Alguien tenía que ser el primero y ha sido Moody’s. La agencia de calificación asegura que España también incumplirá este año su compromiso de déficit con Bruselas. Y eso que la Comisión Europea ya revisó en julio la nueva senda de estabilidad, justo después de que perdonaran la multa por el desfase de 2015, pero ni con esas. Fue en julio cuando Bruselas amplió el déficit permitido para este año en 18.000 millones de euros (del 2,8% hasta el 4,6% del PIB), respecto al objetivo inicialmente fijado. Pero ni con esas.
“Esperamos que el objetivo revisado para este año del 4,6% del PIB no se consiga”, alerta Sarah Carlson, analista senior de Moody’s. De esta forma, se convierte en el primer gran actor internacional que pone en duda el nuevo objetivo pactado con Bruselas. Las cuentas públicas que dejó firmadas el actual Gobierno cuando todavía no estaba en funciones, esto es, los Presupuestos Generales para 2016, están provocando un “exceso fiscal” en el país que será el causante del desfase de este año. Moody's publica este informe solo unos días después de conocerse que el déficit de la Administración Central aumentó un 20% hasta julio.
El problema del Presupuesto que dejó firmado Mariano Rajoy se une a la parálisis política. Un cóctel explosivo para las cuentas públicas. Carlson explica que la “continuada ausencia de gobierno reduce la capacidad de España de conseguir sus objetivos fiscales y de abordar la debilidad estructural de las finanzas públicas”. Los retos más importantes que señala la agencia y que no pueden abordarse sin un ejecutivo son “control efectivo de las finanzas autonómicas y del gasto sanitario y la reforma de la Seguridad Social”.
Moody’s concluye alertando de que el prolongado impasse político tendrá un efecto negativo sobre la situación crediticia del país. La calificación del país sigue siendo de Baa2, tan solo dos escalones por encima del bono basura, por lo que el margen es estrecho. La agencia mantiene una perspectiva estable, mientras que antes de las elecciones del 20 de diciembre era positiva.
Los retos crecen
La economía ha reaccionado muy bien a la incertidumbre política y el PIB español sigue creciendo a ritmos superiores al 3% en contra de lo que pensaba la gran mayoría de los expertos. Sin embargo, Moody’s advierte que este buen ritmo se debe a una serie de vientos de cola que no durarán para siempre. Son estos: el precio bajo del petróleo, la relajación de las condiciones financieras y el crecimiento del turismo (la llegada de turistas extranjeros hasta julio aumentó un 11%).
Al margen de estos factores favorables que están sosteniendo el crecimiento, Carlson señala que “los retos para el crecimiento están aumentando, especialmente en la inversión”. El gasto público en nuevos proyectos de obra pública cayó un 20% en la primera mitad del año y la contribución de la inversión al crecimiento en el segundo trimestre fue la más baja desde 2014. Estos dos hechos reflejan un cambio en el patrón de crecimiento de la economía que lleva a la agencia a rebajar las expectativas de crecimiento de 2017 hasta el 2%.
“Los costes económicos y fiscales derivados del vacío de poder están aumentando y esperamos que tanto el crecimiento como el rendimiento fiscal se sigan deteriorando en 2017”, alerta Carlson. Esto significa que la ausencia de Gobierno también podría complicar el cumplimiento de los objetivos de déficit para el próximo año.
“No tener gobierno prolonga los excesos fiscales de 2016”, alerta Moody’s. Si para el 15 de octubre España no ha presentado el Presupuesto General para 2017 ante Bruselas, tendrá que prorrogar las cuentas de 2016 y, por tanto, el desfase de este ejercicio. Es importante tener en cuenta que la Comisión sí que es exigente con el ajuste de 2017, después de ser muy flexible con el de este año. España tiene que ajustar 15.000 millones de gasto público para rebajar el déficit hasta el 3,9% del PIB.
En cualquier caso, Moody’s señala que la ausencia de gobierno no es la peor situación para España, ya que habría un escenario peor: “la formación de una coalición mayoritaria que intentase derogar las reformas legislativas aprobadas recientemente”. En otras palabras, la agencia cree que el peor escenario para el país sería un gobierno de izquierdas que revirtiese las medidas del Partido Popular.
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