Cambia la cara del Bundesbank, pero no su política de dureza máxima contra la inflación. El nuevo presidente, Joachim Nagel, nombrado por el Gobierno de Olaf Scholz para sustituir al dimitido Jens Weidmann, ha exhibido sus credenciales de halcón monetario apostando por una primera subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) antes de fin de año.
Nagel se suma así a otro de los duros del Consejo de Gobierno, Klaas Knot. El gobernador del Banco de Holanda fue el primero en reclamar públicamente el pasado fin de semana que se acelere la retirada del arsenal de estímulos desplegado por el BCE para amortiguar la crisis provocada por la pandemia. Lo hizo justo después de que la presidenta, Christine Lagarde, endureciera también el tono sobre la inflación, que en enero marco un máximo histórico del 5,1% en la eurozona.
En una entrevista al diario Die Zeit, Nagel enfatiza los riesgos que corre el BCE si espera demasiado para comenzar la normalización de la política monetaria. "Los costes económicos son significativamente más altos si actuamos demasiado tarde que si actuamos a tiempo", sostiene el presidente del Bundesbank.
"Si actuamos tarde, tendremos que subir los tipos de interés de manera más importante y a un ritmo más rápido. Los mercados financieros responderían entonces con mayor volatilidad", avisa.
¿Cuál es entonces el mejor momento para tomar una decisión? Tal y como hizo Lagarde, Nagel se remite a las nuevas previsiones de crecimiento economico e inflación que presentará el BCE en su próxima reunión del 10 de marzo. "Si el panorama permanece sin cambios en marzo, estaré a favor de normalizar la política monetaria", adelanta.
El primer paso sería que el BCE ponga fin a todos los programas de compra de deuda en el transcurso de 2022. Las compras de activos implican mayores riesgos y efectos colaterales, y por eso deben ser las primeras medidas del arsenal de estímulos que se retiren. "Entonces, los tipos de interés podrían aumentar antes de que termine este año", afirma el presidente del Bundesbank.
En la entrevista, Nagel expresa su preocupación por el alto nivel de precios en Alemania y en la eurozona en su conjunto. El Bundesbank cree que la inflación promedio para 2022 en Alemania podría estar significativamente por encima del 4% y sólo empezará a bajar perceptiblemente en la segunda mitad del año.
El sustituto de Weidmann alerta de que el encarecimiento de la energía podría ser más persistente de lo previsto y además ya está afectando a los precios de otros bienes y servicios. Si la inflación se mantiene alta más tiempo de lo previsto, aumentará también el riesgo de efectos de segunda ronda y de una espiral inflacionista de salarios y precios.
Al mismo tiempo, la recuperación cobra fuerza, lo que justifica también retirar los estímulos. "Muchos países están comenzando a relajar sus medidas de contención de la pandemia. La economía se está recuperando. Los mercados laborales mejoran. Esa es una imagen alentadora. Por todo ello, la política monetaria puede volverse menos acomodaticia", alega el presidente del Bundesbank.
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