Los cimientos de la economía china se agrietan: las bolsas encallan y el inmobiliario se asoma a un segundo colapso
En este contexto, algunos analistas descartan que el país crezca un 5% en 2024, el objetivo fijado por Pekín para este ejercicio.
31 agosto, 2024 02:29Los cimientos de la economía china se agrietan. El gigante asiático se ve envuelto en una crisis inmobiliaria que parece no tener fin. Más bien todo lo contrario: podrían producirse un nuevo colapso. Al mismo tiempo, el consumo da muestra de debilidad y el crecimiento económico sigue ralentizándose. En este escenario, las bolsas del país siguen totalmente encalladas.
La recuperación que los índices bursátiles del gigante asiático registraron entre febrero y junio parece ahora un espejismo. Con excepción del Hang Seng, el selectivo tecnológico de Hong Kong que sube un 7,1% en 2024, todos ellos sufren descensos.
El Shanghai Composite se deja un 4% desde que comenzó el ejercicio y el Shenzhen Component pierde un 11,2%. El CSI 300, que agrupa a las 300 principales empresas de ambos índices, resta un 2%.
Pero las caídas de las principales bolsas del país no son la única señal de alerta que mandan los mercados de renta variable. Este mismo lunes, las acciones de PDD, la matriz de la plataforma de comercio electrónico Temu, se desplomaron un 28% tras presentar resultados.
Las cuentas de la compañía arrojaron un crecimiento del beneficio del 183% en el primer semestre del ejercicio, hasta los 7.543 millones de euros. Sin embargo, también avisaron de un menor crecimiento de los ingresos en el futuro.
Menor crecimiento
El mensaje de PDD pilló por sorpresa a los inversores, quienes hasta ahora habían considerado que el grupo era el principal beneficiario de la búsqueda de productos baratos por parte de los consumidores, tanto chinos, a través de Pinduoduo, como internacionales, a través de Temu.
La debilidad del consumo chino se hace patente en el crecimiento de su economía. El producto interior bruto (PIB) de China subió un 0,7% en el segundo trimestre del año frente al primer cuarto de 2024. Además, entre abril y junio, la segunda economía del mundo experimentó un avance del 4,7% en comparación con el mismo período de 2023.
La expansión fue inferior a la esperada por los analistas, que avanzaban un aumento del 1% en términos intertrimestrales y del 5,1% en la comparación interanual. Tampoco superó los registros del anterior trimestre, el primero de 2024, cuando el PIB repuntó un 1,6% en comparación con el anterior cuarto del ejercicio y un 5,3% frente a un año atrás.
Cabe recordar que la economía china creció un 5,2% en el conjunto del 2023 y que las autoridades del gigante asiático fijaron de nuevo el objetivo de crecimiento para el presente año en "en torno a un 5%".
Pero la evolución de la economía china no sólo se ve afectada por la ralentización del consumo. También se ve impactada, y mucho, por los problemas del ladrillo. "El crecimiento económico de China seguirá presionado por el ajuste del mercado inmobiliario", advierten desde la gestora J. Safra Sarasin Sustainable AM.
"La expansión fiscal, las exportaciones de manufacturas y el consumo de servicios deberían sostener la economía china. Aun así, será difícil alcanzar el objetivo de crecimiento del 5% este año", consideran.
Materias primas
La mala evolución de las bolsas durante este ejercicio y el desplome de las acciones de PDD no son las únicas alarmas que saltan en los mercados financieros respecto a la economía de China. Los futuros del hierro acumulan una caída anual de casi el 28%, lastrado por la debilidad de Pekín.
La caída, una vez más, está relacionada con la crisis que azota el sector inmobiliario chino –muy intensivo en el uso de materias primas– desde hace varios años. Y el futuro no es nada alentador. No lo es para las promotoras del país y tampoco, por tanto, para la evolución de los precios del hierro y sus productos derivados.
Hace unas semanas, China Baowu Steel Group, el mayor productor de acero del mundo, lanzó una advertencia sobre lo que podría ocurrir en el futuro al considerar que "el sector se enfrenta a una crisis más fuerte que las de 2008 y 2015". La debilidad del país asiático pone por delante un "invierno severo".
No ha sido el único aviso en este sentido. Aprovechando también la presentación de sus resultados BHP, el grupo minero más grande del sector, advirtió de que, a corto plazo, se espera volatilidad en los mercados globales de materias primas. La razón, de nuevo: China está experimentando "una recuperación desigual".
El problema inmobiliario
La magnitud del problema que China tiene con el ladrillo no tiene precedente alguno en la historia. La quiebra de Evergrande –la inmobiliaria más endeudada del mundo– y la delicada situación que atraviesa Country Garden –que va camino de incumplir su segundo pago de bonos en un año– ha dejado al sector completamente expuesto y a miles de ciudadanos chinos pagando hipotecas de casas que nunca se van a terminar. Y podría empeorar.
