La presidenta del Banco Central Europeo (BCE) eleva la presión de su discurso hacia los líderes políticos de la Unión Europea. En su comparecencia al término de la sesión del Consejo de Gobierno de la institución, Christine Lagarde ha urgido este jueves al Consejo Europeo a "no perder el tiempo" para alcanzar ya un acuerdo de reconstrucción económica.
Después de muchos toques de atención en los últimos meses, Lagarde ha defendido que las herramientas monetarias desplegadas por el BCE hasta el momento "son suficientes" y "están funcionando bien", pero que la urgencia de medidas económicas y fiscales "sigue siendo crítica". A los miembros del Consejo Europeo les ha recordado: "Lleváis muchas esperanzas en que seáis capaces de conseguir un acuerdo".
Para demostrar que sabe lo que está en juego, más allá de su posición como guardiana del euro, Lagarde ha hecho memoria a su pasado como ministra de Economía y Finanzas del Gobierno de Francia y también se ha referido a la trayectoria de su actual número dos, el español Luis de Guindos, como ministro de Economía y Competitividad. "Ambos tenemos muchas experiencias en largos encuentros que consumen mucho tiempo y energía", ha lamentado.
Un acuerdo "rápido y ambicioso"
Este es el contexto en el que, en plena negativa de los autodenominados 'frugales' al plan consensuado por la amplia mayoría de socios de la Unión Europea, la presidenta del BCE ha recordado "la importancia de no perder tiempo y lanzar una señal al mercado, al mundo de que hay un convencimiento de invertir juntos y reconstruir juntos".
En este sentido, ha destacado que, aunque "el nivel de la actividad se ha recuperado, sigue muy por debajo de niveles previos al coronavirus" y que "las previsiones siguen siendo elevadamente inciertas". Algo que "lastra el sentimiento inversor y el consumo privado", como siguen mostrando varias referencias macroeconómicas publicadas recientemente.
Aquí, la presidenta del BCE ha vuelto a insistir en la importancia de que los líderes europeos "acuerden rápido un ambicioso paquete" de reconstrucción que, a su entender, debe prestar especial atención en "rejuvenecer la economía" mediante el cuidado de los sectores "más dañados" y los retos de la transición verde y digital.
A la espera de que el Consejo Europeo le recoja el guante, Lagarde ha defendido que los estímulos desplegados hasta el momento por el BCE "siguen siendo necesarios", por lo que "seguirán así". Un mensaje firme que, pese a los miedos de algunos expertos financieros, ha calado con fuerza en el mercado, sin sobresalto alguno. Ha salido, por tanto, airosa del reto que este jueves se le planteaba para explicar la falta de nuevos estímulos.
El PEPP está para gastarlo
Por lo que se refiere al Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP, por sus siglas inglesas), ha defendido que "en su partida de nacimiento" tiene el evitar la fragmentación de la economía y el limitar los efectos de la pandemia. De ahí, ha subrayado, su "naturaleza flexible".
Sin rodeos se ha referido directamente a que el BCE ha "rebajado un poco el ritmo de compras" ya que "el mercado es ahora más estable y el riesgo de fragmentación se ha reducido significativamente".
No obstante, y esa era una de las grandes nebulosas que debía despejar este jueves, ha explicado que únicamente se contemplaría no usar su dotación de 1,3 billones "si hubiera muchas sorpresas de mejoría". Algo que, según ella misma ha explicado, "francamente no estamos viendo". De este modo, la francesa ha insistido en que "se seguirá usando para regresar a la trayectoria de inflación previa al Covid-19".
Además, ha subrayado que "desde el mismo anuncio del PEPP, las condiciones de liquidez mejoraron y las primas de riesgo se contrajeron". Y para muestra, ha referido que el diferencial de rentabilidad del 'high yield' europeo se ha reducido en más de 200 puntos desde el establecimiento de este programa.
Sin discusión sobre el 'tiering'
La presidenta del BCE ha explicado que en la sesión del gobierno de este jueves se ha dedicado "una buena parte del tiempo a analizar el panorama macroeconómico" a la luz de las últimas actualizaciones. En este sentido, ha explicado que no se ha considerado la toma de ninguna medida adicional y específicamente se ha referido a que el Consejo "en realidad ni siquiera ha discutido un ajuste del tiering", que era la única posible maniobra a la que apuntaba el mercado.
A pesar del impacto de los tipos negativos, Lagarde ha señalado que "la posición de capital de los bancos es ahora mucho más fuerte que hace 10 años", de manera que están "mucho más preparados para enfrentar complicaciones" y cuentan también con más margen para "ayudar a las compañías a crecer y crear valor". Y así lo muestran, ha dicho, las cifras récord de préstamos concedidos en los últimos tres meses en la Eurozona.
En esta misma línea, ha puesto el foco en el "gran gran éxito" que han tenido las subastas de liquidez TLTRO III. "Mucho más allá de las expectativas del mercado", ha enfatizado.
A palabra seguida ha explicado que este éxito se debe atribuir que "claramente" está relacionado con "los términos atractivos en los que se ofrece", la demanda que había para seguir alimentando el flujo del crédito y "porque no hay ningún estigma asociado a usarlas". Cosa que, ha dejado entrever, no ocurría en la anterior crisis financiera.