En el mes de enero, cuando los partidos empezaban a demostrar su incapacidad para formar un gobierno y la incertidumbre política se extendía, el mayor temor de los economistas era saber cuál llegaría a ser el impacto sobre el crecimiento potencial de la economía. Más allá de los efectos cíclicos que podía generar sobre la economía, en especial sobre el consumo, lo que preocupaba a los expertos era saber si afectaría a las decisiones de inversión de las empresas, el verdadero motor de crecimiento a medio y largo plazo.
El Banco de España ha despejado esta duda en su Informe trimestral de la economía española. La entidad realiza su análisis de la evolución de la inversión y la actividad de las empresas y determina que “el tono expansivo de la actividad empresarial se prolongó durante el segundo trimestre del año”. Si bien es cierto que la inversión residencial se contrajo en el primer semestre del año, el resto de inversiones productivas, no sólo crecieron respecto a los trimestres anteriores, sino que entre abril y junio volvió a acelerar.
La inversión en bienes de equipo habría mantenido un tono positivo en el segundo trimestre del año
Según el Banco de España, “la inversión en bienes de equipo habría mantenido un tono positivo en el segundo trimestre del año”, esto es, las empresas habrían seguido apostando por crecer y renovar sus equipos. Una muestra clara de su optimismo a pesar de toda la incertidumbre política que todavía rodea al país.
El impacto directo de la inversión es la creación de empleo, que en las ramas industriales “mantuvo un tono positivo, según se desprende de las cifras de afiliados a la Seguridad Social en este sector”, indica el informe del Banco de España. Las empresas amplían sus negocios y contratan gente. Este círculo virtuoso en el que entró España en 2014 y que los economistas temían que pudiera perderse ante la parálisis política.
La inversión ha mantenido su ritmo de crecimiento, lo que demuestra que la incertidumbre política no ha frenado la voluntad de crecer de las empresas. Sin embargo, no se puede afirmar que no haya afectado a la inversión. ¿Qué hubiese ocurrido si el escenario hubiese sido de estabilidad? Sin duda algunos proyectos se han cancelado en estos meses, lo que indica que los datos hubiesen sido mejores.
Es lo que ha venido explicando estos meses Rafael Doménech, jefe de economías desarrolladas de BBVA Research. El servicio de estudios del banco español ha calculado el impacto de la incertidumbre política sobre el crecimiento económico (ojo, no sobre la inversión) y ha determinado que el coste para el PIB es de unos 8.000 millones de euros entre 2016 y 2017. En palabras de Doménech cuando presentó el informe Situación España del segundo trimestre: “Estamos en un periodo de una incertidumbre inusualmente elevada que está restando alguna décima de crecimiento en 2016 y previsiblemente también lo hará en 2017”.
El buen ritmo de la actividad
Sin duda, la el consumo interno ha jugado un papel fundamental en el optimismo de las empresas y su decisión de invertir. El índie PMI que realiza Markit con encuestas a los gestores de compras de las empresas, es uno de los mejores indicadores para medir la evolución mensual de los distintos sectores así como sus previsiones de futuro. En el caso de las empresas manufactureras, el informe de abril no pudo ser más transparente: “El factor clave que impulsó la última mejora de las condiciones operativas fue un incremento intenso y acelerado de la producción”. Las carteras de pedidos han sido clave en este buen desempeño de la actividad en el sector manufacturero y que ha sido la tónica en el conjunto de la economía.
La producción industrial que mide el INE mantiene su crecimiento, si bien a un ritmo algo más lento que durante 2015. El último dato disponible, del mes de abril, refleja un incremento de la producción del 2,7% en términos interanuales. Esto significa que la producción sigue aumentando, aunque lo haga a un ritmo algo inferior.
El Banco de España concluye que “por lo que respecta a la industria, los indicadores disponibles señalan una prolongación del período de pujanza de la actividad, aunque quizá a un ritmo algo atenuado con respecto al comienzo del año”.
Con la financiación a favor
Si bien la demanda es uno de los pilares para el crecimiento de la inversión, hay otro factor que es tan relevante o más: la financiación. Las empresas necesitan dinero para poner en marcha sus proyectos de inversión. Lo que muestran los datos publicados en los últimos meses es que tienen dinero barato y también ganas de pedirlo.
Lo que muestran los datos publicados en los últimos meses es que tienen 'dinero barato' y también ganas de pedirlo
Los datos de la Encuesta de Préstamos Bancarios del Banco de España pone de manifiesto una “mejoría de las condiciones de financiación” que “también se observa en la última edición de la encuesta sobre el acceso a la financiación de las pymes del área del euro (SAFE, por sus siglas en inglés)”. Los criterios de aprobación de préstamos a sociedades se mantuvieron relativamente estables en el primer trimestre del año desde las buenas condiciones en las que ya estaban al final de 2015. Sin embargo, donde se percibe una clara mejoría es en las condiciones de nuevas operaciones, esto es, para empresas que se endeudan para poner en marcha un proyecto de inversión nuevo.
El Banco de España también determina que “las entidades detectaron en los tres primeros meses del año un incremento de las solicitudes de fondos por parte de las pequeñas y medianas empresas”, lo que muestra también que el tejido de pymes también es optimista con la situación de la economía española.