La banca redobla su oposición al 'impuestazo' de Sánchez
La CECA asegura que contribuye con 35.000 millones de euros en impuestos a las arcas públicas
11 julio, 2018 01:30Noticias relacionadas
El sector financiero ha pasado del agnosticismo al temor ante el impuesto a la banca que prepara el Gobierno de Pedro Sánchez. Las principales entidades bancarias sabían de las intenciones del Partido Socialista, pero no tenían tan claro que una vez en el Ejecutivo la pusiera en marcha.
Sin embargo, ahora empiezan a cambiar de parecer y a creerse que la cosa va en serio. Muestra de ello es que fuentes del sector que han tenido ocasión de departir con Pedro Sánchez estos días lo ven convencido de que saldrá adelante antes, incluso, que el impuesto a las tecnológicas.
Tanto es así que, según confirman fuentes del sector, ya se han producido algunos contactos “muy iniciales” entre las patronales bancarias y el Gobierno. Unas conversaciones tan tempranas como que, todavía, no se ha puesto encima de la mesa la propia estructura que tendría la imposición. La intención inicial de los socialistas era, como ha contado EL ESPAÑOL, avanzar en una tasa que tome como referencia la base del impuesto de sociedades, con un tipo del 8%.
Algunas informaciones publicadas estos días apuntan, además, a la posibilidad de incrementar la tasa sobre los depósitos bancarios (que Montoro impuso en el 0,03% para evitar que las Autonomías los gravaran por su cuenta), e incluso la eliminación de algunas deducciones fiscales al sector, como señalaba Cinco Días. A todo ello hay que sumarle, además, el impuesto a las transacciones financieras (la mal llamada Tasa Tobin) que también está en el imaginario impositivo del nuevo Ejecutivo.
Ya pagan mucho
Así que ante este escenario, lo que hasta ahora eran advertencias en voz baja se han convertido en gritos de oposición a través de las principales patronales del sector: la Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) que lidera Isidre Fainé.
El último cartucho ha llegado en forma de Estudio sobre la contribución fiscal del sector de las Cajas de Ahorro (CECA). Según el informe que han publicado aportan 35.000 millones de euros gracias a la actividad corporativa y los impactos generados por la financiación que concede. De ellos, 4.837 millones de euros se corresponden a la contribución fiscal directa. O lo que es lo mismo, insisten en que por cada 100 euros que se genera en beneficio antes de impuestos, CECA soporta 41 euros de impuestos.
Las cuentas de la patronal de las cajas de ahorro indican que el tipo impositivo sobre sociedades es del 41%, muy por encima del resto de sectores de la economía. Un argumento parejo al que ha mostrado en distintas ocasiones la patronal AEB cuyo presidente, José María Roldán, recuerda que pagan una media del 30%, “cinco puntos más”.
Problemas en el acceso al mercado
Tanto es así que, en un comunicado remitido este martes, ambas patronales recordaban que el sector financiero ya tiene una contribución al sostenimiento del gasto público “superior, por la existencia de un tipo impositivo incrementado en Sociedades; Impuesto sobre los Depósitos en Entidades de Crédito o las cuotas del IVA soportado no deducibles”. Añaden, además, que una imposición extraordinaria “supondría una desventaja competitiva a nivel europeo”, y “significaría un sobrecoste adicional que haría aún más difícil acceder al mercado de capitales”.
Así que parece que la guerra está servida, por mucho que desde Hacienda insistan en que todavía no hay nada decidido. De hecho, el enfado ante este agravio es patente en los cuarteles generales de los principales bancos. De hecho, como ha contado EL ESPAÑOL hay quien considera este impuesto como “un error garrafal”, y quien hablar de una “ocurrencia” con la que se busca atraer a los votos de izquierda.
Comienza el toma y daca entre unos y otros, pero como señalan quienes han visto estos días al presidente Sánchez, está convencido de que el impuesto a la banca saldrá adelante. ¿Cuáles serán las consecuencias reales? El tiempo lo dirá, en especial porque para ponerlo en marcha necesitará también del apoyo del resto de grupos parlamentarios y hay quien duda de que el PNV pueda dar su brazo a torcer.