La consigna de Bruselas es esta vez el silencio. La Comisión Europea ha eludido pronunciarse este jueves sobre la posible fusión de Bankia y Banco Mare Nostrum (BMN) anunciada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para crear un 'superbanco' público. "La Comisión está vigilando que tanto Bankia como BMN cumplan sus planes de reestructuración", se ha limitado a decir el portavoz de Competencia, Ricardo Cardoso.
En Bruselas justifican este silencio alegando que la fusión no es todavía inminente y sostienen que no hay contactos sobre ella con el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy. El FROB sólo ha anunciado que estudiará si la operación es factible y ha dejado claro que la realizará "dentro del marco legal y respetando las reglas sobre ayudas públicas", resaltan fuentes comunitarias.
Sin embargo, las reglas parecen a priori muy claras. Tanto Bankia como BMN están sujetas a planes de reestructuración pactados con Bruselas para reducir las distorsiones de competencia provocadas por la ingente cantidad de dinero público que han recibido, la mayoría del rescate bancario de la UE en 2012. En el caso de Bankia, la inyección de ayudas públicas asciende a 22.424 millones de euros, mientras que en el de BMN se sitúa en 3.745 millones.
Una de las condiciones incluida en los dos planes de reestructuración es la prohibición de que Bankia y BMN adquieran otros bancos. Se trata de evitar que las entidades aprovechen los fondos públicos para absorber a otros rivales en el mercado. "Esta prohibición sigue estando en vigor", afirman las fuentes consultadas. En el caso de BMN, hasta diciembre de 2017. En el de Bankia, el plazo no figura en el plan de reestructuración por motivos de confidencialidad.
Acelerar las privatizaciones
A diferencia de lo ocurrido en anteriores ocasiones, el Ejecutivo comunitario no ha aludido en público a esta prohibición de adquisiciones. ¿Quiere decir eso que ha suavizado su oposición a la fusión entre Bankia y BMN? Las fuentes consultadas tampoco lo aclaran. Insisten en que hasta ahora España está cumpliendo al pie de la letra las condiciones de los planes de reestructuración.
¿Y qué pasa si quieren modificarlas, por ejemplo para eliminar el veto a fusiones? "En ese caso, tendrán que notificarnos lo que quieren hacer y deberemos examinarlo, pero no podemos especular en estos momentos", dicen en la Comisión. Tampoco concretan si se impondrían nuevas condiciones a una posible adquisición de Bankia y BMN y sólo explican que la operación propuesta se examinaría de forma individualizada.
Otra posibilidad es que la fusión se lleve a cabo cuando haya expirado la prohibición de adquisiciones. Aunque esta opción cuadra mal con la urgencia que parece sugerir el anuncio del FROB.
Hasta ahora, en los sucesivos informes de vigilancia tras el rescate bancario, Bruselas y el Banco Central Europeo han venido insistiendo en la necesidad de acelerar la privatización de Bankia y del BMN. El Gobierno en funciones se comprometió a hacerlo antes del fin de 2017. "Completar la reestructuración y la privatización de estos bancos propiedad del Estado es necesario para situar al sector bancario sobre una base sólida a largo plazo", señala el último informe.
Los inspectores de la Comisión y del BCE tienen previsto regresar a Madrid este otoño para volver a examinar la situación del sector bancario español y en particular de Bankia y BMN.
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