tener dentro del barco una piscina en la que mantenerlo. Esto se traduce en unos 2.000 litros de gasoil por jornada de trabajo, frente a 600 litros que como máximo precisa una embarcación que utilice cebo artificial.

Subida de precios

Con un menor volumen de bonito descargado este verano, lo esperable sería una subida de precio, pero no está sucediendo tampoco. El precio medio del bonito en lonja ronda actualmente los 3,57 euros el kilo. Es un descenso leve comparado con los años anteriores.

"Hay que tener en cuenta que también tenemos una especie de competencial desleal de las pesquerías francesas", que no tienen la prohibición española de usar el arrastre de superficie, explica Otero.

Así las cosas, con un volumen suficiente de pesca, los franceses satisfacen la demanda sobre todo de las fábricas de conservas, donde va una nada despreciable cantidad del total de bonito que se captura en un año. Esta cobertura de la demanda hace que los precios no se hayan disparado, agrega. O por lo menos, que no lo hayan hecho todavía.

Porque sí se vislumbra un alza de precio en las próximas semanas. "Si alargamos la campaña hasta octubre deberíamos tener una subida", apunta, porque la oferta será más espacia y quizá no en todos los momentos pueda cubrir la demanda.