Los comisarios Paolo Gentiloni y Valdis Dombrovskis, durante la rueda de prensa de este martes en Estrasburgo

Los comisarios Paolo Gentiloni y Valdis Dombrovskis, durante la rueda de prensa de este martes en Estrasburgo Comisión Europea

Macroeconomía

Bruselas avisa de que el impuesto a la banca amenaza la competitividad de las entidades españolas en la UE

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La Comisión de Ursula von der Leyen y el Banco Central Europeo (BCE) intensifican sus argumentos contra el impuesto a la banca, cuya prórroga —con algunos cambios en su diseño— acaba de ser aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez y sus socios parlamentarios.

En su informe semestral sobre el rescate bancario de 2012 publicado este martes, los 'hombres de negro' de Bruselas avisan de que el gravamen afecta desproporcionadamente a las personas con menos ingresos y daña la competitividad de las entidades españolas frente a sus rivales en la UE. 

El informe se redactó antes de que la extensión del impuesto a la banca se aprobara el pasado jueves en el Congreso. Su principal novedad es que ya no hay un tipo único del 4,8%, sino que se introduce una tasa progresiva sobre el margen de intereses y las comisiones netas, que va desde el 1% hasta el 7% en función del volumen. 

Pese a estos cambios, la mayor parte de las críticas contenidas en el informe de la Comisión y del BCE siguen siendo válidas. "Ampliar el impuesto a la banca de España plantea preocupaciones sobre su impacto en las perspectivas de rentabilidad", insisten los 'hombres de negro' (una denominación acuñada por el exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro).

"Es más, es esencial garantizar que la estructura del impuesto desincentive los comportamientos de riesgo y no penalice a los bancos eficientes, ya que su enfoque basado en los resultados puede socavar su solvencia al limitar los beneficios no distribuidos", subraya el informe.

"Asimismo, este impuesto podría afectar de forma desproporcionada a las personas de bajos ingresos, que constituyen una proporción mayor de los prestatarios afectados por el posible aumento de las tasas de interés de los préstamos", señalan los técnicos de la Comisión y del BCE. 

"Finalmente, es clave garantizar la igualdad de condiciones en todo el ámbito de la UE. Si los bancos españoles tienen que hacer frente a un impuesto sobre los beneficios extraordinarios mientras compiten con bancos extranjeros sin un gravamen similar, podrían encontrarse en una desventaja competitiva. Por ello, sería conveniente una cuidadosa coordinación con otros Estados miembros para evitar distorsiones del mercado y mejorar la eficacia del impuesto", concluye el informe.

Por lo demás, los 'hombres de negro' de Bruselas destacan que "el sector bancario en España se mantiene resiliente, líquido y rentable". La demanda de crédito en todos los sectores aumentó durante el tercer trimestre de 2024 y los riesgos de un posible aumento de la morosidad no se han materializado.

La rentabilidad de las entidades ha seguido subiendo este año, impulsada por el impacto aún favorable de los altos tipos de interés sobre los ingresos netos por intereses. De cara al futuro, con los tipos en trayectoria descendente, los bancos sufrirán un descenso de los ingresos por intereses a corto plazo, que se verá compensado por un incremento de la demanda de crédito. Las ratios de capital de los bancos españoles se mantienen estables, pero de media continúan estando entre las más bajas de la UE.

Plan de ajuste

El informe semestral sobre el rescate bancario de España se ha publicado al mismo tiempo que la evaluación que ha realizado Bruselas de los planes de ajuste plurianuales remitidos por todos los Estados miembros. Al tratarse de la primera vez que se aplican las nuevas reglas de disciplina fiscal, el Ejecutivo comunitario ha dado un 'aprobado general' a la mayoría de países, entre ellos España, Francia o Italia. Sólo se ha quedado fuera Países Bajos, cuyo plan de ajuste no garantiza una reducción de la deuda a largo plazo.

"La Comisión ha determinado que el plan español está en línea con las recomendaciones del nuevo marco de gobernanza económica", ha señalado en rueda de prensa el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis.

En la trayectoria de referencia que envió a España en junio, Bruselas proponía limitar al 2,8% el crecimiento anual del gasto neto —el indicador en el que se basan las nuevas reglas fiscales— durante toda la duración del plan. Sin embargo, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha optado por un techo de gasto más alto del 3% anual. "Hay una cierta desviación, pero pensamos que podía estar justificada y que la senda es realista y plausible y puede ser avalada", explican fuentes comunitarias para justificar su 'sí' al plan español.

"España ha sido uno de los países que pidieron una ampliación a 7 años del plazo de ajuste. Y para sostener esta solicitud, las autoridades españolas se han comprometido a una serie de reformas e inversiones adicionales, que incluyen también reformas fiscales", ha destacado Dombrovskis.

En este sentido, el Ejecutivo comunitario reclama al Gobierno de Sánchez unos presupuestos para 2025 que detallen las medidas para cumplir el plan de ajuste. "Ahora lo que esperamos es que España aplique estas medidas y que todo esto se refleje en el plan presupuestario de 2025", ha insistido el vicepresidente de la Comisión. El plazo legal para enviar los Presupuestos a Bruselas venció el 15 de octubre y el Gobierno todavía no tiene fecha para presentarlos por falta de apoyos suficientes entre sus socios.