La guerra del Taxi puede subir unos cuantos grados de temperatura a lo largo de este jueves. Los taxistas de Barcelona mantienen su huelga contra la suspensión de la licencia municipal a Uber y Cabify, y están pensando ya en acciones de boicot. Lo que ocurra dependerá, en buena medida, de la vistilla que se celebra hoy en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña para decidir si la suspensión a la norma se mantiene o no tras el recurso de Fomento y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Todo apunta a que el Tribunal mantendrá la suspensión, así que el sector del taxi en Barcelona prevé iniciar una serie de acciones de protesta para tocar "donde más duele" a las administraciones: las infraestructuras de la ciudad. Se trata de acciones que permitan bloquear grandes zonas de interés económico como puedan ser estaciones, el puerto de Barcelona, Mercabarna, etc. Así lo explican a este diario fuentes del sector, quienes añaden que los taxistas están cansados ya de que la Administración no les tome en serio en sus reivindicaciones, la fundamental: que se cumpla la ratio de una VTC por cada 30 taxis.
El aeropuerto es otro de los objetivos que se podrían estudiar, e incluso no se descarta que se puedan ver cortes en los accesos de algunas de las carreteras de Barcelona. Incluso, no es descartable que esas acciones de boicot se puedan extender en el tiempo.
Sin decidir
Las acciones, al parecer, no están decididas y se irán adoptando sobre la marcha a lo largo de la jornada. Todo dependerá, dicen, de lo que ocurra en el Tribunal pero también de que pueda llegar algún tipo de noticia desde Fomento que permita atisbar algún tipo de solución. Sin embargo, parece que esto resultará más complicado dado que representantes del Ministerio se reunieron ayer con el Ayuntamiento de Barcelona, y ya ha comunicado que su intención es abordar un posible cambio legislativo en las VTC en una próxima conferencia sectorial que se celebrará en septiembre.
El objetivo del departamento que lidera José Luis Ábalos es el de lograr un traspaso de competencias hacia las Comunidades Autónomas, de modo que sean ellas las que regulen las relaciones entre VTC y Taxis. Sin embargo, es complejo que esa negociación pueda salir adelante, dado que el Ejecutivo quiere tener el respaldo de la mayoría de los grupos de la Cámara, pero también de la mayor parte de las Comunidades Autónomas.
Lo que parece claro es que este jueves no habrá taxis en Barcelona, ni tampoco coches de Uber ni Cabify que en la jornada del miércoles tuvieron que cancelar el servicio ante el aumento de la violencia contra sus vehículos y conductores. Una actitud que fue rechazada por parte de la patronal de VTC, Unauto, pero también desde las organizaciones convocantes de los paros.
Así es la licencia
El reglamento ahora recurrido por el Gobierno (y que también recurrió Unauto, la patronal de las VTC) contempla la llamada licencia municipal.Tal y como adelantó EL ESPAÑOL, será de aplicación en el ámbito urbano de Barcelona; y será complementaria a la autorización VTC que -actualmente- requieren para operar y que concede el Gobierno a través de las Comunidades Autónomas.
Se trata de una licencia que tendrá "un único titular, se referirá a un vehículo concreto y en ella aparecerá también la matrícula y otros datos que puedan ser necesarios para su identificación", según señala la normativa.
Esta normativa es la nueva esperanza del sector para poner coto a Uber y Cabify, después de que el anterior Gobierno blindase a través de un Real Decreto al Taxi al considerarlo como un servicio público que debe ser protegido, al igual que hizo el Tribunal Supremo al mantener la ratio de una licencia VTC por cada 30 de taxi.