Nuevo escándalo en el Fondo Monetario Internacional (FMI). La Corte de Justicia de la República (CJR) Francesa ha declarado, contra todo pronóstico, culpable de negligencia a su directora gerente por un caso registrado durante su gestión al frente del ministerio de Finanzas. Esta sentencia, que no implica ni cárcel ni multa y que ha despertado el apoyo del equipo directivo del organismo y de otras instituciones, ha abierto el apetito de China y los países emergentes para asaltar el organismo internacional tras años reivindicando su posición.
El caso tiene su origen en 2007. La entonces ministra de Finanzas dejó en manos de tres árbitros privados la decisión de conceder una multimillonaria indemnización al empresario Bernard Tapie, muy cercano al entonces presidente de la República, Nicolás Sarkozy. Estos árbitros tomaron una decisión que costó al erario público algo más de 400 millones de euros, incluidos 45 millones en concepto de reparación moral al propio Tapie.
Total respaldo del FMI
Lagarde no estuvo presente durante la lectura de la sentencia en Francia. Desde el directorio del FMI, que se reunió el lunes para analizar todas las circunstancias, la han respaldado y han expresado su "total confianza" para que continúe realizando su labor al frente de la institución, algo que ella ha agradecido en una breve declaración.
“La junta reafirma su confianza plena en la habilidad de la directora gerente de continuar llevando a cabo de manera efectiva sus tareas”, apuntó este lunes el organismo en un comunicado.
No fue el único apoyo recibido. El Gobierno de Francia se ha dado prisa para evitar que comiencen las especulaciones que puedan favorecer a China o a los emergentes. El ministro de Economía, Michele Sapin, ha salido rápidamente al paso este lunes asegurando que la directora gerente ha desempeñado “exitosamente” su mandato. “El Gobierno mantiene toda su confianza en su capacidad para ejercer sus responsabilidades”, ha apuntado.
Además, Lagarde ha recabado otros apoyos. El diario económico Financial Times también defiende que no haya cambios. “Este no es el momento para resolver estas cuestiones”, aseguraba el diario en un editorial, en referencia a las críticas recibidas por la ausencia de China y los países emergentes. Por su parte, el comisario europeo de Economía, el francés Pierre Moscovici, ha respaldado este martes su continuidad: "Creo que tiene que continuar su tarea y que la decisión de la justicia tiene que ser valorada tal y como ha sido adoptada", ha señalado a la televisión "BFMTV".
La directora gerente ya había sido respaldada anteriormente por los principales accionistas y miembros más pequeños de la institución (cuenta con 24 miembros del consejo de voto que representan a 189 países) en febrero, cuando fue reelegida.
China se frota las manos
Pese a este respaldo, este caso alimenta las aspiraciones de China y los países emergentes. En los últimos años, el organismo económico ha sido muy criticado por la práctica habitual de adjudicar de manera automática el puesto de máximo dirigente a un alto funcionario europeo. China y otros países latinoamericanos como Brasil, han lamentado que su creciente influencia en el escenario económico no se haya visto reflejada en los puestos de relevancia.
En 2011, cuando Strauss-Kahn presentó su dimisión tras el estallido del caso de agresión sexual a una camarera de un hotel de Manhattan (EEUU), la portavoz del Ministerio de Exteriores, Jiang Yu told, afirmó: “Creemos que los países emergentes y en desarrollo deberían tener representación a alto nivel; el FMI debería continuar la reforma de su estructura y gobierno”. No hubo resultado: Lagarde fue su sustituta.
Como respuesta, en 2014, cinco grandes países emergentes –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- dieron el paso de crear lo que vino a denominarse un Nuevo Banco de Desarrollo y un fondo de reserva para situaciones de emergencia. El objetivo: lanzar un claro reto a los dos organismos que han dominado el mundo financiero desde mediados del siglo XX –el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI)-.
De los últimos seis dirigentes que han estado al frente del organismo, cuatro procedían de Francia (Lagarde y Strauss-Kahn, los que se han enfrentado a graves problemas con la justicia). La primera fue elegida en el año 2011 tras la renuncia del segundo. Y fue por encima del gobernador del Banco Central de México, Agustín Carstens, bien valorado en el otro ala.
Pero el guión se repitió este mismo año. En febrero, Lagarde fue reelegida para el cargo después de que no se presentara ningún otro aspirante. Castens, que recientemente presentó su dimisión al frente del banco de México, acabó por no presentarse. Ahora está preparado para convertirse en manager general en el Banco Internacional de Pagos, con sede en Suiza.