“Vamos a construir un gran muro a lo largo de la frontera sur y México va a pagarlo. Desde el primer día empezaremos a trabajar en un muro impenetrable, alto, poderoso, bonito…”. A finales de agosto, el presidente electo, el republicano Donald Trump, desveló su plan estrella para poner coto a la inmigración ilegal, además de su intención de acelerar y reforzar las deportaciones de inmigrantes ilegales.
Hoy su medida clave está más cerca tras su victoria electoral: el muro para separar Estados Unidos de México. Un país que había visitado sólo unas horas antes para hablar con su presidente, Enrique Peña Nieto, a quien no dijo que sería México quien pagaría esa barrera. Si se construyera, ese muro no sólo supondrá un antes y un después en las relaciones de los dos países, también conllevaría consecuencias económicas para un país donde las grandes empresas españolas se juegan sustanciales ingresos. En concreto, más de 13.000 millones de euros anuales sólo entre las cuatro grandes (Telefónica, Iberdrola, Santander y BBVA).
Hay que tener en cuenta que el peso mexicano es una de las monedas que más está fluctuando a lo largo de los últimos meses, mecida, entre otros factores, por los mensajes lanzados en la campaña electoral. Al cambio actual, un dólar se intercambia por 18 pesos. En el último año, la divisa mexicana se ha depreciado un 10% y llegó a tocar mínimos a finales del septiembre, después de que Trump anunciara su muro. Desde entonces ha repuntado un 7%, pero se espera que esos vaivenes seguirán en los próximos meses. La caída del 8% de este miércoles es sólo una muestra.
Telefónica: un negocio de 1.700 millones en el aire
Para Telefónica, México ha sido un mercado destacado, aunque acumula problemas. En 2015 registró unas ventas de 1.700 millones de euros con una plantilla de casi 2.500 trabajadores. Representó el séptimo mercado. Su exposición: el país apenas representa el 3,6% del total.
Pero para su presidente, José María Álvarez-Pallete, su comportamiento no está siendo positivo. “Está claro que no estamos satisfechos con la situación mexicana”, apuntó durante la presentación de los resultados del tercer trimestre. La caída de las tarifas y la dificultad para competir con la carrera de inversiones de los gigantes América Móvil y AT&T pesan como una losa para la ‘teleco’ española.
Desprenderse de activos en México ha estado sobre la mesa desde finales del año pasado. De hecho en noviembre del año pasado, su director financiero, Ángel Vilá, aseguró que la OPV sería atractiva para los inversores. Ahora se ha cumplido un año y no ha habido movimientos. Ni para esa salida a bolsa, ni para la venta a los otros dos competidores. Un escenario de turbulencias en el país norteamericano podría poner aún más en peligro una operación como esta.
La importancia de la banca
La banca es una de las más expuestas, sobre todo el BBVA. Para la entidad presidida por Francisco González, México es más importante que España en cuanto al volumen de negocio que logra en cada país. El pasado ejercicio, la actividad mexicana le supuso a BBVA más de 7.069 millones de euros, según los datos recopilados por la agencia Bloomberg. Allí logra el 29,6% de sus volumen de actividad. En cambio, el mercado español es el 28,4%, alrededor de 6.788 millones.
BBVA dio su gran salto en México en el cambio de milenio, el momento en el que varias multinacionales españolas pisaron el acelerador para crecer en Latinoamérica. En el año 2000, anunció la fusión de su filial mexicana (BBVA-Probursa) con Bancomer, que entonces era la segunda mayor entidad financiera del país. Hoy es la primera, con una cuota de mercado que alcanza el 23,4%. Su fuerte exposición a ese país también es un riesgo. El banco explica en su memoria del pasado año que “en términos de distribución del riesgo por zonas geográficas, el 55,7% a los bancos latinoamericanos del grupo, del cual un 40,4% se concentra México”.
En el caso de Banco Santander su ‘movimiento mexicano’ llegó antes. En 1996 adquirió la mayoría del accionariado de Banco Mexicano. Su exposición es menor a la del BBVA pero aún así concentra allí el 7,2% de su actividad: más de 3.317 millones de euros. Y un beneficio en 2015 de 629 millones. Su exposición va en aumento porque, en los últimos tres años, ha puesto en marcha un plan de expansión que conllevó la apertura de 200 sucursales. En total, su plantilla mexicana roza las 18.000 personas.
Del resto de grandes bancos españoles cotizados, el único con raíces mexicanas es Popular. Participa en el grupo financiero Ve por Más (Bx+) en el que tiene una participación del 25%. Pactó su entrada en diciembre de 2013 con el objetivo de triplicar el tamaño de la entidad mexicana en cinco años y, también, buscar “oportunidades de inversión en el sector financiero latinoamericano”, según explica Popular en su memoria de 2015. La operación, valorada en 101 millones de euros, también viajó de vuelta, porque los accionistas mayoritarios de BX+ invirtieron 450 millones de euros en Popular que, entonces, equivalían al 6% del capital.
Otra de las grandes que tienen allí una destacada porción de su negocio es la aseguradora Mapfre. México supuso un 6% de toda su facturación: 1.381 millones frente a los 22.700 con los que cerró el año 2015. Representó un incremento del 35%, gracias por su negocio de seguros industriales y vida riesgo.
