Uno de los principales problemas que tienen las Administraciones Públicas españolas a la hora de abordar la crisis del coronavirus, en comparación con otros países como Alemania, es la munición económica con la que se cuenta para ello. La pandemia pilló a España con una deuda pública del 95% del PIB y un déficit que había crecido hasta el 2,8%. Escasa munición para lanzar la economía. Por eso el Gobierno espera como agua de mayo los fondos de Bruselas.
Pero la mochila de la deuda se mantiene y las diferentes administraciones tienen que cumplir con sus deberes. Es el caso de las comunidades autónomas, que en lo que queda de año tienen que abonar como mínimo unos 7.693 millones de euros por vencimientos de deuda que les serán prestados por el Estado.
Una deuda que, por cierto, las regiones tienen mayoritariamente con el propio Estado. Es la pescadilla que se muerde la cola. Estos miles de millones de euros que las comunidades reciben como préstamos del Ministerio de Hacienda son para pagar deudas contraídas a través de las distintas líneas de liquidez autonómica puestas en marcha desde 2012.
En cualquier caso, estos 7.693 millones no es ni un tercio de lo que ha previsto entregar a las regiones el Ministerio de Hacienda para que paguen vencimientos, que llegan a un total de 26.441 millones de los que ya se han abonado 18.748 millones.
La región que más millones requiere para vencimientos, y con diferencia, es Cataluña. La Generalitat habrá recibido para cuanto acabe 2020 unos 8.490 millones del Estado. En segundo lugar aparece Comunidad Valenciana, con 5.270 millones y en el tercero Andalucía , con 4.447 millones.
No se trata de un ránking que dependa precisamente de la población. Una de las comunidades más pobladas de España, Madrid, no recibe ni un solo euro para vencimientos de deuda este 2020. Tampoco lo hacen Asturias ni las regiones forales, País Vasco y Navarra.
319.000 millones en ocho años
Un repaso histórico de las líneas de liquidez habilitadas por el Gobierno para las regiones desde 2012 evidencia la dependencia de las regiones de ellas. A través de instrumentos como el fondo de facilidad financiera o el fondo de liquidez autonómica, las regiones han recibido en ocho años la friolera de casi 319.000 millones de euros.
Cataluña se ‘ha comido’ la mayor parte de estos fondos, con unos 97.600 millones, seguida de nuevo por Comunidad Valenciana con 73.600 millones .
Son estas cifras y esta dependencia de las líneas de liquidez, las que hacen que las regiones, sobre todo Comunidad Valenciana, reclamen una y otra vez la reforma de la financiación autonómica. El plan era que hubiera un borrador con este objetivo (al que el PSOE se había comprometido con Compromís a cambio de su apoyo en la investidura de Pedro Sánchez) para octubre, pero no hay noticias de él a causa del Covid-19.
En cualquier caso, cabe recordar que el Gobierno ha habilitado fondos extra para las regiones, precisamente, para atenuar el impacto del coronavirus en sus cuentas y que puedan sufragar el muy incrementado gasto sanitario.
Hacienda, además de haber abonado a las regiones la mayor cifra de entregas a cuenta de la historia de España (que no se retocará a pesar de que se decidió antes del coronavirus), ha generado un fondo no reembolsable de 16.000 millones de euros, independiente del sistema de financiación autonómica.