El saldo de dos años de Brexit: Reino Unido afronta una recesión aislado del comercio mundial
Varios análisis concluyen que la salida de la UE ha aislado al país comercialmente y es en parte causa de su crisis.
26 diciembre, 2022 02:58Hace más de seis años los ciudadanos británicos votaron el famoso Brexit, el divorcio del Reino Unido de la Unión Europea. En los meses previos a la celebración del referéndum, las campañas orquestadas por lo que se conocieron como brexiteers (entre ellos, Boris Johnson, ex primer ministro inglés) defendían que la separación permitiría una mayor bonanza económica para el país, mejores acuerdos comerciales con otros países sin perder el acceso al mercado comunitario y más dinero para servicios públicos.
Sin embargo, dos años después de que Johnson firmara el documento que inicaba el Brexit oficialmente, Reino Unido no puede estar más lejos de estas promesas. El país inicia en 2023 una recesión impulsada por la mayor inflación en 41 años, la libra por los suelos y numerosos problemas de abastecimiento de productos. Y todo ello, aislada del comercio mundial.
De hecho, el Brexit ya nació en las peores condiciones. La ruptura entre Reino Unido y la UE echó a andar oficialmente el 31 de enero de 2020. Sólo unas semanas antes de que la Covid irrumpiera en el viejo continente y lo arrastrara a la mayor crisis económica desde las guerras mundiales.
Con todo, el Brexit comercial no se produjo hasta el 1 de enero de 2021, que fue cuando entró en aplicación el Acuerdo de Comercio y Cooperación (según sus siglas en inglés) que ha elevado el coste de comerciar entre Reino Unido y los países miembros de la UE.
Con ello, Reino Unido ha dejado de formar parte de los numerosos acuerdos comerciales gestados por Bruselas para los países comunitarios y que permitían relaciones comerciales con costes de aduana más ventajosos.
Pese a que Boris Johnson se comprometió a disparar las relaciones comerciales de las islas con otros países (que eran antes gestionadas, de manera centralizada, por la Comisión Europea), lo cierto es que hasta ahora sólo se han firmado dos acuerdos de cierta relevancia: Australia y Nueva Zelanda.
En este contexto, los intercambios comerciales de Reino Unido (tanto importaciones como exportaciones) se están reduciendo. Según las estimaciones de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, por sus siglas en inglés) del Gobierno británico, las exportaciones de bienes británicos a estados de la UE se han reducido un 9%. Y dicha caída de dichas exportaciones no estaría siendo cubierta con ventas a otros países.
Importaciones
Peor es el contexto de las importaciones de productos comunitarios a tierras inglesas: se desploman un 18%. Sin embargo, en este caso, sí que se han incrementado las importaciones sustitutas de terceros países (un 10%), aunque no cubren del todo el déficit de determinados productos en Reino Unido.
Esto, sumado a la crisis generada por la inflación y el consecuente incremento de costes, está llevando a que se produzcan problemas de suministro en los comercios británicos. El más reciente es el de los huevos. El Gobierno inglés ha obligado a las grandes cadenas comerciales a limitar su venta por el problema de abastecimiento que se está produciendo.
Sin llegar a estos extremos, algo parecido ha ocurrido con el queso. Un alimento habitual en los supermercados ingleses y que se importa desde Europa tiende a escasear hoy entre sus estantes.
En términos generales, la OBR alerta de que el Brexit podría ser responsable de que, a largo plazo, las relaciones comerciales de Reino Unido con el resto del Mundo se reduzcan un 15%. De hecho, la institución alerta de que el país "parece haberse perdido gran parte de la recuperación del comercio mundial" tras su interrupción por la irrupción de la pandemia de Covid-19.
Hay más análisis que refuerzan esa evolución. La London School of Economics ha avisado de que la salida de la UE ha provocado una disrupción comercial extraordinaria en las islas, algo que está afectando sobre todo a los pequeños productores.
Concretamente, la variedad de productos del Reino Unido exportados a la Unión Europea ha disminuido un 30%.
Además, cabe recordar que el propio Brexit y las limitaciones migratorias que establece han llevado a que la demanda de trabajadores no esté cubierta, sobre todo en perfiles profesionales cualificados, como los sanitarios.
Todo ello deja al premier inglés Rishi Sunak con escasas herramientas para abordar la crisis económica que atenaza a Reino Unido, en donde las huelgas y las movilizaciones de trabajadores se están multiplicando por las subidas de precios y la paralización salarial.
En este contexto, el Gobierno inglés se ha visto obligado a corregir su último dato de PIB trimestral. Pese a que en un principio se indicó que en el tercer trimestre hubo crecimiento económico, en realidad el país registró una caída de su PIB del 0,3% debido a la práctica paralización que sufrió su actividad productiva por los fastos por la muerte de Isabel II de Inglaterra.
Esto llevará a una revisión de la previsión de crecimiento del PIB inglés hecha por el Gobierno inglés, del 4,2%. Y queda por conocer si también será necesario cambiar el pronóstico de 2023, que ya apuntaba a una aguda recesión del 1,3%.
Todo ello en medio de una inflación disparada (que, con todo, se ha moderado llegando al 10,7% en noviembre) y con la libra en valores históricamente bajos (aunque está por encima de los mínimos que se tocaron con Liz Truss). Estas circunstancias marcan el segundo aniversario del Brexit (que sucederá el próximo 31 de enero) en el que, por lo que parece, poco habrá que celebrar.