La crisis del coronavirus ingresa a la economía de EEUU en la UCI. Desde que la infección traspasó las fronteras del país hace un mes, la friolera de 21,78 millones de estadounidenses han perdido su puesto de trabajo. Una cifra tan abultada que supone borrar todo el empleo creado en la mayor economía del mundo desde la quiebra de Lehman Brothers a finales de 2008.
Solo en la última semana, un total de 5,245 millones de estadounidenses han perdido su puesto de trabajo. Así se desprende del dato semanal de nuevos solicitantes de ayuda al desempleo. Aunque este número supone una moderación con respecto a las últimas semanas, de nuevo bate las previsiones más agoreras de los economistas, que aguardaban un máximo de 5,1 millones de nuevos parados.
El récord en estas cifras se marcó hace una quincena, cuando en solo siete días se fueron a la calle 6,65 millones de trabajadores en EEUU. Hasta la irrupción del coronavirus, el máximo se situaba en 695.000 nuevas altas registradas en una semana del año 1982. La brecha es abismal. Cuando hace un mes el Covid-19 ya comenzaba a afectar a los sectores más expuestos de la economía estadounidense, se produjeron 282.000 peticiones de ayuda al desempleo.
Menos que hace una semana
Con este dato, el promedio de las últimas cuatro semanas se eleva desde las 232.500 de hace un mes hasta un desconocido registro de 5,508 millones de peticiones. La buena noticia, si es que se puede decir en estas circunstancias, es que los economistas coinciden en señalar que lo peor en cuanto a paro ya ha pasado, aunque la curva de contagios sigue aumentando a una velocidad desconocida hasta ahora por el resto de países afectados.
El analista Adam Vettese, de eToro, subraya que con este último dato por encima de los 5 millones de nuevos solicitantes de ayuda al paro "todos los empleos creados en EEUU desde la Gran Crisis Financiera, han sido destruidos, al menos temporalmente". Del mismo modo, ha insistido en otros malos datos que han acompañado estos últimos números, como "el mayor descenso desde 1946" en la actividad manufacturera, con una caída del 6,3% en marzo.
En este sentido, conviene destacar que en EEUU no existen mecanismos de flexibilidad al estilo de los ERTE aplicados en España y que tanto las nóminas como las prestaciones por desempleo se reciben semanalmente y no al mes, lo que supone una mayor incidencia en los datos de paro de esta etapa de cierre de establecimientos y factorías.
El mismo presidente de EEUU, Donald Trump, ha cambiado radicalmente su discurso, después de haber advertido hace tres semanas de una quincena "muy, muy dolorosa" para EEUU en relación con la epidemia, la semana pasada ya comenzó a hablar de luz al final del túnel. En este sentido, la Casa Blanca trabaja con el objetivo de poder empezar la desescalada del distanciamiento social a partir del 1 de mayo.