Lo anunció ante los sindicatos hace unas semanas y ya es una realidad. Endesa ha solicitado de forma oficial el cierre de las centrales térmicas de carbón de Andorra (Teruel) y Compostilla (León). A la energética no le compensan las inversiones que tendría que hacer para poder adaptarlas a la medidas requeridas por la Unión Europea.
No serán las únicas. Nueve de las catorce centrales térmicas de carbón que operan en España serán cerradas en junio de 2020, ya que las compañías no realizarán las mencionadas inversiones. Además, desde el Ejecutivo prevén que no esté en marcha ninguna de las restantes más allá de 2030.
En el caso de Endesa, la compañía dirigida por José Bogas ha apuntado que es "imposible" abordar las inversiones necesarias para que estas dos centrales cumplan con los nuevos límites de emisiones establecidos por la Unión Europea que entrarán en vigor el 30 de junio de 2020. La recuperación de estas inversiones, dice Endesa, sería "imposible" en las condiciones regulatorias y de mercado "tanto actuales como previsibles".
Asimismo, desde la energética insisten en que la decisión, que ya había anticipado en la actualización de su Plan Estratégico, está en línea con los objetivos de la política energética nacional avanzados por el Ejecutivo -política que aún se desconoce en detalle-, que tienen como objetivo un sistema energético totalmente descarbonizado en el año 2050, como consecuencia de los acuerdos de la Cumbre de París.
¿Y los empleos?
Endesa ha informado de su decisión tanto a Aragón y Castilla y León como a los municipios donde se ubican las plantas antes de solicitar el cierre. No en vano, uno de los asuntos que más preocupan a estas instituciones es el mantenimiento de los empleos de las dos plantas.
En este sentido, mientras la central de Compostilla emplea a 166 personas, en Andorra trabajan 153. El plan de la energética para que el cierre no incida demasiado en estos puestos de trabajo pasa, en primer lugar, por dar "total prioridad" a la incorporación de estos empleados para acometer los trabajos de cierre y desmantelamiento de las dos centrales, así como en el desarrollo de las nuevas instalaciones renovables que se plantea llevar a cabo en las zonas de ambas plantas.
En concreto, Endesa propone desarrollar hasta 1.000 MW de nueva potencia solar fotovoltaica en la zona de la central de Andorra, con una inversión de unos 800 millones de euros, y tiene en estudio hasta 300 MW fotovoltaicos en el área cercana a la de Compostilla que supondrían una inversión de unos 240 millones de euros.