Richard Branson está encendido. El dueño de la megacorporación Virgin y el décimo segundo hombre más rico del Reino Unido lleva varios días insistiendo en redes sociales y en su blog corporativo de la necesidad de devolver a los ciudadanos británicos el poder de decidir sobre el brexit.
Branson, con una fortuna estimada de 5.100 millones de euros, cree que los políticos han fallado y que es hora de que la decisión final -seguir con el brexit o anular la decisión- vuelva a los británicos. Branson ha enarbolado #FinalSay para pedir en sus redes sociales que la decisión vuelva a estar en manos de los ciudadanos y que los parlamentarios deben dejar de intentar seguir buscando un acuerdo empantanado durante semanas.
Para el dueño de Virgin las consecuencias de una salida no negociada del brexit puede ser catastrófica para la economía británica. “Como inversor en empresas del Reino Unido (hasta 360 filiales de Virgin entre las que se encuentra discográficas, una aerolínea, una operadora de móviles o unos hoteles) sé que una salida no negociada retrasará años la economía británica”, ha dicho en sus redes sociales.
Dublín, Frankfurt, París
“Se han gastado miles de millones de libras, grandes cantidades de capital han salido del Reino Unido y miles de trabajos ya se han ido. Como empresario e inversor en negocios del Reino Unido, digo que es hora de que el Parlamento del Reino Unido reconsidere brexit y le dé a la gente un #FinalSay”, ha indicado.
En su post corporativo, el dueño de Virgin indicó que “más de un billón de libras en activos se están trasladando a Dublín, Frankfurt, París y otras ciudades europeas a medida que las instituciones financieras comienzan a ejecutar sus planes de contingencia”. “Y solo los preparativos de brexit se han comido miles de millones que podrían haberse gastado en otros lugares”, ha agregado.
Evitar un desastre multigeneracional
Incluso se muestra proclive a partir de cero y aceptar un referéndum que incluso abra la puerta a rechazar el brexit. “La verdad es que las opiniones de la gente nunca son estáticas. Ellos evolucionan. Y ellos pueden cambiar. No estoy solo en sentir que muchas personas del Reino Unido han cambiado de opinión. Por eso, el gobierno del Reino Unido ahora debe poner todas las opciones sobre la mesa, y dar a la gente una última palabra debe ser una de estas opciones”, ha dicho.
“Si no lo es, solo hay una alternativa: una decisión clara del Parlamento de exigirle al Gobierno que revoque el Artículo 50 y vuelva a comenzar el proceso desde cero, armado con los hechos. Hay poco tiempo para evitar un desastre multigeneracional”, ha concluido.