La actividad del sector privado en España registró en abril un desplome sin precedentes con caídas récord tanto en el sector servicios como en el manufacturero, según refleja el índice compuesto de gerentes de compras (PMI), que se situó en un nuevo mínimo histórico de 9,2 puntos, frente a los 26,7 del mes anterior, lo que apunta a una contracción trimestral del PIB de al menos el 7%, según IHS Markit.
"Estimamos que la economía se está contrayendo actualmente a una tasa trimestral de alrededor del 7%", ha indicado Paul Smith, economista de IHS Markit, quien ha advertido de que, a pesar de que esta cifra es bastante impactante, "bien podría ser conservadora".
"De hecho, basándonos solo en los datos de marzo y abril, la pandemia ya está cerca de superar el efecto neto en el PIB observado durante la crisis financiera mundial y los años que le siguieron", ha añadido el experto, quien, sin embargo, ha señalado que esta vez es algo diferente, ya que la recuperación, en teoría, será mucho más rápida.
Pesimismo en la reactivación
No obstante, ha indicado, la pérdida de empleo y el gran pesimismo imperante entre las empresas con respecto al futuro conducen a una preocupación notable sobre la posible intensidad de la reactivación.
De hecho, el colapso de la actividad de las empresas españolas en el mes de abril como consecuencia de las medidas de contención de la pandemia de Covid-19 implementadas se reflejó en el desplome de la demanda y de los nuevos pedidos, así como de las cargas de trabajo.
En este sentido, la confianza empresarial entre las empresas españolas cayó a su nivel más bajo en la historia de la serie, ya que estas se mostraron preocupadas por los impactos a largo plazo de la pandemia de la Covid-19 en la actividad económica y en la demanda, lo que se trasladó al empleo, que registró la mayor destrucción de puestos de trabajo en más de 20 años de recopilación de datos.
Desplome sin precedentes
En el caso del sector servicios, el índice PMI de actividad se hundió en abril a un mínimo histórico de 7,1 puntos, frente a los 23 de mes anterior, lo que se tradujo en un ritmo récord de destrucción de empleo, a pesar de que algunas empresas optaron por acogerse a despidos temporales por fuerza mayor.
De este modo, la caída neta de los niveles de personal en el sector servicios en abril fue la más fuerte en más de veinte años de recopilación de datos y superó todo lo observado durante el pico de la crisis financiera mundial.
"Asimismo, a juzgar por los datos de los precios, están emergiendo considerables presiones deflacionistas en abril", advierte la encuesta PMI, señalando que, a pesar de que los costes medios operativos se redujeron por los despidos y, en algunos casos, por los ERTE, también hubo informes de que los precios vinculados a los bienes y servicios relacionados con el petróleo fueron más bajos.
Puesto que los precios de los insumos se redujeron a una tasa récord del estudio, las empresas pudieron ofrecer grandes descuentos a sus clientes y las tarifas cobradas disminuyeron en abril al ritmo más fuerte registrado por el estudio hasta la fecha.
En el caso del sector manufacturero, la encuesta PMI constató en abril la caída más acusada de la actividad desde diciembre de 2008, con un descenso del índice sectorial hasta los 30,8 puntos, frente a los 45,7 del mes anterior.