La inflación preocupa, y mucho en España. Pero no nos engañemos: el nerviosismo es global. Los precios, tanto por la falta de materias primas como por la guerra de Ucrania, están subiendo en todo el mundo, sobre todo en los alimentos. La situación es desesperada. Por ello, entes como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) y la OCDE presagian una crisis alimentaria y una hambruna globales.
Se trata de un escenario futuro que, en realidad, ya es muy presente. Así lo indica el índice de precios de la FAO. El coste de los alimentos se ha elevado casi un 23% respecto al año pasado, según los datos correspondientes al mes de mayo. La situación es especialmente grave en el campo de los cereales: su precio se ha elevado un 29,7%.
Esta es una de las principales consecuencias de la guerra en Ucrania. La producción de uno de los principales graneros del mundo ha quedado bloqueada por el conflicto y ni un gramo de cereal sale de los puertos ucranianos, paralizados por el conflicto con Rusia.
Sin embargo, no es la única causa por la que la inflación de los cereales se ha desbocado. Solo hay que ver el caso del trigo. El coste de este grano ha subido un 56% anual en mayo, encadena cuatro subidas mensuales consecutivas y no ha sido solo por la guerra en Ucrania.
Según cuenta la FAO, también tiene que ver "la prohibición de las exportaciones anunciada por India" así como "la preocupación por la situación de los cultivos en varios de los principales países exportadores".
Así mismo, esta situación ha contribuido a que se incrementen los precios de la cebada. Otro alimento básico, el arroz, sufrió una subida de sus precios internacionales por quinto mes consecutivo.
Las perspectivas no son buenas en el campo de los cereales. De acuerdo con las previsiones iniciales de la FAO para el periodo 2022/23, la producción mundial de cereales no sería suficiente para satisfacer las necesidades de utilización previstas.
Esto llevaría a una contracción del 0,4 % de las reservas mundiales de cereales respecto de sus niveles iniciales, ubicándose en 847 millones de toneladas.
El drama de los alimentos también se traslada a la carne. Los precios de esta proteína animal marcaron un nuevo "máximo histórico" el mes pasado, al subir un 13,5% anual. Y ello pese a que, en términos mensuales, el coste de la carne de porcino se redujo y la de bovino se mantuvo estable, gracias a los mayores suministros procedentes de Brasil y Oceanía.
Ave de corral
Entonces... ¿qué ha conducido a unos precios de récord en el caso de la carne? El ave de corral. Según la FAO, su coste se ha disparado por las "continuas perturbaciones en la cadena de suministro en Ucrania" y los recientes casos de gripe aviar "en un contexto de aumento de la demanda repentino en Europa y Oriente Medio".
El precio de los lácteos también se ha elevado, en su caso casi un 17% anual. Los aceites vegetales acumulan un incremento de más del 30%. En su caso, cabe recordar que Indonesia ha impuesto la prohibición de las exportaciones de aceite de palma, aunque ya la ha suspendido.
Por otro lado, permanecen los problemas de abastecimiento de girasol, "mientras continúan acumulándose reservas en Ucrania debido a las dificultades logísticas".
Finalmente, el precio del azúcar ha subido un 12,6% anual en mayo. En su último informe sobre crisis alimentarias ya la FAO alertaba de que "la inseguridad alimentaria aguda" había alcanzado nuevos máximos en 2021, tras batir récords en 2020.
Concretamente, 193 millones de personas estuvieron en esta situación el año pasado. Pese a que el análisis es anterior a la invasión de Ucrania por Rusia, el órgano de Naciones Unidas asegura que "la guerra ya ha dejado al descubierto la naturaleza interconectada y la fragilidad de los sistemas alimentarios mundiales".
Así, "los países que ya afrontan altos niveles de hambre aguda son especialmente vulnerables a los riesgos que la guerra crea en Europa oriental, en particular debido a su alto grado de dependencia de las importaciones de alimentos e insumos agrícolas y vulnerabilidad ante las crisis de los precios mundiales de los alimentos".
La OCDE también ha dado la voz de alarma por la crisis alimentaria que se aproxima. "Una mayor cooperación internacional es esencial para ayudar a evitar una crisis alimentaria", indica la organización en el informe lanzado este miércoles.
En este campo, la OCDE reclama la reducción de las restricciones a la exportación (que elevan los precios mundiales), el aumento de los esfuerzos para transportar productos básicos fuera de Ucrania y ayudas directas para los países afectados por la interrupción de suministros a día de hoy.
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