Además de Calviño, en la lista oficial de candidatos figura la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión y azote de las 'Big Tech' norteamericanas, la liberal danesa Margrethe Vestager. Ella es la gran rival de la vicepresidenta primera en funciones, aunque llega al esprint final en horas bajas por sus recientes enfrentamientos con Francia y por varios reveses judiciales que han tumbado algunas de sus sanciones emblemáticas, como la de Apple.

Los otros tres aspirantes son el italiano Daniele Franco, ministro de Finanzas en la época de Mario Draghi; la polaca Teresa Czerwinska, que ahora es vicepresidenta del BEI; y el sueco Thomas Östros, otro de los vicepresidentes del brazo financiero de la UE. Aunque en Bruselas nadie da un duro por ellos, ninguno ha hecho amago hasta ahora de retirarse de la carrera. Es más, en Bruselas se especula con que pedirán concesiones a cambio: a Roma le interesa obtener la sede de la Autoridad Europea de Lucha contra el Blanqueo, a la que también aspira Madrid.

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"Es improbable que haya un acuerdo sobre el BEI en Santiago de Compostela. Todavía hay cinco candidatos. El acuerdo sólo es posible si se retira algún aspirante. Se necesita una mayoría cualificada del 68% del capital del BEI, que no se puede alcanzar con tantos candidatos", señala un diplomático europeo.

La presidencia del BEI se elige por voto ponderado. La ganadora debe lograr el apoyo del 68% del capital del banco y de al menos 18 Estados miembros. Eso significa que el voto de calidad lo ostentan los grandes países de la UE: Alemania, Francia e Italia, que tienen cada uno el 18,8% del capital del banco. Sumados a España (11,3%), se quedarían ya muy cerca del umbral del 68%. Pero mientras Roma no retire a su candidato, es imposible alcanzar la mayoría cualificada.

Cuota de capital de los países de la UE en el Banco Europeo de Inversiones

A lo máximo a lo que puede aspirar Calviño en Santiago de Compostela es a que el Ecofin haga una lista corta, eliminando a los aspirantes de paja y dejando únicamente a "los candidatos más creíbles". Es decir, a Vestager y a ella. Pero incluso esta posiblidad se antoja remota porque "hay que gestionar las susceptibilidades de unos y otros y no es fácil hacerlo en una sesión plenaria con 27 ministros", afirman las fuentes consultadas. Es decir, Italia, Suecia y Polonia se tomarían como una ofensa que se expulse sin más a sus candidatos.

Francia y Alemania siguen sin desvelar cuál es su candidata favorita. Y lo peor es que plantean exigencias contradictorias para la nueva presidenta. Mientras que el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, insiste en que el BEI debe preservar la máxima cautela en materia de préstamos para mantener su buena calificación crediticia, el Gobierno de París defiende que el Banco debe asumir más riesgos y financiar también la energía nuclear y la industria de defensa.

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Ante este panorama, lo más probable es que la elección del nuevo presidente del BEI se aplace a la próxima reunión de ministros programada para el 16 y 17 de octubre en Luxemburgo. Mientras tanto, Bélgica, en su calidad de presidencia del consejo de gobernadores del BEI, proseguirá con las consultas informales para verificar si algún candidato se retira o alguno logra la mayoría necesaria. El mandato del actual presidente del BEI, el alemán Werner Hoyer, concluye el 31 de diciembre de 2023.

La discusión sobre la presidencia del BEI en Santiago de Compostela tendrá lugar en el desayuno de trabajo del sábado. Allí también se discutirá la reforma para relajar las reglas de disciplina fiscal de la UE. En su calidad de presidenta de turno del Ecofin, Calviño expondrá a sus colegas los avances que se han logrado a nivel técnico durante el verano, pero no se espera una discusión en profundidad. La presidencia española quiere presentar una primera propuesta de compromiso en octubre, con el fin de cerrar un acuerdo antes de fin de año.

Para este viernes está programada una reunión del Eurogrupo, que está consagrada a examinar la situación macroeconómica en la eurozona, marcada por la desaceleración del crecimiento y la persistencia de la alta inflación. Al encuentro asiste la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, que explicará a los ministros los motivos de su decisión de aumentar otro cuarto de punto los tipos de interés, hasta situarlos en el 4,5%, el nivel máximo desde 2001.

A continuación, los ministros de Economía de la UE se reunirán con sus 33 homólogos de América Latina y el Caribe, que también han sido invitados a Santiago de Compostela. Un encuentro que suma el 14% de la población y el 21% del PIB mundial, así como un tercio del accionariado del Fondo Monetario Internacional (FMI), según destaca la presidencia española, que con esta iniciativa pretende ejercer de puente entre la UE y América Latina. 

Los ministros hablarán del despliegue del plan de inversión que Europa ha anunciado para América Latina, dotado con 45.000 millones de euros. El otro punto en la agenda es la reforma de las instituciones financieras internacionales, y aquí la ambición de la presidencia española es alcanzar una posición común entre ambos bloques.