Sesenta coches con lunas rotas. Es el balance de daños del último mes que hace la empresa Car2Go, filial del grupo alemán Daimler que alquila su flota por minutos en el centro de Madrid. Mientras la investigación tras su denuncia se sustancia, la compañía sigue pensando en seguir creciendo. Incrementará en el primer trimestre de 2016 un 30% el número de vehículos en la capital y ya diseña una ampliación de su radio de acción más allá de la ‘almendra’ de la M-30.
Los ataques arrancaron el pasado 22 de diciembre, tal y como relata su responsable en Madrid, Orazio Corva. Esa noche una veintena de coches sufrieron daños en las lunas. “A partir de ese día y hasta el fin de semana pasado todos los días han aparecido coches vandalizados”, resalta. En estas tres semanas, 60 vehículos han sido atacados. Casi el 20% de toda su flota. La técnica es siempre la misma: “Un tirachinas y rompiendo las lunas traseras y las ventanillas”.
Desde el primer día han denunciado los daños a la Policía Local y Nacional. “Hay una investigación… No podemos acusar a nadie”, reconoce el directivo. Sin embargo, hay voces que señalan a un grupo de taxistas madrileños. El presidente de la Asociación Madrileña del Taxi, Felipe Rodríguez, descarta que sea así.
Mientras se sustancia la investigación, la compañía pisa el acelerador en sus planes de expansión. Hoy tienen distribuidos en el centro de Madrid un total de 350 vehículos eléctricos. El objetivo es que antes de que concluya este primer trimestre haya 150 más. “Las expectativas son muy positivas; hasta ahora, el nivel de aceptación es muy alto y convierte al de Madrid en uno de los lanzamientos más exitosos”, precisa Corva.
Su flota sólo puede circular por el interior de la almendra que dibuja la M-30 en la ciudad. Ahora la compañía analiza cuáles pueden ser las zonas con mayor demanda de su servicio para expandirse. De momento, esos 500 vehículos serán suficientes para esta ampliación del radio de acción. Para el directivo, esa es la flota que esperan mantener a lo largo de 2016, aunque no descarta una ampliación si es necesario.
Hostilidad en otras ciudades
Madrid es la primera ciudad española en la que aterriza esta filial del grupo alemán Daimler (Mercedes, Smart). Sin embargo se encuentra presente en otra treintena, entre las que destacan Milán, Roma o Berlín. “En cada una de ellas hemos pasado por situaciones difíciles pero no con la misma intensidad de las últimas tres semanas aquí”, reconoce el responsable local. Él recuerda que, tras las reticencias iniciales, la relación con todos los actores del transporte que trabajan en cada uno de esos núcleos urbanos “es muy buena”.
En Madrid, la empresa ha mantenido reuniones con las distintas asociaciones de taxistas, con la que construir una “relación abierta y buena”. Y en esos encuentros no se han presentado como un competidor. “No competimos con ellos ni les vamos a quitar negocio”, apunta. Según él, en otras ciudades servicios como el de Car2go ha beneficiado a ‘jugadores’ del transporte público puesto que se reduce el uso del coche privado y se buscan otras alternativas.
Sin embargo, desde la Asociación Madrileña de Taxis, encargada de demandar a Uber por competencia desleal hace ahora un año, no lo tienen tan claro. Su presidente no es tan categórico: “Todo lo que sea poner por un lado, es quitar por otro; todo lo que sea otro medio de transporte es competencia para el taxi”. No han hecho un estudio sobre el efecto que ha tenido Car2Go y otros competidores en su negocio. Pero descarta que sea muy alto.
Car2Go arrancó el pasado mes de noviembre. Un día después de su lanzamiento el Ayuntamiento de Madrid imponía restricciones al tráfico por los altos niveles de contaminación. Sus vehículos eléctricos sin emisiones, que se alquilan por 0,19 euros por minuto, se salvaban de estas medidas. Hoy cuenta con una plantilla de doce trabajadores, más unos 40 en el área de mantenimiento.