Ha cumplido hace unos días un año frente a Adidas en España, pero a Marta Ríos ya le ha caído su primer jarro de agua fría. La razón, un expediente de la CNMC ante el que la directora general tendrá que tomar medidas.

Se enfrenta, nada más y nada menos, que a un expediente sancionador por prácticas restrictivas a la competencia. A Adidas se le acusa de haber impuesto determinadas cláusulas en los contratos de sus franquiciados -la base de su crecimiento en España- que podrían vulnerar la Ley de Competencia.

En concreto, se investiga si estos contratos han prohibido determinados tipos de venta, como la venta online y las ventas cruzadas, y han impuesto obligaciones de no competencia "que podrían ser desproporcionadas". Asimismo, Adidas podría haber fijado, indirectamente, los precios de reventa de sus franquiciados.

Ríos tiene ante sí el reto de resolver de la mejor forma esta investigación que, para más inri, podría venir de uno de sus franquiciados. En un periodo máximo de 18 meses, la CNMC resolverá el expediente y la directora general de Adidas en España tendrá que tomar las medidas necesarias para llegar hasta el fondo de la cuestión, sin dar la espalda al regulador.

Los tambores de ERE han vuelto a Vodafone España. La semana pasada trascendió que la operadora británica estudia realizar un Expediente de Regulación de Empleo que podría afectar hasta un 20% de su plantilla en nuestro país, nada menos que unos 1.000 trabajadores. De concretarse, estaríamos hablando del tercer ERE desde el año 2013, todos realizados por Antonio Coimbra, que dirige los destinos de la teleco desde el año 2012. El objetivo es reducir costes ante las previsiones de caída de ingresos a medio plazo. 

No obstante, a diferencia de las ocasiones anteriores en que abandonaron Vodafone poco menos de 2.000 trabajadores por la crisis económica y la integración con ONO, la actual situación es un explosivo cóctel que podría terminar por asestar un golpe de gracia a un negocio que durante los últimos años se ha deteriorado. 

La pérdida del segundo lugar por número de clientes en España a manos de Orange, la caída constante de los abonados de móvil, fijo y televisión y una estrategia comercial minada por la guerra del fútbol, han hecho que en el último semestre su Ebitda se redujese en un 27%, que su matriz en Londres decidiese realizar un deterioro de sus activos de 2.900 millones de euros y que las futuras previsiones de ingresos se sitúen muy a la baja.  

Frente a esta situación Antonio Coimbra, el principal responsable de las políticas comerciales del último lustro, prefiere echar balones fuera: en sus últimas comparecencias ha preferido culpar a los excesivos impuestos que hay en España, a la gran cantidad de regulaciones europeas y a la existencia de un cuarto operador en nuestro país -que ha dinamitado la competitividad- alentado por la UE. Por el contrario, no ha hecho autocrítica de su gestión y sigue defendiendo su decisión de no comprar el fútbol, la principal razón de la pérdida de clientes. La evolución de los resultados de los próximos meses será la que determine su herencia al frente de la filial española de los rojos.