La economía de la eurozona se arrastra de crisis en crisis. Justo cuando empezaba a superar los últimos coletazos de la pandemia de la Covid-19, la guerra de Vladímir Putin contra Ucrania ha hecho descarrilar de nuevo la recuperación. El resultado es un crecimiento al ralentí o estancado, con una inflación en niveles récord desde la creación del euro. Un escenario de pesadilla de estanflación, según desvelan todos los indicadores económicos.
"La brutal guerra de Rusia contra Ucrania ha hecho subir los precios de la energía y los alimentos, ha interrumpido las cadenas de suministro y ha asestado un duro golpe a la confianza de los consumidores. Al ser la región más expuesta a nivel mundial, la eurozona ha caído en una estanflación", explican los economistas de Berenberg Bank.
El Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona apenas avanzó un 0,2% entre enero y marzo, una décima menos que en el último trimestre del año pasado. En el conjunto de la UE, la expansión fue del 0,4%, frente al 0,5% entre octubre y diciembre, según los datos preliminarles publicados este viernes por Eurostat.
Entre las grandes potencias de la eurozona, Francia ha dado la sorpresa con un crecimiento cero entre enero y marzo, que se explica por un retroceso del consumo de los hogares. La economía italiana se contrajo (-0,2%) debido a la caída del sector servicios y las exportaciones. En contraste, Alemania escapa por la mínima de la recesión (definida como dos trimestres negativos consecutivos), ya que creció un 0,2% tras la caída del 0,3% en el último trimestre de 2021.
Aunque con cifras ligeramente mejores, la economía española se ralentiza bruscamente desde el 2,2% del último trimestre de 2021 al 0,3% entre enero y marzo. El Gobierno de Pedro Sánchez ha rebajado el crecimiento previsto para este año 2,7 puntos, hasta situarlo en el 4,3%. Además, todos los organismos internacionales siguen señalando que España será el último país de la eurozona que recupere los niveles previos a la pandemia debido al hundimiento sin precedentes registrado en 2020.
Pese a la vecindad ibérica y a que los dos Gobiernos pertenecen a la misma familia política socialista, los datos económicos de España contrastan con la buena evolución de Portugal: es el Estado miembro de la UE que más se expandió en el primer trimestre de 2022 (2,6%), con menos inflación que nuestro país (aunque ha sufrido una fuerte subida del 5,5% en marzo al 7,4% en abril).
La inflación anual ha vuelto a marcar un nuevo máximo histórico del 7,5% en la eurozona en abril, una décima más que en marzo. Por su parte, la inflación subyacente (que excluye los componentes más volátiles como son la energía, alimentos no procesados, alcohol y tabaco) también sigue escalando del 2,9% en marzo al 3,5% en abril.
En España, la inflación bajó del 9,8% en marzo al 8,3% en abril. Aún así, nuestro país registra un diferencial de inflación de 0,8 puntos porcentuales con la media de la eurozona, lo que amenaza con derivar en una pérdida de competitividad. El Gobierno espera un nuevo descenso de precios en mayo gracias al acuerdo con la Comisión sobre la "excepción ibérica" para rebajar la factura de la luz.
Pero, sin duda, el principal desequilibrio económico de nuestro país sigue siendo el elevado nivel de paro (12,6% en febrero), el más alto de la UE y que duplica la media comunitaria (6,2%). Eurostat ha publicado este viernes los datos de paro regional correspondientes a 2021. Las tasas más disparadas de toda la UE corresponden a Ceuta (26,6%), Islas Canarias (23,2%) y Andalucía (21,7%). En el top 10 de regiones europeas con más paro están también Melilla (19,8%) y Extremadura (19,5%).
Al mismo tiempo, el impacto de la pandemia de Covid-19 agravó el tradicional descontrol de las cuentas públicas en España y deja a nuestro país en una posición de máxima vulnerabilidad a la hora de encarar la crisis de la guerra en Ucrania y la inminente subida de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE) para combatir la inflación. España se sitúa a la cabeza de la UE tanto en déficit como en deuda pública, según los datos difundidos este mes por Eurostat.
Nuestro país cerró el año pasado con un desfase presupuestario del 6,9% del PIB, cifra que equivale a 82.819 millones de euros. Aunque se ha producido una importante reducción de 2,8 puntos respecto al déficit del 10,2% registrado en 2020 (el peor año de la pandemia), España sigue siendo el sexto país de la Unión Europea con un mayor agujero en sus cuentas públicas. Sólo tienen peores datos que España Malta (con un déficit del 8%), Grecia (7,4%), Letonia (7,3%), Italia (7,2%) y Rumanía (7,1%).
En cuanto a la deuda pública, España pasó del 120% en 2020 al 118,4% el año pasado, cifra que equivale a 1,4 billones de euros. Nuestro país es el cuarto más endeudado de la UE, sólo por detrás de Grecia (193,3% del PIB), Italia (150,8%) y Portugal (127,4%). El nivel de deuda de España duplica el límite del 60% que fija el Pacto de Estabilidad.
¿Cuál será la evolución de la eurozona en los próximos meses? "Las perspectivas para el segundo trimestre son bastante difíciles de leer en este momento. Los primeros indicadores señalan un inicio positivo. Al mismo tiempo, estamos viendo precios altísimos, un debilitamiento de la confianza de los consumidores y un endurecimiento de las condiciones de financiación, lo que significa que hay que esperar un sufrimiento significativo en el futuro", señala Bert Colijn, economista jefe de ING. A su juicio, el segundo trimestre registrará un crecimiento negativo.
"Para los próximos meses, las perspectivas para la zona euro son, en el mejor de los casos, más de lo mismo. Esperamos que el PIB se estanque en el segundo trimestre, mientras que la inflación probablemente se mantendrá cerca de su tasa actual hasta el verano", coinciden los economistas de Berenberg Bank. "Un embargo inmediato a las importaciones de gas de Rusia (muy poco probable) podría causar una recesión más grave", añaden.
La Comisión Europea tiene previsto publicar el próximo 16 de mayo sus tradicionales previsiones económicas de primavera. El comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, ha anunciado además que el 23 de mayo publicará sus recomendaciones de política presupuestaria para el año que viene. Esa será la fecha decisiva para saber si el Pacto de Estabilidad seguirá suspendido también en 2023, por cuarto año consecutivo.
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