Las buenas perspectivas de la temporada turística veraniega de las que presume el Gobierno de Pedro Sánchez, con cifras que se acercan al récord prepandemia de 2019, apenas serán un breve espejismo que dará paso a un duro invierno de frenazo económico por el impacto de la inflación desbocada y la incertidumbre de la guerra en Ucrania.
Este es el aviso que ha lanzado la Comisión Europea en sus previsiones económicas de verano sobre España, publicadas este jueves. Nuestro país registrará en 2022 un crecimiento del 4% (en línea con la estimación previa publicada en mayo) gracias al regreso masivo del turismo, que ha sorprendido incluso al Banco Central Europeo (BCE) y que permitirá apuntalar el mercado laboral.
Sin embargo, la actividad económica caerá abruptamente a partir de octubre, momento en el que se espera que los hogares "ajusten sus decisiones de consumo a los precios más altos y a la incertidumbre económica", reza el informe de Bruselas. En tasas trimestrales, la economía española pasará de un crecimiento del 0,5% entre julio y septiembre a apenas un 0,2% a finales de año.
Por todo ello, el Ejecutivo comunitario ha empeorado notablemente su previsión de crecimiento para España en 2023, que ahora se sitúa en el 2,1% (1,3 puntos menos de lo previsto en primavera). Con esta rebaja, nuestro país vuelve a situarse a la cola de la recuperación en la UE, ya que no alcanzará su nivel de riqueza previo a la pandemia de Covid-19 hasta el cuarto trimestre de 2023, un trimestre más tarde de lo que se había calculado en la estimación de mayo.
"La actividad económica (en España) este año estará sostenida por el retorno del turismo a los niveles previos a la pandemia y una ejecución más rápida de las inversiones previstas en el Plan de Recuperación y Resiliencia", ha explicado el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, en la rueda de prensa de presentación de las previsiones.
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"Hacia finales de año y en 2023, la actividad económica se ralentizará y se espera que los hogares ajusten sus decisiones de consumo a los precios más altos y a la incertidumbre económica", avisa el político italiano.
De hecho, Bruselas atribuye la rebaja del crecimiento de España en 2023 a "un impacto más pronunciado de la inflación en el poder adquisitivo de los hogares, particularmente a principios de año, en un contexto de aumentos salariales limitados". La contracción del consumo privado quedará amortiguada, aunque sólo en parte, gracias a la liberación de los ahorros acumulados durante la pandemia, la resiliencia del mercado laboral y la indexación de las pensiones.
El enemigo público número uno de la economía española (y del resto de la Unión Europea) seguirá siendo el descontrol de los precios durante los próximos meses. La inflación se situará este año en un nivel récord del 8,1% de media (1,8 puntos más de lo previsto en primavera), por encima de la media de la eurozona (7,6%).
Entre las grandes potencias europeas, España es la que más inflación registra, por delante de Alemania (7,9%), Italia (7,4%) y Francia (5,9%). Los precios de la energía han venido alimentando las presiones inflacionistas desde el segundo trimestre de 2021. Pero el efecto contagio a otros productos (sobre todo alimentos) y servicios (en particular el sector de la hostelería) se ha acelerado en los últimos meses.
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La "persistencia" y la "intensidad" de este efecto contagio es lo que ha provocado la revisión al alza de la previsión de inflación para España este año. "Los precios de la energía se moderarán lentamente desde la segunda mitad de 2022, ayudados por las medidas adicionales del Gobierno que entraron en vigor en junio, incluyendo el tope al gas y la reducción extra del IVA en la factura eléctrica del 10% al 5%", dice el informe de la Comisión.
Todo ello hará que la inflación baje hasta el 3,4% en 2023, todavía muy por encima del objetivo del 2% del Banco Central Europeo (BCE). La inflación subyacente seguirá siendo elevada durante todo el año 2022 y sólo empezará a relajarse en el segundo trimestre de 2023, gracias al efecto base.
La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, se ha aferrado al único aspecto positivo de las previsiones de Bruselas: España crecerá más que Alemania, Francia e Italia, aunque va más retrasada en la recuperación. Además, el Gobierno de Sánchez destaca que la inflación "es un fenómeno europeo y mundial".
"Pese a las incertidumbres actuales y la rebaja de la previsión de crecimiento del conjunto de la UE, España mantendría en 2022 una tasa de crecimiento del 4% y del 2% en 2023, la mayor entre las grandes economías de la Unión Europea", subrayan fuentes del ministerio de Economía.
Durante la presentación de sus previsiones, Gentiloni ha puesto el énfasis en que dominan los riesgos a la baja, en particular para el crecimiento. Un corte total del gas por parte de Rusia "hundiría a la economía de la UE en recesión en la segunda mitad de este año y deprimiría todavía más la actividad el próximo año".
"A la luz de los últimos acontecimientos, este riesgo se ha convertido en algo más que un escenario hipotético, para el cual debemos prepararnos. Así que una tormenta es posible, aunque todavía no estamos allí en este momento", avisa el comisario de Asuntos Económicos. Moscú ha cortado el suministro a través del gaseoducto Nord Stream 1 alegando trabajos de mantenimiento hasta el 21 de julio, pero Alemania teme que el cierre del grifo sea definitivo.
Un aumento de las presiones inflacionistas podría acelerar la subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo y otros bancos centrales, lo que no sólo lastraría el crecimiento, sino también la estabilidad financiera, destaca el Ejecutivo comunitario.
A corto plazo, los problemas generalizados en el transporte aéreo y la escasez de personal "pueden empañar las perspectivas de una temporada turística prometedora". Las perturbaciones en las cadenas de suministros podrían retrasar la puesta en marcha de los planes de recuperación Next Generation, lo que tendría un impacto negativo en la inversión.
Finalmente, Bruselas señala que la Covid-19 sigue siendo un riesgo económico importante. "No se puede excluir la posibilidad de que el resurgimiento de la pandemia en la UE traiga nuevas perturbaciones a la economía", apunta el informe. Además, la imposición de nuevos confinamientos en China por la política de Covid cero no sólo reduciría la demanda global, sino que agravaría todavía más las perturbaciones de suministro.
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