La Reserva Federal de EEUU (Fed) acelera en su retirada de estímulos y con más agilidad de lo previsto. El banco central anticipa ya para 2022 hasta tres subidas de tipos oficiales y reduce en 30.000 millones de dólares sus compras mensuales de deuda. Unas decisiones a las que ha llegado después de meses constatando un galopante repunte de la inflación, que en su lectura de noviembre ha marcado máximos de los últimos 39 años.
Este miércoles, el foco indiscutible de las previsiones de la Fed estaba en la revisión de su programa de compras de deuda para atajar el fuerte ascenso de la inflación a más corto plazo. La institución presidida por Jerome Powell explica que "a la luz de la evolución de la inflación y la mejora adicional en el mercado laboral" se ha decidido reducir el ritmo mensual de compra de activos en 20.000 millones para bonos del Tesoro y otros 10.000 millones en cédulas hipotecarias.
Conforme a esta decisión, que duplica los volúmenes anunciados en noviembre, a partir de enero el banco central estadounidense aflojará su ritmo de adquisición hasta 40.000 millones de dólares mensuales en bonos y hasta 20.000 millones en cédulas hipotecarias. Así, previsiblemente, la institución concluirá su tapering (retirada de estímulos) en marzo, tres meses antes de lo que se estimaba hasta ahora.
Mapa de puntos
El comunicado emitido por el banco central señala además que "las ganancias laborales han sido sólidas en los últimos meses y la tasa de desempleo ha disminuido sustancialmente". Y aunque reconoce que "los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia y la reapertura de la economía han seguido contribuyendo a los elevados niveles de inflación", ya no los llama transitorios.
Con todo esto, el mapa de puntos en el que los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) recogen sus previsiones para una eventual subida de tipos ha pegado un vuelco radical. En sus previsiones del pasado septiembre el consenso para una subida de tipos se retrasaba hasta 2023.
Ahora, ni un solo miembro de la Fed cree que en 2022 los tipos seguirán en sus actuales mínimos históricos. En su lugar, prevén tres subidas de los tipos. Si al final estas previsiones se consuman, la tasa oficial de referencia en EEUU pasará del actual 0%-0,25% hasta el 0,75%-1%.
Y aún hay más, pues en 2023, los banqueros del equipo de Powell anticipan que, si la recuperación económica sigue avanzando, las tasas volverán a subir otros tres escalones. Solo 7 de los 18 miembros con voto de la institución consideran que para dentro de dos años los tipos seguirán entre el 1% y el 1,5%. Los más hawkish consideran que ya podrían escalar hasta la horquilla del 2%-2,25%, cotas no vistas desde 2019.
Inflación más allá del 5%
Por lo que se refiere a la muy vigilada inflación, ahora se contempla un salto del IPC hasta el 5,3% este año. En septiembre no se esperaban tasas superiores al 4,2%. Mientras tanto, de cara al año que viene se prevé que el incremento del coste de la vida regrese al 2,6%, lo que supone cuatro décimas más que en su última proyección. En tasa subyacente las subidas alcanzan el 4,4% para este 2021 frente al 3,7% de hace tres meses.
De todos modos, la Fed ya se preparó en buena medida para este escenario el año pasado, cuando en verano alteró la base de su mandato al introducir en el mismo el concepto de "inflación promedio". Una revolución que presentó en el simposio de Jackson Hole y dejó desde entonces la puerta abierta a tasas de IPC temporalmente superiores a la marca clave del 2% sin necesidad de corregirla.
Cerca del pleno empleo
Por lo que se refiere a otras proyecciones macroeconómicas, si en septiembre la Fed aguardaba una recuperación del 5,9% para el PIB de EEUU -tras haber suavizado varias veces sus estimaciones para este año- tres meses después reduce este crecimiento al 5,5%. No obstante, la institución eleva su pronóstico medio de recuperación económica para el año que viene del 3,8% al 4%, según recogen las conclusiones del FOMC publicadas este miércoles.
En lo que se refiere al mercado laboral, el banco central estadounidense ha mejorado sus previsiones en cuanto al paro. Se rebaja el pronóstico de un 4,8% de la población sin empleo al 4,3% para acabar este año. Ya para 2023 se insiste en que la tasa de paro caerá cinco décimas por debajo de la cota clave del 4%, que se considera entrada en pleno empleo para la economía estadounidense.
El comunicado de política económica deja, sin embargo, claro que la Fed sigue lista para adaptar su hoja de ruta a las circunstancias que puedan ir sobreviniendo. En este sentido, hace una alusión clara a la evolución de las "nuevas variantes" de la Covid-19. Algo en lo que Powell ha insistido en su posterior comparecencia, en la que ha asegurado que el órgano que preside no ha discutido aún sobre una reducción de su balance de activos tan engordado en los últimos años.