“No se van a quedar aquí, no deberían”, asegura un analista que sigue habitualmente a OHL. “Están haciendo lo que tenían que hacer porque necesitan desapalancarse y además es un buen momento con las actuales condiciones de mercado”, indica. Un momento propicio que se traduce en casi 4.500 millones de euros de caja, gracias a desinversiones y ampliaciones de capital en casi dos años. Pero no va a quedarse ahí.
“Si ejecutan la venta de lo que les queda de Abertis, aunque lo tienen como garantía de determinados préstamos; también venden un 6% de OHL México, el proyecto hotelero de la Rivera Maya y una participación minoritaria de Canalejas, podrían levantar entre 600 y 700 millones”, indican fuentes financieras.
Sus últimos movimientos para adelgazar peso han venido del negocio de las autopistas. Este lunes vendió un 4,42% del capital de Abertis por cerca de 605 millones de euros y el martes hizo un movimiento similar, a través de su filial OHL Mexíco, con la venta de un 24,1% de la sociedad con la que controla la principal autopista de circunvalación de la capital mexicana. Una operación que le reportará cerca de 400 millones de euros.
Detrás de estos movimientos está el nuevo equipo directivo de la constructora, encabezado por Juan Miguel Villar Mir Fuentes, a quien su padre, Juan Miguel Villar Mir cedió el testigo a finales del pasado mes de julio. Junto a él, el nuevo consejero delegado de la sociedad Tomás García Madrid. Un hombre de la casa que este verano tomó el relevo en el cargo del expolítico Josep Piqué. “El nuevo equipo directivo está atajando el problema de raíz”, asumen las citadas fuentes. Aún tienen pendiente presentar su plan estratégico para la compañía, es decir, qué objetivos persiguen en la constructora y concesionaria más allá de apretar el cinturón de su deuda.
Parar la sangría de deuda
El grupo constructor está obligado a acelerar el paso para rebajar su endeudamiento que, al cierre del primer semestre del año, alcanzaba los 5.523,6 millones de euros. El pico lo tocó medio año antes, a 31 de diciembre de 2015, cuando adeudaba más de 6.942 millones de euros. Como comparación, el volumen de ingresos de OHL durante el pasado año fue sustancialmente menor, casi 4.369 millones; mientras que su beneficio neto durante el último año fiscal fue de 67,5 millones de euros.
Su endeudamiento también deja atrás la capitalización del grupo. Al cierre de este miércoles, el valor en bolsa de OHL es de 1.130,2 millones de euros. En lo que va de año, se ha dejado en el parqué más de un 28% de su valor. Acumula este retroceso a pesar de que en las últimas semanas su cotización se ha tomado un respiro. La acción vivió su peor momento el pasado 11 de agosto cuando recortó su valor hasta los 2,11 euros. Desde entonces se ha recuperado casi un 80% y alcanza los 3,783.
La acción aún está lejos de los 10,2 euros en los que valora cada título el grupo Villar Mir, la sociedad familiar principal accionista de la constructora. La acción se recupera, aunque aún es “muy volátil”, según las firmas de análisis. Esperan nuevos movimientos. El siguiente podría venir del centro de Madrid, del megacomplejo Canalejas. Hace sólo unos días, OHL compró un 10% del proyecto al Grupo Villar Mir por algo más de 27 millones. Ya tiene el 35% del proyecto, el otro 65% es del holding familiar.
La constructora compra para desivertir. Quiere vender una participación minoritaria y volver a engondar la caja. Para ello ha contratado a la consultora Colliers. Al precio que pagó OHL por el 10% de Canalejas, el proyecto estaría valorado en casi 272 millones de euros. Pero ese no es su precio.
¿Cuánto vale? Además de un centro comercial, Canalejas contará con el primer hotel Four Seasons de la capital y apartamentos de lujo, gestionados por el gigante hotelero. Y el propio Grupo Villar Mir lo ha valorado.
“La inversión final estimada del proyecto, coste de adquisición de los inmuebles incluido, se aproxima a los 524 millones de euros, importe que se prevé financiar mediante aportaciones de capital de los socios y mediante financiación bancaria”, aseguraba la propia compañía. Ese, en teoría, sería el precio suelo del proyecto.