El Gobierno presume de reducir la pobreza a la mitad, pero uno de cada cinco españoles sigue siendo pobre
- Para el Ejecutivo esa cifra es un logro porque calcula que sin su "acción protectora" la proporción sería el doble.
- Más información: El trabajo ya no garantiza una vida digna: el 13,7% de la población ocupada vive en situación de pobreza
El PIB crece, el empleo está en máximos históricos y, en términos macro, España vive un momento dulce; pero la cuarta economía de la Unión Europea (UE) sigue presentando tasas de pobreza muy elevadas. El Gobierno presume de que su "acción protectora" ha conseguido reducir la población en situación de exclusión, pero lo cierto es que uno de cada cinco españoles es pobre.
Este miércoles, sólo un día antes del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social difundió una nota según la cual "las medidas que ha puesto en marcha el Gobierno desde la pandemia han evitado que 10,8 millones de personas caigan en situación de pobreza". También coincidió con la publicación de un informe de Oxfam Intermón que expone el problema de la pobreza laboral en España.
En dicha nota, la cartera de Elma Saiz presume de que la tasa de pobreza se situaría en el 42,6% de no ser por las diferentes ayudas del Estado. "Gracias a la totalidad de transferencias, incluidas las pensiones, esta tasa se sitúa en el 20,2%", señalan desde Inclusión. Pero, en cualquier caso, se trata de una proporción elevada y que, de nuevo, evidencia la brecha entre España y el resto de grandes economías europeas.
El indicador AROPE (at risk of poverty and/or exclusion) mide la proporción de personas en riesgo de pobreza y exclusión social. En España, el 26,5% de la población está en esa situación. Son cinco puntos más que la media de la UE (21,3%). De hecho, sólo Rumanía (32%) y Bulgaria (30%) presentan peores datos.
La situación es incluso peor para los menores de 16 años, para los que el porcentaje se dispara hasta el 34,3%. Es decir, uno de cada tres niños en España vive en situación de pobreza. Sólo Rumanía (39,4%) está peor y la diferencia con la media de la UE es de casi diez puntos porcentuales.
Estos mapas no hacen sino evidenciar lo grave de la situación: en el resto de las grandes economías de la UE, los niveles de población en riesgo de pobreza y exclusión social son notablemente inferiores a los de España. De hecho, es necesario mirar a los países del este para encontrar una situación similar a la española.
Los datos anteriores proceden de Eurostat, pero los del Instituto Nacional de Estadística (INE) permiten remontarse algo más en el tiempo. En este sentido, llama la atención que los indicadores de pobreza en 2023 son peores que los de 2008.
Es decir, los indicadores más estandarizados de pobreza dibujan una situación que puede calificarse sin ambages como negativa. Todo a la vez que la economía, a tenor de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, "va como un cohete".
Así, el fuerte avance de la economía no se traduce, o al menos no con la misma intensidad, en una mayor riqueza de los ciudadanos: desde 2008, el PIB ha crecido un 31%, pero el PIB per cápita sólo lo ha hecho un 4%. Y es que el PIB per cápita, con ciertos sesgos —no contempla la distribución de esa riqueza—, sí da una visión de la calidad de vida en un país.
El anterior mapa muestra el índice de Gini en los distintos países de la Unión Europea (UE). Se trata de un indicador que mide la igualdad o desigualdad en un país. Cuanto menor sea el índice, más igualdad. España, con ese 31,5 sobre 100, se sitúa por encima de Francia (29,7) o Alemania (29,4). Su nivel es el mismo que el de Italia y algo inferior al de Grecia (31,8).
Si bien ninguno de los Veintisiete presenta un indicador excesivamente elevado, los países del este y el Mediterráneo —entre ellos, España— tienen más deberes en materia de reducir la desigualdad. La riqueza, por tanto, se concentra en menos manos y, como consecuencia, aparece la pobreza.