Las constructoras también se la juegan
En el lado de las constructoras, los intereses en México también son importantes. Su negocio allí representó el 4,5% del total en 2015: 1.597 millones. Es el quinto mercado para el grupo presidido por Florentino Pérez. Ha tenido especial protagonismo su colaboración con Pémex con varios proyectos petroleros. El último: la construcción de una plataforma de petróleo y gas para esta compañía que suponían 366 millones de euros de ingresos.
Tras ACS, hay otra compañía que también se juega parte de su negocio: OHL. México ha estado muy presente en la actividad de la compañía presidida por Juan Villar Mir de Fuentes durante los dos últimos años. No sólo por los problemas en su contabilidad –que le acarrearon una multa del regulador de 3,7 millones de euros-, sino también por la polémica sobre presuntos sobornos en el país que, incluso, están siendo investigados por la CNMV de Estados Unidos.
OHL se juega en el país latinoamericano una buena porción de su negocio: este mercado, que es el tercero tras España y Estados Unidos, representa el 17% de todos sus ingresos, con 737 millones de euros. La constructora, que cotiza en la bolsa mexicana con una capitalización cercana a los 2.000 millones de euros, sigue apostando fuerte por este territorio. Controla la gestión de cinco de las autopistas, pese a la reciente venta por 400 millones del 24,1% de Conmex, la sociedad concesionaria de la principal vía de pago del país.
Por su parte, Acciona tiene en México depositados no sólo proyectos renovables sino también importantes proyectos de construcción. El país es el segundo de los mercados de producción de renovables, tras España, con un 12,9% del total de la energía (la empresa no desglosa su facturación en el mercado y lo engloba junto con EE.UU. y Canadá, que suman 1.353 millones de euros, un 20% de las ventas de todo el grupo). Pero tiene otro frente: la licitación de la terminal del nuevo aeropuerto de Ciudad de México, valorada en 3.500 millones de dólares. El brazo constructor del magnate mexicano Carlos Slim está en conversaciones con las españolas FCC y Acciona para participar.
Dos constructoras que esperan hacer crecer su negocio en México son Abertis y Ferrovial. La primera negocia la compra de Red de Carreteras de Occidente, una concesionaria de unos 760 kilómetros en el país y cuyo coste podría superar los 2.000 millones de euros. La segunda baraja presentar una oferta, junto con la constructora local ICA, una oferta para la construcción del edificio terminal del nuevo aeropuerto de Ciudad de México.
El quinto país para Iberdrola
El grupo energético español que sigue de cerca lo que ocurre en México es Iberdrola. Para la eléctrica es la quinta nación que más peso tiene en cuanto a ingresos, por detrás de España, Reino Unido, Estados Unidos y Brasil. El país azteca supone el 4,8% de volumen de facturación, más de 1.500 millones de euros. Como comparación, España le aporta 15.500 millones de euros y Brasil, casi 1.800.
En el último año, Iberdrola se ha beneficiado de la creciente demanda eléctrica, que repuntó un 2,9%, siguiendo el crecimiento del PIB mexicano que, en 2015, repuntó un 2,5%. La inversión de Iberdrola en México en 2015 fue de 494 millones. Una cifra que puede ir creciendo en los próximos años, porque la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán va a revisar su plan estratégico hasta el año 2020 y elevar su apuesta tanto por México como por Estados Unidos. Sólo en México tiene pendiente invertir 700 millones en cuatro proyectos de renovables, dos eólicos y dos fotovoltaicos.
México también es un mercado en el que quiere crecer Gas Natural Fenosa. En América Latina le da más prioridad, junto a Chile. Actualmente distribuye gas en 10 estados mexicanos y cuenta con 1,5 millones de clientes, pero no desglosa qué ingresos genera en ese territorio. Quiere ampliar su presencia porque tiene comprometidos 3.442 millones de pesos (unos 168 millones de euros) hasta 2020. También es relevante para Gamesa, ya que vendió en ese país el 11% de los MW que comercializó en todo el mundo, pero tampoco desvela sus ventas.
En otro terreno, el de la moda, Inditex también es un peso pesado en México pero tampoco dice cuánto ingresa. Allí tiene 345 tiendas, cinco veces más que en Estados Unidos. Quien tampoco habla de sus ingresos en México es Abengoa, que este martes logró el visto bueno del juez a su plan de reestructuración. Sus compromisos a los acreedores tienen como garantía su proyecto estrella en ese país, el A3T, una central de cogeneración.
México, perdiendo peso en exportaciones
Más allá de las empresas radicadas en el país, el resto de compañías españolas con ventas en México ha perdido fuelle en este año 2016. Entre enero y agosto, las ventas en el país latinoamericano decrecieron un 7%, después de que en el año 2015 la subida fue del 21% hasta superar los 4.200 millones de euros.
Con estas cifras, México es el decimotercer mercado para las pequeñas empresas españolas en sus exportaciones, según los datos actualizados del Instituto de Comercio Exterior (ICEX).
* Esta información ha sido actualizada tras la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos.