Equilibrar las cuentas de la Seguridad Social es uno de los mayores retos que tiene el Gobierno por delante en esta legislatura. El sistema tiene un déficit que supera los 18.000 millones de euros, esto es, más de la mitad de todo el margen de desfase presupuestario que permitirá Bruselas para el próximo año (el 1,8% frente al 3,1% acordado). Una de las opciones que maneja el Ejecutivo es sacar las pensiones de viudedad y orfandad de la Seguridad Social y que se financien directamente con los Presupuestos Generales del Estado.
Esta medida permitiría ajustar el déficit a corto plazo (a largo plazo los problemas de la demografía volverían a presionar las finanzas), ya que permitiría ahorrar a la Seguridad Social algo más de 20.000 millones de euros. Sin embargo, tanto Podemos como el PSOE pretenden vetar esta posibilidad. Las dos formaciones quieren mantener a toda costa estas pensiones, que son contributivas (ya que el fallecido lo hizo por los familiares, que son los beneficiarios) dentro del Sistema de la Seguridad Social.
El Gobierno filtró a la prensa la posibilidad de sacar estas pensiones para llevarlas a los Presupuestos, algo que no ha sentado bien en el PSOE. La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, también propuso que las personas en edad de jubilarse puedan cobrar el 100% de su prestación y, al mismo tiempo, seguir trabajando. Medidas que no están dialogadas con los partidos y que supondrían un cambio sustancial para la Seguridad Social. Mercè Perea, portavoz del Grupo Socialista, pide a la ministra que “deje los globos sonda y se dedique a dialogar y negociar las medidas dentro del Pacto de Toledo”.
Para Unidos Podemos la propuesta de sacar las dos modalidades de la Seguridad Social es “peligroso”, explica Alberto Montero, portavoz del Grupo. “Esta propuesta puede abrir una vía para destinar menos recursos en las partidas presupuestaria y que se vayan restando las pensiones”, denuncia. Por su parte, Perea cree que “desgajar las prestaciones quiere decir debilitar el Sistema de la Seguridad Social, es mejor compensar el déficit con transferencias de los Presupuestos”.
Para las dos formaciones, las pensiones de viudedad y orfandad tienen que quedarse dentro del Sistema de la Seguridad Social y que regirse por los mismos criterios que el resto de prestaciones, en especial a la hora de su revalorización. Tanto PSOE como Podemos plantarán cara al Gobierno en este punto.
El PP tiene más fácil convencer a Ciudadanos para adoptar esta medida, ya que ambos acordaron, en su pacto de investidura “estudiar la reordenación de las fuentes de financiación del sistema público de pensiones, en especial en lo relativo a aquellas prestaciones que no tengan un carácter netamente contributivo”. Las dos formaciones no detallaron más, pero así abrieron la posibilidad de sacar las dos modalidades de la Seguridad Social. También acordaron que se pueda compatibilizar el 100% de la pensión con el trabajo más allá de la edad de jubilación.
Divide y vencerás
Cuando la Seguridad Social no tiene suficientes recursos para pagar todos los gastos tiene que hacerse cargo la Administración Central, ya sea con los Presupuestos, o emitiendo deuda. Esto es, si a la Seguridad Social le falta dinero, tiene que ponerlo el Gobierno. Entonces cabe preguntarse: ¿qué más da si se financia con una transferencia de los Presupuestos a la Seguridad Social o si se paga directamente con los Presupuestos?
La pregunta es pertinente, pero tanto PSOE como Podemos tienen muy clara la respuesta: no da igual. Si se sacan estas dos pensiones de la Seguridad Social podrían verse modificadas en el futuro cuando se aprueben los Presupuestos, por lo que los dos partidos creen que los beneficiarios están más protegidos si se mantienen dentro de la Seguridad Social.
Además, el problema de las pensiones no se solucionará del todo sacando estas dos modalidades, ya que la demografía volverá a hacer que se incurra en déficit, a menos que se consiga crear mucho empleo o de mucha calidad en las próximas décadas. Esto significa que los Presupuestos tendrán que seguir soportando los déficit del Sistema.
La suma de estos dos factores hace que ambos partidos prefieran mantener las prestaciones de viudedad y orfandad dentro de la Seguridad Social y dejar unidas todas las pensiones contributivas. Si el Sistema necesita financiación externa, que se realice con una transferencia de los Presupuestos al conjunto del Sistema, pero no para pagar unas prestaciones concretas.
Las dos formaciones coinciden en que manteniendo las dos pensiones dentro de la Seguridad Social será más fácil avanzar hacia la confluencia con el resto de prestaciones contributivas. “Nuestro objetivo es que vayan convergiendo con el resto de prestaciones contributivas”, explica Montero. Para la diputada socialista, el objetivo sería llevar las pensiones más bajas hacia el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de forma progresiva. “Es una cuestión a plantear, tenemos que ver qué es lo que aguanta el sistema, ya que la sostenibilidad es prioritaria”, indica Perea.
Sacar otros gastos
Báñez convocó el miércoles a los representantes de las principales formaciones para realizar una primera toma de contacto de cara a la convocatoria del Pacto de Toledo que se realizará la próxima semana. La ministra no solo tiene el apoyo de Ciudadanos, formación que la considera una política seria y responsable, sino que también tiene buena consideración entre las filas socialistas. "Creo que está en la posición de acercar posturas", señala Perea.
La diputada socialista propone que en lugar de tocar las pensiones de viudedad y orfandad, se replanteen otros gastos que actualmente los soporta la Seguridad Social y que podrían trasladarse a los Presupuestos. “En este momento la estructura del Sistema de pensiones tiene imputados gastos como las políticas de empleo que deberían irse fuera”, explica.
Otros gastos que se propone sacar son los del capítulo 1 y 2, esto es, personal y bienes y servicios. “Creo que sufragar estos gastos no le corresponde a la Seguridad Social, sino que es propio de la gestión del Gobierno, por lo que debería pagarlo la Administración Central”, señala Perea.
De este modo, el problema de las pensiones pasará a ser un quebradero de cabeza para el Ministerio de Hacienda, que hasta ahora no ha tenido que preocuparse por ello. En 2017 se agotará la hucha de las pensiones (el Fondo de Reserva de la Seguridad Social), por lo que Hacienda tendrá que aportar el dinero que falta, ya sea quitándolo de otras partidas, o elevando los impuestos.
PSOE y Podemos también coinciden en su propuesta de mantener el poder adquisitivo de las pensiones, lo que supondrá un reto todavía mayor para el estado de bienestar. Esto significaría eliminar el índice de revalorización de las pensiones que introdujo el Partido Popular en su reforma de 2013 y volver a vincularlas a la inflación. Una carga que está por ver si la demografía puede sostener, ya que las proyecciones del INE apuntan a que dentro de 30 años ya habrá más jubilados que trabajadores (sin contar otro tipo de pensiones que no se pueden prever, como son orfandad y viudedad).