Mario Draghi no ha tenido un mandato sencillo desde que accedió a la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) en noviembre de 2011. Rescates de países, riesgo de ruptura del euro, peligro de que algún país abandonara la 'moneda única', primas de riesgo, recesión, deflación, medidas monetarias sin precedentes para luchar contra la crisis y sus múltiples consecuencias... No, no lo ha tenido fácil.
Pero también ha habido otro asunto que ha resultado molesto para el banquero central italiano. Ha consistido en su pertenencia al Grupo de los Treinta (G30), un influyente y selecto club formado por actuales y anteriores banqueros centrales, presidentes de bancos y académicos. Vamos, 'primerísimo' nivel.
Su presencia en ese Grupo ha generado no poca polémica en las altas esferas europeas. A finales de 2016, el Observatorio Corporativo Europeo (OCE), una organización que analiza el papel de los grupos de presión en Europa, envió una queja formal a la Defensora del Pueblo Europeo, Emily O'Reilly, porque entendía que la independencia del presidente del BCE entraba en conflicto y quedaba comprometida por su asistencia y participación en los secretos cónclaves del G30.
Lejos de quedarse en una anécdota, a comienzos de 2018 O'Reilly exigió a Draghi que abandonara el G30. Y no fue hasta un año después, en enero de 2019, en una votación en el Parlamento Europeo en la que su permanencia en el Grupo fue ampliamente apoyada -439 votos a favor y 181 en contra-, cuando consolidó su 'silla'. El asunto, sin embargo, le ha perseguido durante el tiempo suficiente y ha generado el debate suficiente sobre los conflictos de interés, la independencia y los códigos éticos del BCE como para convertirse en un tema realmente incómodo para el italiano.
CÓNCLAVE EN MADRID
Ahora, con Draghi afrontando la recta final de su presidencia del BCE, que terminará el próximo 31 de octubre, el G30 celebrará este jueves y viernes su 81ª Reunión Plenaria en Madrid. Y Draghi, por supuesto, asistirá.
La capital de España acogerá así, primero este jueves con un acto de bienvenida y recepción y luego el viernes con la jornada de trabajo propiamente, una reunión de un grupo integrado por varias de las más altas personalidades financieras del planeta. Junto a Draghi, en el G30 figuran nombres como los de Paul Volcker, expresidente de la Reserva Federal (Fed) estadounidense; Jean-Claude Trichet, predecesor de Draghi al frente del BCE; Janet Yellen, expresidenta de la Fed; Zhou Xiaochuan, anterior presidente del banco central chino; Mervyn King, exgobernador del Banco de Inglaterra; Mark Carney, actual gobernador del Banco de Inglaterra; Jacob Frenkel, presidente de JPMorgan Chase International; Axel Weber, presidente de UBS; Philipp Hildebrand, vicepresidente de BlackRock; Paul Krugman, Premio Nobel de Economía... Y más nombres de este calibre. Entre ellos, un español, el del exgobernador del Banco de España, expresidente del Banco Internacional de Pagos (BIS) y actual consejero de BBVA, Jaime Caruana.
Ahora se verán las caras en Madrid en un contexto marcado por la incertidumbre. El retorno de la tensión comercial entre China y EEUU, el Brexit, la delicada situción de la banca europea y el temor a una desaceleración económica más brusca de lo esperado se abrirán paso en las conversaciones del G30.