Valeet no tiene ni un año de vida, pero ya ha cruzado el charco. Esta startup que nació “para dar servicio a las personas que necesitan viajar y se encuentran con las dificultades propias de los aeropuertos”, ya mira a Estados Unidos con la idea de que sea el mercado principal de su negocio.
Estas palabras las pronuncia el CEO de la compañía española, Carlos Jiménez. Este emprendedor curtido en Silicon Valley en Movoto (un Idealista estadounidense), que logró que saliese a bolsa, considera el tiempo lo más fundamental que tiene. Por eso, perder minutos para él es una tortura. “Me preocupa la muerte, la detesto. No concibo morir y considero la vida un lujo que hay que aprovechar cada instante”, resalta.
Y de la idea del 'carpe diem' surgió su idea. “Yo soy usuario de coche y perder el tiempo en aparcar provoca que gaste minutos de mi vida”, indica. Por eso, Valeet nació con ese propósito, no perder ni un segundo en aparcar el coche. El funcionamiento de esta app es sencilla. Mediante el teléfono a través de una aplicación, se registra la petición de recogida. Una persona acude al punto determinado por el usuario y lo guarda en un parking. Para recogerlo, misma operación. Un conductor devuelve el coche en el punto acordado.
En estos momentos, Valeet, por ahora, es un servicio de aparcacoches, pero durante los próximos meses esta empresa seguirá creciendo en su modelo de negocio y se podrá “facturar", que alguien te lleve hasta el hotel del destino, que recoja las maletas y otras tareas que a veces resultan engorrosas. "Queremos que el viaje sea placentero y suave para el cliente”, indica Jiménez.
En España esta app está disponible en los aeropuertos de Madrid y Barcelona, así como en las estaciones de Atocha de la capital española y la de Sants de la Ciudad Condal. Anteriormente, Valeet nació con la idea de recogida de los coches por el centro de Madrid, pero decidieron virar a solo puntos claves de las dos urbes debido a su “mayor nicho de mercado”.
Crecimiento del 120%
Desde que la primera persona dejó las llaves del coche al conductor, Valeet crece de media entre un 80% y un 150% por mes. “Durante noviembre, hemos llegado a crecer hasta un 150%, pero lo normal es que crezcamos un 100% hasta la fecha”, vaticina el CEO de la compañía.
Según sus datos, Valeet mantiene registrados cerca de 3.000 clientes. Además, recientemente la compañía ha creado acuerdos con empresas para que sea la empresa encargada de gestionar la movilidad de los trabajadores. “Hemos cerrado varios compromisos para que los empleados lleven su coche al aeropuerto y nosotros gestionemos el aparcamiento sin necesidad de coger un taxi”, explica Carlos Jiménez.
El desembarco en Barcelona y en Estados Unidos Unidos (operan en San Francisco, Oakland y durante las próximas semanas tendrán servicio en los tres aeropuertos de Nueva York), también ha provocado que la plantilla siga engordando. Cuando comenzó la andadura de Valeet, en las oficinas de la compañía tan sólo había tres asientos. Meses después, ya son 25 empleados, a los que hay que sumar a los 20 conductores que tienen repartidos por aeropuertos y las estaciones.
De esos trabajadores, Valeet ha podido fichar a personal de otras sturtups con gran recorrido como Glovo o Cabify. Precisamente esta última, junto a Uber, Jiménez las tilda de su “competencia” debido a que “son empresas que transportan personas hasta nuestros puntos estratégicos”.
Únicos en Estados Unidos
“Nuestra idea es que nuestro principal nicho de mercado sea Estados Unidos. Allí hemos encontrado un crecimiento espectacular y la acogida ha sido asombrosa en apenas un mes que llevamos operando”, relata Carlos Jiménez. Entre las razones por las que Valeet considera que el mercado estadounidense es su principal target, “la apuesta por las nuevas tecnologías en regiones como California”. Además, el CEO considera que “el número de pasajeros es exponencialmente muy superior al de Barajas o El Prat, por lo que hay que aprovechar esa oportunidad”.
Por eso, dentro del plan estratégico que ha trazado la compañía en este 2018, Valeet operará en los aeropuertos de Miami, Dallas, y Atlanta, sumadas a las de Nueva York, Oakland y San Francisco. Para Carlos Jiménez resulta fundamental dar servicio en estos emplazamientos para conseguir “inversores estadounidenses y cerrar nuevas rondas de financiación”.
Abril, clave para la nueva ronda
Valeet está a punto de conseguir 2,5 millones de dólares (dos millones de euros) en una ronda de financiación. Y lo hará a través de una nota convertible. Este método, muy utilizado en Estados Unidos, facilita el proceso de negociación permitiendo añadir inversores uno a uno. Esto se traduce en la necesidad de contratar menos abogados y asesores externos y deja el grueso del proceso de ‘due diligence’ (radiografía de la empresa) de la startup a una etapa posterior a la inversión. “Hemos conseguido 500.000 dólares y vamos a cerrar en los próximos meses el resto. Estra cantidad de dinero nos servirá para terminar de cerrar los proyectos en los nuevos aeropuertos de Estados Unidos”, argumenta Jiménez.
Pero antes de que las nubes dejasen paso al sol, Valeet tuvo momentos de tensión. “El momento más complicado de la financiación llegó cuando varios inversores querían participar de la manera más común -sin nota convertible-, pero nosotros quisimos mantener nuestros principios y seguir con la idea de hacerlo a través de una nota convertible. Los inversores no lo aceptaron y tuvimos que ver pasar dinero”, recuerda el CEO de la empresa.
Valeet comenzó su andadura en España con la primera ronda de financiación que ascendió hasta los 615.000 euros. El objetivo, según Carlos Jiménez, una vez cumplidos los primeros pasos es “conseguir ampliar capital hasta los 20 millones de euros”.
Asimismo, la compañía sufrió una fuerte reestructuración de su negocio, por lo que la facturación fue de tan sólo 60.000 euros. “No mentimos y somos claros, fue esa cantidad porque cambiamos nuestra línea de negocio si se contabilizan sólo los últimos meses de 2017, estimamos que con la apertura de nuestras sedes en todos los aeropuertos de Estados Unidos, lleguemos a la cifra cercana de un millón de dólares”.
Jiménez considera que la transparencia es parte fundamental a la hora de gestionar una empresa. “Mis trabajadores saben el dinero que hay en la caja, el sueldo que gano yo y los otros dueños. Creo que es mejor hablar cara a cara sin nada que esconder”, concluye.
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