Bruselas

Los consumidores particulares deben convertirse en protagonistas de la transición de la UE hacia una economía baja en emisiones de dióxido de carbono. Al menos esa es una de las prioridades declaradas del paquete de iniciativas que presenta este miércoles el comisario de Energía y Cambio Climático, Miguel Arias Cañete, para impulsar el uso de las renovables y el ahorro energético.

La nueva directiva sobre renovables reconoce por primera vez el derecho de los ciudadanos a generar, consumir y almacenar su propia energía, por ejemplo mediante placas solares, así como venderla a la red. La norma podría obligar a derogar o al menos a modificar el denominado 'Impuesto al Sol' aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2015, que obliga a que quien produzca su propia energía pague también peajes por el uso de la red y otros costes como el déficit de tarifa o las primas a renovables. Pero ecologistas y consumidores denuncian que las propuestas de Bruselas son insuficientes para acabar con las restricciones al autoconsumo.

Los usuarios que generen su propia energía "no deben estar sujetos a procedimientos desproporcionados ni a tasas que no sean un reflejo de los costes", afirma el borrador de directiva, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. Además, tendrán que "recibir una remuneración por la electricidad renovable que autogeneren y quieran inyectar en la red que refleje su valor de mercado".

"Los consumidores deben poder producir su propia energía en casa si lo desean", ha proclamado Arias Cañete en varios discursos. "Los consumidores que producen todavía se enfrentan a demasiadas barreras: o no se les permite inyectar su electricidad en la red o se les obliga a hacerlo pero en malas condiciones. Queremos romper estas barreras haciendo que el conjunto del sistema sea más flexible y sensible a la forma en que los consumidores producen y consumen", asegura el comisario de Energía.

¿Significa eso que la directiva acabará con modelos restrictivos como el Impuesto al Sol español? Los expertos consultados por este periódico consideran que la propuesta de Bruselas es poco ambiciosa y que no se traducirá de forma automática en la derogación de la normativa de Rajoy. Para empezar, los planes de la Comisión deben ser aprobados por los Gobiernos de los 28 y la Eurocámara, que todavía pueden modificarlos.

El nuevo ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha dejado claro este martes en el Senado que no tiene ninguna intención de suprimir las tasas que deben pagar los consumidores que generan energía, ya que a su juicio los hogares que instalan placas solares son los que tienen mayor poder adquisitivo y "2000 metros cuadrados de jardín". "No vamos a permitir que los consumidores fuertes le trasladen la carga a otros", ha alegado. 

Vender electricidad a la red

Sí parece claro que la norma española tendrá que reformarse para garantizar que los consumidores que producen su energía sean remunerados por la electricidad que inyecten a la red. El decreto vigente "dice que si no eres una empresa no puedes vender a la red y tienes que dar prácticamente gratis los excedentes", explica a EL ESPAÑOL la portavoz de Greenpeace en España, Sara Pizzinato.

Lo que la directiva no precisa es si el Impuesto al Sol español puede considerarse una tasa desproporcionada o si los requisitos exigidos para instalar una placa solar en España son o no excesivos. "En estos momentos, para ser autoconsumidor en España hay que hacer una serie de recorridos burocráticos tremendos y pedir permiso al distribuidor, que puede decir que no. En Inglaterra, compras la placa fotovoltaica en Ikea, te la llevas a casa y la enchufas. Y en Portugal prácticamente lo mismo", resalta la portavoz de Greenpeace.

"España es el país que ha hecho la normativa más restrictiva del mundo en materia de autoconsumo. Y tanto es así que ni siquiera han tenido el valor de ponerla en práctica de verdad. El Impuesto al Sol no se está cobrando", señala Pizzinato. Pero añade que sí ha logrado su objetivo de disuadir a muchos consumidores que pensaban instalar paneles solares y que han aplazado su decisión a la espera de que se aclare el panorama legislativo.

También la Asociación Europea de Consumidores (BEUC) cree que las propuestas de Bruselas tendrán el resultado contrario al que pretenden: hacer menos atractivo para los consumidores producir su propia electricidad. Y ello por dos motivos. En primer lugar, porque la Comisión quiere reducir progresivamente las subvenciones a las renovables, incluso para instalaciones de particulares. Además, se suprimirá la prioridad para las renovables en el acceso a la red.

"La Comisión pide a los países miembros que aligeren los procedimientos administrativos y den acceso a los mercados energéticos a los consumidores que producen electricidad, pero las actuales condiciones del mercado no proporcionan ninguna seguridad a las inversiones", explica a EL ESPAÑOL el responsable de renovables de BEUC, Jörg Mühlenhoff. "Bruselas debería garantizar que los Gobiernos no puedan sobrecargar a los consumidores que producen electricidad con todo tipo de comisiones y tasas como ocurre en España", resalta.

Para BEUC, existe un gran potencial para que haya más usuarios que produzcan electricidad. Para el 80% de los hogares en la UE, sería más barato producir energía con paneles solares que comprarla en la red. Un informe reciente de Greenpeace estima que, si la UE adopta las políticas correctas y suprime todas las restricciones, un total de 113 millones de hogares podrían generar su propia electricidad de aquí a 2050 y acelerar así la transición a las renovables. 

La cuota de renovables en España asciende al 16,2% del consumo energético, todavía lejos del objetivo del 20% marcado para el año 2020, según los últimos datos disponibles de 2014. Para 2030, la UE se ha fijado un objetivo común del 27%, aunque esta vez no habrá metas individuales para cada país. Cañete sostiene que la transición energética puede ayudar a crear hasta 900.000 nuevos puestos de trabajo y generar un impacto positivo de 190.000 millones de euros en Europa.

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