La Eurotorre del BCE en Fráncfort

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Bancos centrales

El Eurogrupo debate para qué sirve el euro digital: "Un medio de pago eficaz y 'low cost'"

Bruselas presentará a finales de mes una propuesta para dar cobertura legal al euro digital a la espera de la decisión definitiva del BCE sobre su emisión.

14 junio, 2023 02:29
Bruselas

"¿Cuál es el valor añadido del euro digital para los usuarios? O dicho de otro modo: ¿Qué puedo hacer con un euro digital que no pueda hacer con las opciones de pago actuales? No tengo ningún problema con un euro digital si sabemos para qué sirve. Pero mientras esta pregunta no haya sido respondida, seguimos siendo muy escépticos", se quejaba en un reciente debate en la Eurocámara el portavoz del grupo popular europeo, Markus FerberUnas dudas que compartían también representantes del resto de grupos políticos.

Tras casi tres años en fase de estudio, el proyecto del euro digital entra en su fase decisiva. A finales de junio, la Comisión de Ursula von der Leyen presentará una propuesta legislativa para establecer y regular los aspectos esenciales de la nueva moneda virtual, dotándola de curso legal (lo que implicaría la obligación de aceptarlo). En octubre, el Banco Central Europeo (BCE) decide si pasa a la última fase de implementación, que duraría tres años y en la que se determinará definitivamente si se lanza el criptoeuro.

Ante este calendario tan ajustado, el Eurogrupo ha programado para su reunión del jueves en Luxemburgo un nuevo debate sobre el euro digital, el cuarto en lo que llevamos de año, lo que denota la importancia política que se da a este proyecto. Esta vez, los ministros de Economía de la eurozona quieren dar respuesta a la pregunta más básica que se hacían los eurodiputados y muchos ciudadanos: ¿Por qué necesitamos un euro digital?

[El BCE sopesa limitar la tenencia de euros digitales a 4.000 por persona para no dañar a la banca]

La respuesta mayoritaria en el seno del Eurogrupo es que el BCE debe dar respuesta a la caída en el uso del efectivo, que se está produciendo más rápido en unos países que en otros pero que constituye una tendencia común en la eurozona. Las monedas y los billetes están siendo sustituidos de forma acelerada por pagos digitales y la cuestión ahora es quién va a ocupar ese espacio, quién prestará estos servicios.

Los dirigentes de la eurozona tienen miedo de que sean grandes empresas basadas fuera de la UE (sobre todo estadounidenses) las que asuman el control. O también que se cree un mosaico de sistemas de pago instantáneo estrictamente nacionales e incompatibles entre sí. "Ninguna de estas soluciones parece particularmente óptima y esto es lo que el euro digital quiere resolver", explica un alto funcionario europeo.

"La razón primaria por la que se necesita un euro digital es que todos los ciudadanos comunitarios puedan pagar en cualquier parte de la eurozona, en todo momento, con un medio controlado y regulado por Europa", sostiene el alto funcionario. La nueva moneda virtual, al basarse en una asociación público-privada, será una especie de columna vertebral a partir de la cual el sector privado puede crear soluciones de pago innovadoras.

El otro tema central que discutirá el Eurogrupo por primera vez es quién asumirá los costes de poner en marcha el euro digital. La hipótesis de partida es que los ciudadanos no deben asumir ningún coste en las operaciones básicas. Por eso, tendrá que repartirse entre el eurosistema, los intermediarios y los comerciantes. "En todo caso, los costes deben ponerse en perspectiva. Será un método de pago muy eficaz y low cost, mucho más barato que el efectivo", explica el alto funcionario.

El lanzamiento del euro digital cuenta con un amplio apoyo político entre las instituciones de la UE. Lo consideran imprescindible para garantizar la soberanía monetaria no sólo frente a las soluciones privadas, sino también para no quedarse atrás frente a las monedas virtuales que están desarrollando otras grandes potencias como China.

"El euro digital es esencial para apuntalar la autonomía estratégica abierta de la UE. Las empresas privadas están desarrollando monedas estables, criptoactivos cuyo valor está vinculado a otra moneda, que generalmente no es el euro. Los bancos centrales de todo el mundo están investigando, probando e incluso emitiendo monedas digitales", sostiene la comisaria de Servicios Financieros, la irlandesa Mairead McGuinness.

"Si no proporcionamos nuestra propia solución, corremos el riesgo de que las monedas digitales privadas o las monedas digitales de bancos centrales extranjeros llenen el vacío. Y eso podría afectar al papel del euro, tanto en el mercado europeo de pagos minoristas como en el comercio internacional", ha avisado McGuinness.

También la presidenta del BCE, Christine Lagarde, defendió la necesidad del euro digital en un reciente debate en la Eurocámara. "Estoy convencida de que tenemos que avanzar en esa dirección porque queremos seguir siendo soberanos y la soberanía se demuestra también en la moneda que usamos. A nadie nos gustaría que de repente otra moneda se convierta en el atributo de la soberanía de otros sobre Europa", sostiene Lagarde.

La presidenta del BCE asegura que "el euro digital no va a sustituir al efectivo, sino que coexistirá con él". La nueva moneda virtual no podrá ser totalmente anónima como el efectivo para garantizar que no se use para blanquear dinero o financiar el terrorismo, pero sí garantizará un alto nivel de privacidad.