El pasado mes de julio, la venta de terrenos en el gigante asiático se desplomó un 40%, una cifra que puede desatar, según apuntan importantes entidades bancarias en el continente, el inicio de un segundo shock inmobiliario en el país.
"En medio de la prolongada crisis del sector inmobiliario, vemos que se cierne el riesgo de una segunda oleada de shocks y su consiguiente impacto negativo en la economía, ya que los gobiernos locales, faltos de liquidez, podrían recurrir a reforzar la recaudación de impuestos e impulsar los ingresos no tributarios ante la caída en picado de las ventas de terrenos", detallaban esta semana los analistas de Nomura, banco de inversión con sede en Tokio.
La realidad es que Pekín está sometida a una gran presión en este asunto. Las imágenes de ciudades enteras sin terminar de construir no están generadas a partir de inteligencia artificial (IA), sino que son reales. De hecho, desde 2022, una importante cantidad de nacionales decidió dejar de pagar los préstamos firmados sobre pisos que nunca iban a terminarse.
El Gobierno chino ha reconocido este problema en varias ocasiones. Sin embargo, la cifra real de ciudadanos en esta situación, atendiendo a las opacas explicaciones que suele dar el Ejecutivo de Xi Jinping sobre la marcha de su economía, podría ser mucho mayor.
"El tambaleante sector inmobiliario ha hecho cada vez más insostenible la estructura de ingresos por financiación del suelo. Sin embargo, vemos un impacto limitado a corto plazo", añaden desde la entidad privada nipona.
"Para rescatar al sector inmobiliario, Pekín puede verse sometida a una presión cada vez mayor para anunciar medidas más audaces en los próximos meses, especialmente en lo que respecta la finalización de los millones de viviendas prevendidas sin terminar", subrayan los mismos expertos.
Con el fin de rebajar la tensión sobre el mercado inmobiliario, China está estudiando la posibilidad de permitir a los propietarios de viviendas refinanciar una importante cantidad de hipotecas para reducir los costes de su endeudamiento e impulsar el consumo.
Según han detallado fuentes conocedoras de la situación a Bloomberg, también se les permitiría refinanciar las condiciones con una entidad bancaria diferente.
En datos presentados este año por el regulador chino, el total pendiente de pago en hipotecas individuales en China ascendía a 38,2 billones de yuanes, unos 4,9 billones de euros. El 90% de las hipotecas suscritas se utilizan para financiar una la vivienda de carácter principal.
Los bonos
Las especulaciones sobre un posible segundo impago de bonos de Country Garden no son una buena señal. La mayor constructora del país, cuyas ventas se han desplomado un 72% respecto de 2023, estaría sopesando la posibilidad de ampliar de nuevo los plazos para hacer frente a su deuda en yuanes ante la citada caída en facturación.
Esta sería la segunda prórroga que la inmobiliaria solicita en lo relacionado a sus obligaciones de deuda en moneda nacional. El impago de hace unos meses, según adelantó el portal The Paper, ascendería a una cuantía cercana a los 96 millones de yuanes (11,76 millones de euros).
"En medio de la prolongada crisis del sector inmobiliario, vemos que se cierne el riesgo de una segunda oleada de shocks inmobiliarios y su consiguiente impacto negativo en la economía"
Para entender la sacudida que ha sufrido la segunda mayor inmobiliaria de China hay que remontarse a 2020. Fue entonces cuando el Gobierno estableció la directriz de las 'tres líneas rojas', una serie de normas que obligaban a las empresas a adoptar unos planes de negocio mucho más austeros.
En concreto, las compañías debían garantizar que sus pasivos no superasen el 70% de sus activos, que la deuda neta no superase el 100% del valor de la compañía y que las reservas cubrieran el 100% de su deuda a corto plazo.
Estas nuevas reglas de juego provocaron que empresas como Evergrande, que tenía más deuda que todo Rusia, comenzasen a tambalearse. Desde que se aprobó la medida, cerca de 50 promotores chinos han quebrado.
Esto se debe en mayor medida al modo de proceder de las inmobiliarias durante los últimos años. Las promotoras, que se financiaban a través de bonos, generaron unos niveles de deuda desmesurados.
Además, en vez de utilizar los ingresos para pagar esos bonos, los destinaban a crear nuevos desarrollos. En el caso de Evergrande, la firma llegó a tener vendidas 1,4 millones de viviendas antes de empezar su construcción.
Habrá que ver cómo aceptan los mercados una nueva reestructuración de deuda, pero teniendo en cuenta los precedentes, no parece que los bonistas de Country Garden vayan a aceptar de buen grado una nueva prórroga.
La presión sobre su cotización no puede ser mayor. Sus acciones han pasado de cotizar a unos envidiables 60 dólares, en 2018, a hacerlo a pocos más de 1,14.