Los acreedores y las agencias de calificación mantienen las dudas sobre la capacidad de OHL para hacer frente a su endeudamiento. Aunque el grupo controlado por la familia Villar Mir no para de vender activos, el mercado sigue sin fiarse.
Así queda demostrado con la cotización bursátil, que no logra remontar el vuelo. Tras los mínimos de 2,44 euros registrados a finales de noviembre de 2016, se ha revalorizado mínimamente hasta los actuales 3,4 euros, con una capitalización en torno a los 1.000 millones de euros.
Un precio que, de acuerdo con el contrato firmado en octubre de 2015 con el fondo monegasco Tyrus Capital Event, obliga a OHL a cubrir las pérdidas latentes, al estar por debajo de los 5 euros a los que este gestor de capital riesgo pactó la compra de 25 millones de acciones, que le otorgan el 8,37% del capital. La aportación del fondo permitió a Villar Mir mantener el 54% de OHL en la ampliación llevada a cabo en esa fecha.
Hasta marzo de 2016, la cotización de OHL lograba mantenerse por encima de ese 5% y ese riesgo no se activó. Pero, desde entonces, resultó imposible. A finales de junio estaba en 3,13 euros y prosiguió su caída, hasta el 2,44%, el pasado 28 de noviembre, cuando la agencia Fitch reducía la calificación de la deuda.
Minusvalías latentes del 32% de Tyrus
En estos momentos, los 3,4 euros a los que cotiza la constructora comportan, para Tyrus, unas minusvalías latentes del 32%, con lo que la constructora debe mantener vivas garantías para abonar al fondo 40 millones de euros.
Para evitar esta ‘espada de Damocles’ de este contrato, a OHL no le queda otra que vender activos de manera casi permanente, buscando la revalorización de la cotización. No lo está consiguiendo y cada vez queda menos por vender.
Ya no puede tirar de Abertis. El último 2,5% que tenía en la concesionaria lo vendió el pasado 23 de enero. En Colonial solo le restan 5,4 millones de títulos (el 1,52% del capital), valorados en unos 37 millones de euros, además de esos 16 millones de títulos de instrumentos financieros, equivalentes al 4,44%, a canjear, antes de enero de 2021, cuando el mercado lo permita.
Canalejas vendido a precio de ganga
Y los inversores tampoco se han dado por aludidos tras el anuncio de la última venta llevada a cabo por OHL y el Grupo Villar Mir. La del 50% de la sociedad promotora del complejo Canalejas, el proyecto conjunto de lujo junto a la madrileña Puerta del Sol, con apartamentos, hotel y centro comercial.
Los 225 millones pagados por la sociedad Mohari, controlada por el inversor canadiense de origen israelí Mark Scheinberg -fundador de PokerStars-, están muy lejos de la previsión de ingresos que la familia Villar Mir barajaba en un principio.
El mercado no se inmuta
La sustancial rebaja viene a corroborar la frágil situación financiera del grupo controlado por la familia Villar Mir, demostrando que no está en condiciones de forzar la máquina en este tipo de negociaciones, y dando por buenas las plusvalías de apenas 30 millones de euros registradas en esta operación.
Que el mercado se haya quedado prácticamente de perfil con este aluvión de desinversiones llevado a cabo en los últimos dos meses -tras la rebaja del rating de la deuda de OHL decidido por las agencias Moody’s y Fitch, una vez que OHL limitaba sus beneficios, hasta septiembre de 2016, a apenas 4 millones de euros-, deja en el aire la sensación de que esta estrategia resulta insuficiente.
La entrada de capital, arma de doble filo
Han sido 775 millones de caja y plusvalías de 100 millones de euros por la venta de 4 hoteles y un campo de golf en México, el 2,5% de Abertis y el 50% de Canalejas, que han servido para reducir deuda, pero no para animar a los inversores a apostar por el futuro de OHL.
A partir de aquí, además de proseguir con la venta de más activos, se ha abierto de nuevo paso la opción de que algún inversor entre en el capital de la constructora como vía para despejar el panorama.
En esa línea estarían las renovadas negociaciones abiertas con el grupo chino HNA, de cara a inyectar unos 450 millones por el 40% de OHL. Es lo último que desearía Villar Mir, ya que supondría asumir una notable dilución sobre su 54% del capital, pero puede que no le queda otra para convencer a las agencias de calificación y, a partir de ahí, con la mejora de la solvencia, intentar volver al selectivo Ibex 35.