España no entra en el top-10 de salarios de la UE y es el quinto país donde menos suben en la última década
- Las remuneraciones de los empleados han crecido un 22% entre 2013 y 2023, ocho puntos por debajo de la media y a más de diez de Alemania.
- Más información: Los ingresos por cotizaciones crecen el triple que el número de trabajadores y el doble que los salarios desde 2019
España es la cuarta economía de la Unión Europea (UE), o al menos eso indica su PIB, sólo superado por el de Alemania, Francia e Italia. Sin embargo, esto no termina de llegar al mercado laboral. Mes a mes el país destaca por su elevada tasa de paro, pero el problema también alcanza a los que sí tienen trabajo. Desde 2013, es uno de los países donde menos han subido unos salarios que, a día de hoy, no entran ni en el top-10 de los Veintisiete.
De acuerdo con los últimos datos de Eurostat, los salarios en España han experimentado un crecimiento moderado en la última década. Entre 2013 y 2023, las remuneraciones de los trabajadores españoles aumentaron un 22%, una cifra que, aunque positiva, se queda notablemente corta en comparación con la media de la Unión Europea (UE), que registró un incremento del 30%.
En términos absolutos, el salario medio en España alcanzó los 32.587 euros en 2023, una cantidad por debajo de los 37.863 euros de la media comunitaria y muy lejos de los 50.998 euros en Alemania.
Este aumento más contenido de los salarios en España se enmarca en una tendencia de crecimiento salarial relativamente lenta. De hecho, España es el quinto país de la UE donde menos han crecido los sueldos en los últimos diez años.
Esta situación contrasta de manera significativa con la evolución en países como Alemania, donde las ganancias se incrementaron en más del 35% durante el mismo período.
La productividad es un factor clave para entender estas diferencias en la evolución de los salarios. En general, a mayor productividad, mayores ingresos, ya que este factor refleja la capacidad de una economía para generar bienes y servicios de forma eficiente. Sin embargo, España presenta una tendencia preocupante: entre 2013 y 2023, la productividad ha caído un 6,4%, según los últimos datos de la oficina estadística europea.
Este descenso es particularmente relevante en comparación con Alemania, donde la productividad ha crecido en un 31,9% en el mismo período, lo cual ha contribuido a sustentar el incremento de los salarios.
Francia e Italia, países que suelen compararse con España en términos económicos, también muestran patrones salariales y de productividad distintos. En el país galo, los salarios han crecido un 21,3% en la última década, un dato similar al de España, aunque con un nivel absoluto superior, situándose en 42.662 euros anuales en 2023.
Por su parte, Italia presenta un crecimiento salarial aún menor, de apenas el 15%, lo que se traduce en un salario medio de 32.749 euros. A nivel de productividad, ambos países también superan a España, aunque sin alcanzar las cifras de Alemania.
El estancamiento de la productividad en España es uno de los principales obstáculos para mejorar las condiciones salariales. La productividad no sólo permite a las empresas ser más competitivas, sino que influye directamente en la capacidad de remunerar a los trabajadores.
En este sentido, el mercado laboral español presenta deficiencias estructurales que, lejos de impulsar la productividad, la debilitan. La alta temporalidad —que se empezó a combatir a raíz de la última reforma laboral—, las diferencias sectoriales y una baja inversión en innovación son algunos de los factores que limitan el avance productivo del país.
Por otro lado, el contexto de inflación y crisis energética de los últimos años ha impactado de manera desigual en los países de la UE, afectando también el poder adquisitivo de los trabajadores. Mientras que Alemania ha sido capaz de proteger en mayor medida el valor real de los salarios gracias a su alto nivel de productividad, España ha enfrentado dificultades para hacer lo propio, incrementando la presión sobre los trabajadores y sus familias.
Además de la comparación con la media de la UE, cabe señalar la diferencia entre la zona euro y España en términos salariales. En 2023, el salario medio en la zona euro fue de 41.848 euros, muy por encima de los 32.587 euros de España. Este desfase no sólo refleja una disparidad en el nivel de remuneración, sino también en la capacidad económica de cada país para sostener niveles salariales más altos.
Y es que la falta de convergencia con la zona euro y con países como Alemania sigue siendo un desafío pendiente para la economía española.
Así, España se enfrenta a un cóctel nada apetecible de salarios medios y productividad estancados, una situación que dificulta la mejora de las condiciones laborales en el país. La cuarta economía de la UE aún tiene que abordar reformas estructurales que permitan fortalecer la productividad, ya que sin un aumento en la eficiencia será imposible lograr el impulso necesario para elevar los salarios y mejorar la calidad de vida de los trabajadores.