El socialista holandés Jeroen Dijsselbloem está dispuesto a aferrarse a la presidencia del Eurogrupo pese a la debacle de su partido (PvdA) en las elecciones holandesas y su previsible salida del futuro Gobierno de Mark Rutte. En la reunión de este lunes, Dijsselbloem ha dejado claro que su intención es agotar su mandato, que caduca en enero de 2018, y sólo se planteará marcharse antes de hora si alguno de sus colegas le mueve la silla. Una estrategia que bloquea las opciones del ministro español, Luis de Guindos, considerado el favorito para sustituirle.
"La formación de un nuevo Gobierno de coalición en Holanda puede llevar algunos meses", ha alegado Dijsselbloem. Durante este periodo, él seguirá como ministro de Finanzas en funciones, por lo que en teoría cumple todos los requisitos para seguir al frente del Eurogrupo. Pero el holandés quiere quedarse incluso cuando salga del Gobierno (él mismo ha descartado que el PvdA esté en la nueva coalición). En ese momento, "será el Eurogrupo el que tenga que decidir cómo proceder".
El político holandés confía en que entonces podrá contar con el respaldo de la mayoría de sus colegas para agotar su mandato. Las declaraciones del resto de ministros de Economía confirman su estrategia. Todos los que han hablado a su llegada al Eurogrupo, desde el francés Michel Sapin hasta el alemán Wolfgang Schäuble, han resaltado que Dijsselbloem es un "muy buen" presidente del Eurogrupo.
"La contribución de Jeroen Dijsselbloem ha sido importante y preciosa, sobre todo sobre el tema de Grecia. Es un hombre que conoce admirablemente este expediente, que sabe dirigir el Eurogrupo, que sabe hacerlo rápido y de forma eficaz", ha dicho el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, uno de los más entusiastas.
En una entrevista con el diario alemán FAZ, Dijsselbloem plantea que la presidencia del Eurogrupo podría convertirse en un cargo a tiempo completo, lo que le permitiría quedarse incluso después de enero de 2018. En la entrevista, el holandés critica además a los países del sur rescatados, unas palabras que la delegación española cree que le podrían restar puntos a la hora de seguir en el cargo.
"En la crisis del euro, los países del norte se han mostrado solidarios con los países afectados por la crisis. Como socialdemócrata, atribuyo a la solidaridad una importancia excepcional. Pero el que la solicita tiene también obligaciones. Uno no puede gastarse todo el dinero en copas y mujeres y pedir luego que se le ayude", afirma Dijsselbloem.
Guindos se queja de las reglas
Mucho más frío que el del resto de sus homólogos ha sido el tono empleado por Guindos al hablar de Dijsselbloem. Aunque ha evitado criticarle de forma abierta, el ministro de Economía ha cuestionado indirectamente la continuidad del holandés tras los malos resultados de su partido. "Esto es un tema de legitimidad, de sentido común y estoy convencido de que tanto el señor Dijsselbloem como todos los demás aplicaremos el sentido común", ha señalado.
Guindos se ha quejado también de la ambigüedad de las normas para elegir al presidente del Eurogrupo. "He visto algunas que son más claras y menos evanescentes", ha denunciado. De acuerdo con estas normas, que además no son públicas, los candidatos a presidir el Eurogrupo deben ser obligatoriamente ministros de Economía de su país de origen. Pero no se precisa qué ocurre si el presidente deja de ser ministro una vez en el cargo, y esta es la laguna que Dijsselbloem quiere explotar para seguir.
En todo caso, el ministro de Economía ha querido dejar claro que no se plantea lanzar un asalto inmediato contra el holandés. "En principio, yo no soy candidato de nada", ha dicho al ser preguntado por la posibilidad de que vuelva a presentar su candidatura para presidir el Eurogrupo.
El contexto político tampoco favorece ahora la elección de Guindos. Los presidentes de las tres grandes instituciones de la UE -Consejo, Comisión y Eurocámara- pertenecen al Partido Popular Europeo, la misma familia política que la del ministro de Economía español. En la última cumbre de marzo, los líderes europeos se han comprometido a garantizar el equilibrio ideológico en próximos nombramientos, por lo que no tendría sentido sustituir a un socialista por un conservador en el Eurogrupo.
El ministro español ya intentó el asalto al Eurogrupo en julio de 2015, pero fue derrotado por el propio Dijsselbloem pese a que en teoría contaba con el apoyo de la todopoderosa canciller alemana, Angela Merkel. Guindos guarda un recuerdo amargo de aquella experiencia.
España cumplió el déficit
En el Eurogrupo de este lunes, Guindos ha informado a sus colegas de que España cumplió el año pasado la meta exigida por la UE de reducir el déficit al 4,6%. Aunque la cifra final no se publicará hasta la semana que viene, el ministro de Economía ha presumido de que "el objetivo se ha cumplido con holgura", incluso tras contabilizar las ayudas a la banca (dos décimas del PIB).
"Hubo un momento de alguna duda, de si nos podíamos ir por encima del 4,6%. No ha sido así y yo creo que eso es una buena noticia" porque facilita el cumplimiento de la meta de este año (3,1%), ha insistido Guindos. Todo ello indica "la fortaleza de la economía española", ya que "todavía no existe ninguna señal evidente de desaceleración", ha apuntado. "La economía española sigue sorprendiendo por su buen tono en este principio de año", celebra el ministro de Economía.
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