El Caso del Clan de las Zapatillas’

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El Caso del Clan de las Zapatillas’

La detective de empresas de EL ESPAÑOL analiza cómo es la situación de Telefónica tras los últimos cambios. 

11 febrero, 2018 02:04

Mi acompañante está ufano, no puede evitarlo. “Existía una teoría en el Distrito C de Telefónica que decía que José María Álvarez-Pallete favorece a directivos en el seno de la operadora por el mero hecho de que comparten con él su hobby de correr, pero acaba de desmontarla de un plumazo”, me cuenta.

Me deja loca. Es cierto que algo había escuchado dentro de mis fuentes de la compañía. Muchos directivos que jamás habían corrido en su vida, a medida que Álvarez-Pallete fue cogiendo peso en el seno de la misma, se reconvirtieron en maratonianos a gran velocidad. Pero ignoraba que realmente eso hubiera tenido efecto alguno sobre la organización.

Moverte en el círculo

“¡Es que no es para tanto! Matiza mi acompañante. En toda empresa se generan círculos de confianza e influencia en torno a una figura de tanto poder. Conozco casos en los que, de repente, aparecen de la nada muchos fans de la ópera. Expedientes X en los que en una empresa surge una repentina y frenética afición por el padel o la hípica. Es un clásico: intentar moverte en el entorno de tu jefe para ganar visibilidad. Que en Telefónica esto se relacione con el tema de correr se debe, únicamente, a que correr es gratis y que es una de las pasiones de su presidente”.

Me parece bien todo lo que me dice, pero sigo sin entender por qué, según él, en Telefónica se ha desmontado la tesis del ‘clan de las zapatillas’.

Nombramientos

“Muy sencillo. A la hora de la verdad, cuando ha tenido que remodelar la cúpula de Telefónica de España, una de las joyas de la corona, sus decisiones no han tenido nada que ver con eso. El nuevo presidente, Emilio Gayo, es un buen tipo, pero con lo alto que es y su complexión resulta más fácil imaginártelo jugando al baloncesto que corriendo con la camiseta de Proniño. Por otro lado, el nuevo responsable del negocio ‘low cost’, Pedro Serrahima, es muy deportista, pero más aficionado al mar y la nieve que a salir a trotar”.

Pero claro, eso podría implicar que en el futuro, precisamente resulten penalizados los corredores por miedo a transmitir una imagen determinada…

“¡No! Álvarez-Pallete simplemente intenta escoger al mejor para cada puesto. Será falible, como todos los humanos, y obviamente se dejará influir hasta cierto punto por criterios de proximidad, simpatía o cercanía. Sucede en todas las empresas y Telefónica no va a ser menos. Pero con los últimos nombramientos ha enviado un mensaje claro”.

Puestos a preguntarle, le consulto sobre la opinión que le merece la reestructuración.

La acción no responde

“Es un momento difícil, teniendo en cuenta cómo está la acción. En realidad, fue Luis Miguel Gilpérez quien ofreció su puesto. ¿Por qué lo hizo exactamente? No lo sé, y es extraño porque Telefónica era su vida. Pero Álvarez-Pallete tomó sus decisiones y optó por una vía inteligente. Gayo era el segundo de Gilpérez y ofrece al mismo tiempo una imagen de cambio y otra de continuidad. Con la llegada de María Jesús Aljaro como CEO, además, da poder a una mujer y a una veterana de la casa. Y con la entrada de Serrahima se gana a los medios, que se comieron con patatas la historia de éxito de Pepephone y que le adoran”.

Y aún así, la acción muy baja.

“Demos tiempo a la nueva dirección. Wall Street no ha ayudado en los últimos días y los accionistas están esperando otro tipo de cambios. Me dicen que la situación en Reino Unido está a punto de zanjarse. Esto sí será determinante. Si se hacen bien las cosas, es la típica señal que están pidiendo los mercados”.

Me tomo el café casi en silencio, intentando digerir todos los mensajes. Mi interlocutor está entusiasmado con los nuevos nombramientos. Yo no dejo de pensar que tanta comida con ejecutivos me está poniendo el culo como un pandero y que, por mi propio bien, y sin interés ninguno, debería intentar salir a correr.

Varios perfumes, en una imagen de archivo.

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