La Junta de Andalucía no está dispuesta a que el campo se asemeje a las residencias de mayores o a las reuniones familiares en materia de contagios de la Covid-19. Ante la inminente recolección de la aceituna en las explotaciones andaluzas, el Gobierno andaluz está ultimando una normativa para lograr un campo seguro y libre de Covid-19.
La guía estará dirigida a los titulares de las explotaciones agrícolas y ganaderas que contraten temporeros para las distintas campañas de recolección. Será consensuada con todo el sector agroalimentario, una industria que ya ha transmitido su “inquietud” ante el inicio de los trabajos en Andalucía.
Con esta normativa, según informan desde la Consejería andaluza, se busca frenar la posible expansión de la pandemia en este sector. Para ello, se prevé establecer campañas de cribado entre los trabajadores temporales que llegan a la comunidad y pedir una declaración responsable a los titulares de las explotaciones para el seguimiento y control del personal contratado.
"Las campañas agrícolas están muy cercanas en el tiempo y tenemos que conseguir que los niveles de seguridad sean los máximos y que, en el caso de que se detecten contagios de Covid-19, todos los protocolos estén activados para facilitar la mejor reacción y rastreo", ha defendido la Junta de Andalucía.
La normativa vendrá a completar la guía de recomendaciones para el sector ya publicada y se especificarán pautas a seguir por los temporeros para garantizar que la Covid no se propague. Entre ellas están los principios básicos como la prevención personal, la limitación de contactos, la limpieza y ventilación y la gestión de los casos.
Plan de actuación específico
Desde el Ejecutivo andaluz se recomienda que cada explotación elabore un plan de actuación específico frente a la Covid-19. Contemplará todas las medidas que deban ser tomadas en los diferentes escenarios posibles y con los materiales necesarios para su ejecución.
También establecerá la coordinación con los responsables de los alojamientos comunes, de albergues o de residencias temporales y con las administraciones locales o empresas de contratación de trabajo temporal.
A esta medida se unen otras como el seguimiento de los temporeros para garantizar un movimiento seguro, estableciendo incluso periodos de cuarentena. También se fija la utilización de guantes y mascarillas en la recolección y, en caso de que no sea factible, el distanciamiento interpersonal y la posibilidad de fijar cuadrillas encargadas de seguir en todo momento las pautas marcadas.
A la hora de elaborar las medidas preventivas, el titular de la explotación debe limitar las cadenas de transmisión. Por ello, será necesario establecer cuadrillas como grupo de trabajo estable sobre las que pivotarían las medidas preventivas. Sus integrantes deben estar físicamente separados y los distintos grupos no podrán mezclarse entre sí.
La guía también se centrará en los desplazamientos, en las entradas y salidas de la explotación, en el desarrollo del trabajo y en los alojamientos. Para ello, se recomienda la fijación de turnos, restricción de visitas, limpieza y desinfección o cartelería informativa, entre otras medidas.
El sector pide más control
En el supuesto de posibles casos de Covid-19, desde la Junta de Andalucía han abogado por un registro con la relación de trabajadores contratados y la cuadrilla a la que pertenece así como su unidad de alojamiento. Junto a ello, unos protocolos para iniciar el proceso de detección, aislamiento y control.
Este punto es precisamente el que más preocupa al sector agroalimentario. Así lo ha expresado la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). El secretario general de la organización en Jaén, Cristóbal Cano, ha pedido que se potencien los sistemas de control y seguimiento para los temporeros, así como el refuerzo de la atención primaria flexibilizando horarios y asignando centros de salud a estos trabajadores.
A la espera aún de conocer la guía definitiva, Cano ha lamentando la dificultad a la hora de aplicar medidas como las cuadrillas. Según ha explicado a Europa Press, "los temporeros suelen estar con diferentes patrones a lo largo de toda la campaña e incluso en las mismas cuadrillas hay fluctuaciones de gente que entra y sale".
Otros de los puntos a tener en cuenta y que esperan zanjar es el "descontrol" de personas en situación irregular, según ha alertado la organización Asaja. “Ese descontrol es el que puede provocar un problema de salud. Son cientos y miles de eventuales que no están debidamente documentados y esos son los que son difícil de controlar", argumentan desde el sector.